Criadillas escribió:Ahí ya hay más matices que se pueden discutir. No me parece mal que exijan por así decirlo a que te sometas a una terapia de desintoxicación, pero negar porque sí a un enfermo un transplante me parece aberrante y una condena de muerte por parte del estado, ni más ni menos.
Luego está lo que dice Party, que es la puñetera doble moral que se lleva ejerciendo con estos temas. Al estado no le interesa perder de golpe los acojonantes ingresos que le llegan en forma de impuestos, porque si de verdad quisiera que no hubiese alcohólicos o fumadores cancerosos directamente prohibiría las susodichas sustancias (a lo cual yo, obviamente, también me opongo, como a la prohibición de otras muchas, pero ése es otro tema).
Y por último añadiría que además del tratamiento de desintoxicación, por coherencia deberían obligar también al futurible trasplantado a que se haga una cura de desintoxicación de comidas altas en grasa, en sal, y que certifique que va a hacer ejercicio todas las tardes después del curro, porque todo eso también es causa de un mal estado de salud, y de un más que posible incremento de deterioro de los órganos transplantados.
O follamos todos o la puta al río.
No es exactamente doble moral. El estado puede determinar que fumar es muy muy malo y no prohibirlo por una cuestión de viabilidad, como es el caso. Véase la ley seca y las muertes por alcohol de mala calidad.
Es más, el argumento recaudatorio no me vale porque hace ya -tendría que buscarlo- ví un estudio en el que estaba claro que los costes sanitarios superaban con creces la recaudación.
Lo que sí me parece una doble moral bastante indecente es pretender ser la víctima cuando eres un fumador acosado por prohibiciones, monsergas e impuestos y además ser víctima de las tabaqueras que te insuflan el cáncer en los pulmones subrepticiamente con su publicidad cercada de avisos de enfermedas mortales chungísimas.
Lo de siempre, todos queremos ser libres y adultos para pillarnos melopeas y niñitos de mamá cuando hay que ir al curro al día siguiente con un resaca de órdago.