tonetti escribió:De verdad monchy que sigo sin ver adonde quieres llegar
Hacen ustedes una montaña de un granito de arena. Solamente he posteado esa noticia porque se daban cifras, que era lo que quería señalar. Siempre que se nombran las subvenciones parece que se habla de pequeñas cantidades de dinero con las que apoyar a los pobres intelectuales, pero aquí se dice que son casi 30 millones de euros los que atesoran los que quieren filmar el "Hay Motivo". Y yo no digo nada más que eso, que son 5.000 millones de pesetas. El resto de las interpretaciones las estan haciendo ustedes. No me siento dogmáticamente identificado con Libertad Digital, ni con La Razón -al contrario que la mayoría de la progresía, para la que el único periódico fiable es El País-, intento leer de todo, es sólo que estas cifras las he visto únicamente ahí. Si quieren ustedes teorizar acerca de lo que pretendía o lo que escondía el que escribió el artículo me parece perfecto, pero les recuerdo que no he sido yo.
VLADENKA escribió:Por otra parte, Sr. Montgomery, creo que para ser objetivo habría que poner una lista completa de todos aquellos sectores y organizaciones que reciben subvenciones del Estado, digo yo. Ya sé que estamos hablando del cine, pero si el motivo de ataque son las subvenciones y por qué se dan sin preguntar, sería no menos sorprendente ver a dónde van otras muchas subvenciones que pagamos entre todos y que también se dan sin preguntar. Que hay de todo, eh?
Por supuesto, el motivo del ataque no es cine, sino la subvención indiscriminada. Confieso que esta animadversión tiene su origen en los tiempos en los que yo mismo formaba parte de organizaciones subvencionadas por organismos públicos. Este dinero, clara y llanamente, se malversaba, porque nunca se gastaba en aquello para lo que se supone que nos lo habían concedido. Es evidente que se trata de un caso puntual y la primera intención que puede uno tener es no generalizar, pero la mayoría de las subvenciones en el ámbito en el que nos movíamos tenían siempre un destino poco claro y bastante alejado de los motivos que llevaron a solicitarla y concederla. Por supuesto estos extremos no escapaban al conocimiento del que firmaba la subvención, pero era algo consentido para "no crispar el tejido asociacionista". Sinceramente, con el paso del tiempo pienso que aquello era, sin ninguna duda, tirar el dinero. Así que tiene usted toda la razón, nos sorprenderíamos si supieramos el destino de determinadas subvenciones, empezando por las iglesias evangelistas y terminando por la fundación que dedica sus actividades a recordar al -ísimo que salía en las pesetas rubias.
Tambien le voy a responder con una cita de Piere Nodoyuna con la que estoy plenamente de acuerdo:
Nodoyuna escribió:(...)la teoría económica liberal no va en contra del gasto público en sí sino de una mejor selección de este gasto(...)
Hace algunas páginas el Sr. Nodoyuna interpretó que la simplicidad de mis argumentos eran producto del desconocimiento y del error. Debo aclarar que sinceramente pienso que no es así: pretendo no ser excesivamente farragoso en mis comentarios y eso a veces lleva a que ustedes "rellenen los espacios en blanco" pretendiendo poner en mi boca cosas que nunca dije. Producto de este proceder el mismo Sr. Nodoyuna afirma, más o menos, que yo no soy realmente liberal porque defiendo el gasto público en sanidad y educación, y a renglón seguido nos alecciona diciendo: "un liberal puede perfectamente estar a favor de un nivel de gasto público determinado y defender la necesidad del déficit público como una solución a las crisis cíclicas del mercado." Créanme si les digo que considero un error criticarme por ese lado... ¡porque estoy totalmente de acuerdo con esa afirmación! Y es que se arriesgan ustedes en exceso cuando interpretan cosas que no se dicen. El que yo diga estar "en contra de todo tipo de proteccionismo e intervencionismo económico estatal sobre cualquier tipo de actividad que tenga como objetivo la obtención de beneficios" es totalmente compatible con mantener un nivel de déficit público inferior al 3%, como estoy seguro que el Sr. Nodoyuna sabe. Tambien me gustaría aclarar que no idolatro a Hayek como no idolatro a ninguna otra figura; no tengo ídolos, no me gustan los dogmas e intento mantener cierta coherencia mezclada con sentido común con las cosas que pienso. Lo de Hayek no ha sido más que una especie de "broma" con el Sr. Tonetti, por lo que tampoco considero justo que se intente atacarme por ese lado, más cuando yo no estoy hablando únicamente de economía: la oposición a la intervención tambien es una cuestión moral. Subvencionar a alguien implica necesariamente que hay otro alguien a quien no se subvenciona -por no insistir acerca de los que, sin comerlo ni beberlo, soportamos esa subvención- y los criterios mediante los que se asignan las subvenciones nunca serán imparciales, y siempre habrá alguien que se sienta perjudicado. Pero más allá de eso, en el caso del cine, considero que las subvenciones no son necesarias, porque es algo así como admitir que no se hace cine de suficiente calidad como para llenar las salas y obtener beneficios, por lo que para que se rueden cintas el estado tiene que costear "nunca más del 50%" de la producción para que no haya pérdidas.
