Jeff Beck es el ejemplo por antonomasia (casi diría que el arquetipo) de músico de rock ignorado por el público y adorado por los demás músicos y la crítica. En los 60, fue uno de quienes más influencia tuvieron en el desarrollo de la guitarra eléctrica (sólo por detrás de Jimi Hendrix), pero cualquiera de los otros guitarristas británicos (Clapton, Page, Blackmore, etc.) es más conocido por la gente. Jeff Beck tocaba con distorsión antes de que Hendrix fuese famoso, y el propio Hendrix era un fan de Beck. Su Jeff Beck Group creó el sonido que imitarían Led Zeppelin antes de que Zeppelin existiesen. Fue uno de los pioneros de la fusión entre jazz y rock. Grabó en los 70 LP’s instrumentales que inspirarían la clase de discos que haría después gente como Joe Satriani. Incluso el Jeff Beck Group fue el trampolín de salida de mega-estrellas como Rod Stewart y Ronnie Wood.
Los guitarristas le adoran: Satriani, Slash, Dave Navarro, y muchísimos otros le suelen citar como una de sus mayores influencias (en las giras G3, Satriani y Steve Vai solían tocar “Goin’ down”, una versión que Beck hizo de un tema de Don Nix y que influyó a miles de guitarristas; también Stevie Ray Vaughan solía tocar esa canción siguiendo el estilo de Beck). Recuerdo una entrevista con Jennifer Batten (la guitarrista de Michael Jackson) en la que decía que Jeff Beck era el músico con más talento con el que había trabajado. Otro músico famoso (ahora no recuerdo quién) decía que en el estudio de grabación, Beck tenía una facilidad sobrenatural para añadir imaginativas y originales partes de guitarra a cualquier canción que le pusieran por delante. Gente como Mick Jagger o Stevie Wonder se han empeñado en contar con él para conciertos o grabaciones. El mismísimo Jimi Hendrix, después de escuchar en silencio un disco de Jeff Beck Group, dijo ante la gente presente que “Jeff Beck es el mejor guitarrista del mundo”. Incluso en las últimas dos décadas ha ganado más de un premio Grammy.
Y entonces, ¿por qué casi nadie le conoce?
Probablemente se deba a su carácter, su creciente pereza a la hora de grabar, su mala suerte, y sobre todo su tendencia a descolocar continuamente a sus seguidores con cambios de estilo inesperados. A veces da la impresión de que él mismo se haya empeñado en darle la espalda al estatus de leyenda.
Jeff Beck (como Eric Clapton y Jimmy Page) salió de The Yardbirds, en donde nunca terminó de sentirse a gusto y dejó el purismo blues para grabar su propio “heavy blues” con Jeff Beck Group... pero vio como Led Zeppelin se apropiaban de su estilo y lo llevaban más lejos, convirtiéndose en una de las bandas más exitosas de la historia. A principio de los setenta formó el trío Beck, Bogert & Appice, en el acentuaba la contundencia de su sonido (en algunos conciertos llegaban a sonar realmente cafres), pero antes de que el grupo pudiese despegar tuvo un grave accidente de moto. Tras recuperarse del accidente (estuvo meses hospitalizado) y siendo aún considerado uno de los guitarristas punteros del hard rock, descolocó a todo dios con discos instrumentales de fusión jazz-rock y funk. Tuvo bastante éxito al principio, pero empezó a distanciar sus grabaciones. Cuando en los 80 publicó un buen disco (“Guitar Shop”) que no tuvo demasiado éxito, directamente se le hincharon los cojones y grabó lo que le salió de los mismos, el disco “Crazy Legs”. En ese disco, sencillamente versioneó canciones de Gene Vincent & The Blue Caps, cuyo guitarrista había sido uno de sus ídolos de la infancia. Las grabó prácticamente idénticas, y copió los solos de su ídolo, pero subiéndoles el volumen, ya que de pequeño le molestaba que los gritos de los Caps tapasen aquellos solos. Es decir: grabó todo un LP sólo para que los solos de las canciones de Gene Vincent se escuchasen más alto.
Así, durante su carrera descolocó a su público bluesero metiéndose en (o ayudando a crear) el hard rock. Después descolocó a su público hard-rockero metiéndose de lleno y sin previo aviso en la fusión, y después descolocó a su público de fusión grabando un disco de rock & roll de los años 50.
Para colmo, no se lo ha puesto fácil a los compañeros de profesión que han querido reivindicarle. Mick Jagger se empeñó en tenerle en una de sus giras en solitario, pero a Jeff Beck se le atragantó el otro guitarrista de la banda de Jagger, y directamente abandonó la gira sin avisar, dejando plantado a Jagger (quien tuvo que recurrir precipitadamente a Joe Satriani para sacarle del apuro). En otra ocasión, los Guns’n’Roses le invitaron a tocar con ellos en el concierto que dieron en París y que fue retransmitido para el mundo entero y que hubiese supuesto su presentación ante millones de fans de los Guns que no le conocían: Jeff Beck se presentó en París, pero a última hora afirmó que estaba “indispuesto” y se negó a salir al escenario.
Ahora directamente vive de royalties (ha ganado bastante dinero a lo largo de su carrera, pese a todo algunos de sus discos tuvieron mucho éxito, sobre todo en los 70) y aparte de grabar y tocar muy de vez en cuando, se dedica a su mayor afición: los coches antiguos de lujo. Recuerdo un documental sobre Jimi Hendrix en el que preguntaban a diversos músicos y los guitarristas salían –cómo no- hablando con su instrumento en las manos, o en un estudio de grabación.... y Jeff Beck se empeñó en que le entrevistasen ante uno de sus queridos Rolls Royce.
Pero, por mucho que ahora le preocupen más sus automóviles de lujo que sus guitarras, lo cierto es que sigue siendo uno de los tipos más grandes con una guitarra eléctrica en las manos. Para quienes no nos corremos con Stratovarius, Dream Theater o los arpegios de Vivaldi tocados a 200 por hora, Jeff Beck es uno de los iconos definitivos de la guitarra. Hendrix aparte, muy pocos guitarristas (pero muy pocos) tienen su extraordinaria sensibilidad a la hora de tocar, y, sobre todo, su extraordinaria imaginación a la hora de interpretar cada nota y darle giros inesperados a sus fraseos. Se podrá tocar más deprisa que Jeff Beck, pero no como él. Sencillamente, nadie toca como Jeff Beck: él es un estilo en sí mismo. El gran público le ha olvidado, pero la crítica le ha seguido teniendo en cuenta, los guitarristas famosos le adoran, y las revistas especializadas sobre guitarra eléctrica reconocen cada vez más su extraordinaria importancia en la historia del instrumento (¡hablamos de alguien que influyó al mismísimo Jimi Hendrix!).
Como muestra:
Jeff Beck como artista invitado junto a Jools Holland & His Rythm&Blues Orchestra, tocando la inmortal “I’ll drown in my own tears” de Ray Charles en versión instrumental... al estilo de Beck, claro. Es un genio, es único, no hay nadie como él. Y no hace cosas complicadas... simplemente hace cosas aparentemente sencillas que no se le ocurren a nadie más. Aún recuerdo el día en que, siendo un tierno escolar de inmaculados tímpanos, escuché "Goin' down" y me convertí en fan de Jeff Beck para los restos... uno no escucha algo así a esa edad y se queda igual.
Jools Holland & His Rythm&Blues Orchestra con Jeff Beck, “I’ll drown in my own tears”
Jeff Beck, The Man, The Legend, THE FUCKIN' GOD!!!
