Mientras tanto os cuento una anécdota que me ocurrió este verano y de la que todavía sigo riéndome sola a carcajadas maléficas como para vengarme de Yonga:
Ya eran las siete de la tarde en la orilla cuando el camarero del chiringuito recibe a un chaval familiar suyo de Argentina que acababa de aterrizar y había sacado sus chanclas nuevas para darse un garbeo. Yo andaba por allí y al final acabaron presentándomelo.
Total, que me quedo a mi aire por la arena y ya al anochecer le veo cual criatura, agazapado entre las hamacas, buscado por la arena muy concentrado y serio. Tuve entonces que preguntarle: ¿qué buscas?
_ He perdido las pufas_ (o chufas, o algo así dijo)
Y yo desconcertada con cara de no tener ni idea: ¿las pufas?
_Sí, sí, las pufas...
_Ah, las chanclas :)
Sí, dijo él. Mira cómo sabía que eran las chanclas,, pero no, tenía que inventarse algo.
Y al final las perdió y tiró millas descalzo para tener que comprarse otras nada más aterrizar en mi territorio. ahahahah
jjjajja
![Imagen](http://i68.tinypic.com/idylpg.jpg)