Pues hombre, la solución pasa por hacer mejor cine, creo yo. O eso, o que el ochenta por ciento de los espectadores españoles no tenemos ni puta idea de cine y solo nos gustan las americanadas. En este segundo caso, si yo fuera productor solo haría americanadas si mi propósito fuera hacer un buen negocio. Pero uno de los principales problemas es que muchos cineastas, a pesar de ser conscientes de los gustos del público, prentenden modelar esas preferencias en lugar de modificar su apuesta. En los Estados Unidos lo normal es que de vez en cuando los directores hagan películas "comerciales" para costearse despues alguna cinta "de autor". Aquí directamente piden una subvención. Y luego encima la "de autor" es un coñazo infumable. (Nota: esto último es una opinión absolutamente personal, no me gusta el cine que se hace en España. Probablemente ustedes tengan millones de razones por las que debería gustarme, pero, insisto, hasta ahora son muy pocas las películas hispanas contemporáneas que han conseguido tener mi favor).
tonetti escribió:(...)lo único que intento decir es que no encuentro la conexión lógica en esa idea de que por haber recibido subvenciones publicas en alguno de los trabajos que has hecho en tu vida no es ético que critiques al gobierno(...)
Es que no existe conexión lógica. Son cosas que no tienen nada que ver. Un subvencionado tiene todo el derecho del mundo a criticar por la razón que sea al que le subvenciona. Lo que yo en su momento critiqué y que a algunos de ustedes, por ejemplo al Sr. Polloputo, les parece bien, es la oportunidad de hacerlo durante la gala de los Goya. Creo que se le hace un flaco favor al escuálido mundo del cine español si se utiliza de manera partidista una gala que debería servir para loar las bondades fílmicas hispánicas. Porque, entre otras cosas, estoy seguro que la opinión de todos los miembros de la Academia del Cine no es uniforme, ni debería serlo.
tonetti escribió:No sé si os dáis cuenta de que lo que defiende ese artículo y la gente que esta detrás de él no tiene ningún sentido y atenta contra la libertad de expresión.
Venga, hombre. Se dicen cosas en el artículo que estan en las antípodas de la objetividad, pero no es mucho peor que muchísimos otros que se escriben desde la otra acera ideológica. Y no digo esto porque este a favor de lo que dice La Razón, sino porque parece que algo atenta contra la libertad de expresión solo si se hace en un sentido, y no en los dos. Podríamos tomar el mismo argumento que Vladenka y decir ¡anda que no hay artículos que van en contra de la libertad de expresión y no dicen ustedes nada! A mí, personalmente y a pesar de no estar de acuerdo con la mayoría de sus extremos, no me parece ninguna aberración. En todo caso, el redactor del artículo es un poco lerdo, o demasiado listo, porque como bien se ha dado cuenta el Sr. Polloputo -aunque con sus exabruptos consigue que no quede demasiado claro- no cuadran demasiado las cuentas, e intenta que pensemos que todos esas subvenciones son producto de los gobiernos del PP, cuando "La Ardilla Roja" se rodó en 1993 -por cierto, que película más horrenda-. Cosas peores se leen. Desde todos los sitios, por cierto.
Un Saludo.
P.D.: He de decirle, Sr. Nodoyuna, que aunque exista, como de hecho es así, una ley que regula las ayudas al sector cinematográfico y que usted tan bien conoce, eso no es óbice para que cualquiera de nosotros pueda criticar dicha ley. Argumenta usted de una manera totalmente ventajista: sólo se puede criticar aquello que usted critica, lo que argumentemos los demás no sirve porque a) hay una ley que regula lo que nosotros criticamos y b) no es coincidente con lo que usted piensa, y tiene usted la verdad absoluta de su lado, como el tío Nicotín ya ha escrito. Nos ha jodio. Así gana un debate hasta Chiquito de la Calzada.
P.D.: Por mi parte, considero agotada la discusión, quizá algun gurú del cine, como el Sr. Palahniuk, quiera tomar algún aspecto lateral de estos comentarios para iniciar un hilo nuevo en el que poder sacar alguna conclusión más interesante...