Peliculita española de lo más recomendable para los que no pretenden encontrar nada más que un drama bien hecho la mayor parte de las veces, con personajes muy humanos y muy corrientes, y con situaciones rozando continuamente el melodrama con bastante soltura.
Dura una hora y media, por lo que aburrida no se hace ni mucho menos, y las interpretaciones de los televisivos y ahora tan de moda Santiago Ramos y Daniel Guzman, hacen que el conjunto cobre bastantes enteros.
La historia es lo mejor, y es más o menos novedosa dentro del panorama español:
Justo comienza donde acaban las películas del mismo tema.
Un joven de treinta y pocos años acaba de salir de una terapia de un año en una clínica de desintoxicación, y vuelve a su antiguo hogar en un pueblo de Sevilla, para convivir de nuevo con su padre.
Su padre, viudo a causa de los disgustos que le dió su hijo a su madre, también ha acabado una etapa importante de su vida, y ahora pertenece a ése sector de prejubilados por cese de sector, con demasiado tiempo libre, pero con una vida totalmente vacía.
Los dos están condenados a entenderse y hasta aquí puedo leer.
Bonita metáfora de la reconstrucción de una moto para observar las evoluciones de la relación de ambos.
Atención especial al secundario que hace Miguel Rellán, un actor bastante bueno también célebre gracias a la tele.
Y sale Antonio Dechent (aunque poco), lo cual ya es garantía de... no sé, pero ése tío es cojonudo.
Un 6`5.
-Caro Diario.
Muy bonita reflexión sobre muchas cosas (sobre todo acerca de Italia y su propia generación) la que hace en esta cinta el líder rojillo Nani Moretti.
Estéticamente es una gozada, toda una declaración de amor a su país, que sale más bello que nunca. Las largas secuencias con él en la moto y con el paisaje de ciudades de protagonista, son una gozada.
Sin embargo tengo la sensación de no haber sido capaz de sacarle todo el jugo que creo que tiene, y no la acabo de ver la finalidad. Quizá porque no entiendo a dónde quiere llegar, quizá porque hay mucha retranca escondida, y no la capto.
Eso sí, algunas escenas hacen gala de un buen humor que haría palidecer de envidia a más de un cómico endiosado.
La mejor; él leyéndole su propia crítica de "Henry, retrato de un asesino" a un crítico que la había ensalzado. El desgraciado no puede hacer más que retorcerse de dolor ante lo que escucha.
Qué cabrón salao...
Y la del gafapasta estudioso del Ulises de Joyce, que se engancha irremediablemente a Falcon Crest.
Hay que verla.
Un 8.
-Spun.
No me gustó prácticamente nada. Una lástima, porque con el reparto que tiene me parece una película totalmente fallida. Pretende ser moderna, y se queda en efectista simplemente.
Cuenta una historia que a nadie le interesa, y pone de secundario al mejor personaje de todos (estupendo Rourke).
En definitiva, un claro ejemplo de director de videoclip que no debiera de haber salido de sus ambiente cotidiano de trabajo, al lado de Bjork y demás.
Un 4.
-Las reglas del juego.
Esto es otra cosa.
Basada en una novela de Easton Ellis (American Psico), esta vez seguimos las andanzas del hermano de Bateman, en una universidad pija.
Buena actuación de James Van Der Beek, el cual me ha demostrado que si quiere, puede aparcar la estampa de Daw(n)son en Dawson crece.
La trama no tiene mucha miga; un camello de universidad, una preciosa virgencita, y un homosexual, buscan el amor en un ambiente decadente e hipócrita.
La cámara de Avery es un estilete que no hace ninguna concesión, y hay escenas realmente duras para los más morbosillos (yo no pude con la de la chica de la bañera).
Podría haber sido en la película definitiva de universidad, pero se queda un poco coja gracia a su metraje, y en parte a un guión con puntos muy altos, y otros puntos muy tontorrones.
Pese a todo, la recomiendo.
Un 7.
Y salen unas jamonas que...


