- Respecto a nacer en pecado:
No puedes reducirlo todo a una cuestión de "cuántos meses tiene el niño" o "si es bautizado o pagano", porque entonces te vas a perder en una tempestad de citas, concilios y bulas... que, dependiendo del momento histórico en que se produjeron, darán unos criterios concretos u otros.
Yo, cuando te busqué un par de citas, o cuando hablo de determinadas costumbres, intento no ceñirme a criterios eclesiásticos que varían a lo largo de los siglos, sino que intento descubrir la lógina interna de la cosmogonía cristiana, y especialmente católica.
El que un niño sea "santo inocente" con tres meses o con diez años, o que lo sea si ha sido bautizado o no, se debe simplemente a lo que la autoridad eclesiástica decida en cada momento. Pero la lógina interna del hecho de que exista la idea de "santos inocentes" es la de que no se nace siendo pecador, sino que se nace con la capacidad para pecar. Dicho de otro modo, se nace siendo pecador en potencia: el individuo nace con una naturaleza pecadora al igual que nace con una naturaleza intelectual.. pero al principio de su vida no puede ejercer ninguna de las capacidades asociadas a esas características de su naturaleza.
Lo mismo para el relato de Adán y Eva, que no es un relato biográfico, sino un mito explicativo de la naturaleza humana. Adán no es un hombre, es el hombre. Las figuras de Adán y Eva ilustran la condición humana Pero, ¿por qué iba a ser un pecado morder la manzana si Dios hubiese determinado ya con anterioridad que Adán y Eva mordiesen la manzana? Eso sería un pecado de Dios, no de Adán y Eva. Son ellos, como humanos, quienes deciden morderla. Es más, Dios ya les ha advertido que no lo hagan... ni siquiera les ha tendido una trampa.
Y el demonio no les obliga... les seduce. Pero uno no es seducido si no quiere, y Adán y Eva escucharon a la serpiente porque quisieron escucharla, porque, pese a las advertencias de Dios, querían morder la manzana.
Las interpretaciones a que se presta este relato son muchas. Pero que el relato de Adán y Eva esté precisamente en el "Génesis", y situado en un (con comillas) "momento histórico" de la Creación, es lo que puede darte la clave. Por no hablar de la descripción del castigo a que son sometidos Adán y Eva: trabajar para vivir. Algo que (de nuevo entre comillas) no hacen los animales, que son ignorantes, pero inocentes. El sentido, para mí, del relato, es que la libertad humana es a un tiempo el pecado y el castigo. La libertad aleja al hombre de Dios, porque el hombre quiere alejarse de Dios. La maldad y las guerras no las provoca Dios, sino el hombre.
Por ejemplo, imaginemos que Jesús no hubiese sido crucificado, sino que hubiese muerto de viejo como Mahoma: ¿hubiese existido el cristianismo? Bueno... ¿por qué no? Aunque la crucifixión se ha convertido en el símbolo del sacrificio de Jesús, su sola existencia como ser humano, con los sufrimientos que ello conlleva, ya hubiese supuesto suficiente sacrificio. No olvidemos que Jesús sufre durante toda su vida sin necesidad de la cruz: llora, entra en cólera, siente miedo, tiene dudas, es tentado. ¿Y todo ello por qué? Porque Jesús experimenta la naturaleza humana, y, aun siendo divino, nace con la capacidad para pecar de todos los hombres... y aunque él no peca, sí que experimenta los sufrimientos de la tentación (o, lo que es lo mismo, el sufrimiento que conlleva la libertad humana). Ese es el sacrificio de Jesús... sin cruz, tal vez el símbolo de la Iglesia serían hoy las lágrimas de Jesús cuando muere un amigo, o un símbolo de su sufrimiento en el desierto. El mero hecho de vivir como hombre es el sacrificio de Jesús.
Es que sin pensar en un hombre libre, sin la idea del libre albedrío, la cosmogonía cristiana se desmorona por completo: Dios se convertiría en el demonio (puesto que Adán y Eva hubiesen pecado no por su propia decisión, sino porque Dios así lo quiso... y si Dios obliga a pecar, es Dios quien peca realmente), Jesús -el Cristo- no traería al mundo la Palabra para que el hombre la escuche si el hombre quiere sino que sencillamente habría venido a burlarse de los títeres humanos o para convertirse en una rock star. Es más, su presencia sería gratuita: si no viene para salvar a los hijos de Dios, ¿para qué viene entonces? ¿para pedir que no peque a una humanidad que, sí o sí, será pecadora porque lo quiere Dios?
Y todos sabemos que la alternativa al pecado existe: tú puedes decidir si joder a tu prójimo o no. Si le jodes, no le eches la culpa a la serpiente, sino a ti mismo. Cuando un león mata a otro no está pecando, porque no es libre: su instinto le conduce como a una marioneta. Cuando un hombre mata a otro, sin embargo, lo hace voluntariamente. Tampoco una gacela es santa por el hecho de ser mansa... porque tampoco puede elegir. Sin embargo, un hombre manso sí es santo, porque ha elegido el bien aun teniendo el mal al alcance de la mano.
Dicho de otro modo: matar no es pecado (los animales matan). Lo que es un pecado es matar cuando Dios te ha dado la capacidad de decidir no matar.
Si no es así, ¿dónde está el sentido de toda esa religión? No olvidemos que, pese a la impresión que causa la Iglesia como institución (u otras agrupaciones cristianas) el cristianismo es probablemente la religión más crítica consigo misma en el aspecto teológico: sus 2000 años de existencia son 2000 años de discusión interna en torno al significado de todas y cada una de sus afirmaciones. Eso hace que, pese a que no deja de ser una religión -y por tanto una explicación mágica del mundo- su lógica interna
ha sido puesta a prueba una y otra vez por los mismos pensadores cristianos.
Homer Simpson dijó una vez:
Cita:
Un chico más grande que yo me dijó que lo hiciera.
Pero... lo de Homer Simpson es sólo una excusa.