Síestas
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eroquetehayaayudadoena
lgoamiguitociao
yhastaotra...
Me dá en la nariz que así joderías un poquito menos al personal, Blockbuster. Edita, anda, que andar con la barra horizontal es una putada.
Blanquita escribió:De todas formas, no podría elegir entre ninguna de las 2 mientras existan películas como Full Monty, por ponerte un ejemplo. Lo que quiero decir es, me parece muy bien que quieran ser realistas, pero al fin y al cabo es una película, no un documental. No le podrían poner un poquito más de chispa? Algo más de positivismo? Un puntito de humor? No hay que irse a los espectaculares heroicismos de Hollywood, que dan más risa que otra cosa, pero tampoco hacer películas para deprimirse. A mí despúés de ver los Lunes al Sol no me quedan ganas de cambiar nada...
Tú lo que buscas ver es "El Cielo Abierto" o a mí me lo parece. Hazlo, algo me dice que te va a gustar mucho.
Con respecto al cine español, si éste carece de películas tan novedosas como Amelie o La Ciudad de los niños perdidos (curiosamente ambas salidas de la cabeza de la misma persona, Jeunet), es más que por la carencia de ideas o profesionales, por la estrechez de miras y el acojono que tienen la mayoría de productores nacionales.
Ellos son el problema más peligroso del cine español, y salvo honrosas excepciones, son una pandilla de estancados profesionales incapaces de asumir un riesgo más allá de lo evidente.
Con respecto a la opinión de Prez, es completamente lógica. Cada uno va al cine a buscar entretenimiento, aunque éste lo conseguimos de diferentes maneras, ya sea asustándonos, haciéndonos pensar, haciendonos reir, haciéndonos sufrir...
El cine español, si se bucéa un poco por él, puede dar una buena cantidad de alegrías. Películas como Smoking Room, Los amantes del círculo polar, La caja 507, tocando como tocan palos completamente diferentes, suponen unos trabajos excepcionales, y difíciles de encontrar en otros lados, con su sello personal, su estilo propio, etc...
Pero siempre nos llamará más la atención ver la última de Tom Cruise (que conste que yo lo hago), aunque ésta suponga un bodrio infumable.
Y es que no debemos escusar ni obviar esa enorme y grasienta bola de prejuicios hacia nuestra ¿industria? cinematográfica.