Te estás equivocando de nuevo, hermoso. Lo mío es una cuestión de cabezonería insana que me lleva a acabar todo libro que empiezo por insoportable que se me haga su lectura -"La Montaña Mágica" es uno de los ejemplos destacables en esta sección-. El beneficio que obtengo es, por una parte, la purificación de espíritu por medio del sufrimiento y, por otra, base argumental sólida para adornar la Hobra en cuestión con la calificación que me merece. En último término está la fe o lo que dice poshol na un poco más arriba. O el pensar que posiblemente haya algo que se escapa a mi entendimiento -tal vez algo que aprender, que siempre es de agradecer- y quizá encuentre alargando la agonía.arafat escribió:Yo tengo unos pocos samurai, no te creas, aquí el espécimen interesante es la que se ha dejado solo un libro sin leer en la vida y es de Millás.
Que será mierda refinada, pero se lee solo.
El mérito de Millás fue conseguir romper todo este desequilibrio.