Estamos en el año 53 a.C. y Julio César se está labrando su justa fama en las Galias. De los otros miembros del triunvirato que gobierna Roma, Pompeyo ya tenía su fama en las guerras de Asia y en la guerra contra Sartorio aparte de su desempeño en la anterior guerra civil al lado de Sila, mientras que Marco Licinio Craso sólo tenía en su haber la victoria sobre Espartaco, que al ser sobre esclavos no daba mucho prestigio, y acciones menores en la guerra civil. Craso planifica una campaña para conquistar el imperio parto emulando la gesta de Alejandro Magno y alcanzar asi fama y hacerse con sus riquezas, y con tal propósito parte con 7 legiones, 4.000 infantes ligeros y 4.000 galos que conforman su caballería.
Avanzando desde su base en Antioquia a través del desierto llegan a las cercanías de la ciudad de Carrahe donde se dan de bruces con 10.000 partos, divididos en 9.000 arqueros a caballo y 1.000 catafractos (caballería pesada con armadura, semejante a los caballeros medievales) bajo las órdenes del competente Surena. Ni siquiera era el ejército principal puesto que este estaba en Armenia con el rey parto en una operación de castigo y su misión era hostigar, y si era posible detener, a Craso.
Surena, sabedor de la superioridad numérica romana (5 a 1), ordena a sus arqueros que disparen sin cesar contra los romanos, el arco parto era muy potente y podía perforar la armadura romana, asi que estos tuvieron que quedarse pegados al suelo en formación de testudo ya que cuando querían atacar los partos simplemente retrocedían mas deprisa al estar a caballo. Craso manda a su hijo Publio, que se había distinguido como comandante capaz con César en las Galias, con la caballería y parte de la infantería contra los partos, estos fingen una retirada y, cuando han alejado a publio lo suficiente, lanzan a su caballería pesada contra el, que lo rodea en una nube de polvo asfixiandole mientras los arqueros disparan a placer. La caballería romana (gala en este caso) era ligera y nada podía hacer contra las armaduras partas, además de encontrarse en inferioridad numérica en este momento de la batalla, y fueron masacrados cuando cargaron contra los catafractos.
Muerto Publio a la vista de su padre y su cabeza ensartada en una pica la caballería parta se lanzó contra las legiones, que se juntaron lo que pudieron y se pegaron al suelo esperando que cesara el castigo. Llegó la noche y los partos decidieron aplazar el combate, con lo que Craso tuvo la oportunidad de retirarse a Carrahe en busca de protección, dejando 4.000 heridos que fueron masacrados por los partos al amanecer.
Renunciando a quedarse quieto, Craso aprovecha la noche siguiente para huir de la ciudad con su ejército pero su guía es en realidad un espía parto que los lleva por terreno difícil hacia el ejército parto. Sólo Casio Longino (futuro asesino de César) desconfía del oportuno guía y junto a 500 hombres de la caballería y 5.000 legionarios llegará a Siria donde posteriormente logrará defender la provincia del contraataque parto, pero eso es otra historia. Al amanecer 30.000 romanos se dan de bruces con el ejército parto y obligan a Craso a parlamentar. Surena captura y ejecuta a los parlamentarios, reservándole el destino mas cruel a Craso (según la leyenda, con las palabras “querias el oro de partia y te lo vamos a dar” le hicieron tragar oro fundido, para después decapitarlo y jugar con la cabeza que finalmente presentarían al rey parto). De los soldados 20.000 son masacrados y 10.000 tomados prisioneros, son estos últimos el objeto de este post.
Para los historiadores romanos los 10.000 desaparecen de la historia y pasan a constituir la “legión perdida” de la que hablan Plutarco y Plinio. Se dice que estos hombres fueron conducidos a Bactriana (mas o menos Afganistán) y condenado a trabajos forzados, aunque algunos fueron reconvertidos en una unidad militar nuevamente para escapar de la esclavitud y mandados a las estepas de Asia Central a luchar contra los hunos, siendo aquí donde desaparece su rastro.
Pero no desaparece del todo, algunos historiadores proponen una teoría para el destino de estas tropas. En una crónica china del año 36 adC, se dice que en una campaña contra los hunos en la toma de una ciudad de Uzbekistán, los chinos lucharon contra unos extraños soldados veteranos que usaban fortificaciones rectangulares y se protegían en una forma que recuerda al testudo romano. La ciudad fue tomada y 1.000 de estos soldados deportados al Gobi, donde fundaron una ciudad llamada por decreto imperial “Li-Jian” (nombre que recuerda bastante al “legio (legión)” latino y para mas inri era el mismo nombre con el que se conocía a los romanos en China.) Algunos dicen que los tibetanos arrasaron a los descendientes en el siglo VIII (en aquella época Tibet no era conocido por su pacifismo precisamente) pero recientes análisis de ADN muestran que el 46 por ciento de los habitantes de la zona tienen genes europeos y rasgos físicos diferentes a los chinos. Sin embargo las pruebas no son concluyentes puesto que la zona era un puesto avanzado en la ruta de la seda y podrían ser simplemente mercaderes que se quedaron en la zona.
Mito o realidad, la historia de unos soldados que salieron de Roma en el año 55 adC. Y acabaron sus días al otro lado del mundo conocido (mas aun, puesto que en Roma no se sabia muy bien que había mas allá del imperio parto) no deja de ser fascinante.
Aquí un supuesto tataratatarataraetc..nieto de Quintus Trolebususaunque ya conocía la historia he recurrido a las siguientes webs:
http://es.wikipedia.org/wiki/Legi%C3%B3n_perdidahttp://www.telegraph.co.uk/news/worldnews/1541421/Roman-descendants-found-in-China.htmlhttp://www.fabio.com.ar/verpost.php?id_noticia=1437La novela de Manfredi
El imperio de los dragones está basada en esta historia, yo no la he leído, que desde Alexandros no me ha gustado demasiado nada d elo que ha hecho, ya me diréis que tal.