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- Perro De Lobo
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Crónica de Perro o Cómo Jugar A Los EuroMillones Tambien En Tibia
Burn, baby, Burn.
Sucede que a veces, vínculos importantísimos se crean en los sitios más recónditos y entre los seres más extraños. Ocasiones en las que los estertores agónicos de un personaje al que has visto crecer, alimentarse de cosas que harían vomitar a Grumete, e incluso aprender a pescar, te duelen como si fueran los propios. Cada paso que da hacia una vida mejor, es motivo de orgullo y de satisfacción, un suceso que hincha el alma y que la hace volar libre como una cometa.
Mi personaje en Tibia se llama Jorol, y aunque yo controlo sus movimientos a través del teclado, sé que es un ente propio, separado e individual. Con sentimientos. Con esperanzas y sueños. Le aprecio tanto que, en ocasiones, desearía poder estar ahí, en su mundo, para ponerle una mano en el hombro y decirle: "Ánimo, hijo, lo estás haciendo muy bien. Sigue adelante".
Jorol es un alma pura que resplandece de amor. Por eso, cuando despues de una dura jornada de exploración en la que no había herido ni a un bichito, se dirigió al pueblo a comprar comida, no podía imaginarse que existiera ente, en todo el vasto continente de Tibia, que quisiera hacerle dolor. Jorol atravesó la calle principal con una sonrisa desbordante de felicidad y entró en la tienda con un pequeño saltito.
La primera bola de fuego le impactó en el pecho mientras decía "Hi" al tendero. Un aullido ronco surgió de su garganta mientras, con la mirada perdida, intentaba buscar un sitio donde esconderse. La tienda era pequeña, y no tardó en llegar otra bola de fuego que casi le derritió el anillo curiaceo. Con espasmos violentos, Jorol saltó por encima de la caja que habían puesto delante de la puerta de la tienda y huyó, aún en llamas, hacia el puerto.
La vida de Jorol estaba en peligro. El ataque le había dejado maltrecho, pero lo peor era que mientras continuara ardiendo, su energía iría bajando de 10 en 10 cada pocos segundos. Corría, atravesando calles, casas, una bengala humana con sueños y ambiciones que ardían como cerillos. 60, 50, 40... la vida se le escapaba de las manos y no tenia un misero pececillo que llevarse a la boca. 30, 20... En el cementerio, alguien había empezado a tallar caracteres sobre una lápida de marmol: J O R . . .
Con tiempo prestado, Jorol cogió su caña y encaró el rio, mientras el fuego le iba consumiendo, transformándolo en un cascarón reseco y ennegrecido. Lanzó el anzuelo al agua con sus ultimas fuerzas.
Entonces ocurrió lo increible.
Como si de un milagro de los dioses del Tibia se tratara, cada vez que la caña se hundia en el agua, capturaba un pez, sin el menor esfuerzo. Jorol iba devorandolos conforme los cogía. Un pez, dos peces, tres peces. En un arrebato frenético, las manos de Jorol se habían convertido en borrones que manejaban la caña a velocidad sublumínica, sacando peces y peces como si el mañana no existiera. La vida de Jorol seguía bajando, pero poco a poco, bajando menos... 20, 21, 22, 23, 13, 14, 15, 16, 6...
El fuego dejó de actuar, dejando a Jorol (nivel 9) con 6 ptos de vida, ningun pececillo más, y un montón de sueños por cumplir, entre ellos, el de hacerse unos saquillos para la calderilla con el escroto de su atacante. Pero para ello tendría que ponerse más cachas que Nuck Chorris, cosa que empezó a hacer en cuanto salió de la unidad de quemados de Carlin.
EUROMINOLLES!
Jorol empezó su entrenamiento. Descubrió un lugar con rotworms donde poder aumentar a gusto sus niveles de espada y escudo (y amor). El cabrón que le había atacado estaba muy por encima de sus posibilidades actuales, así que Jorol necesitaba sparrings adecuados. Pero Jorol no estaba solo en ese oscuro lugar lleno de bichos. había otro como el, otro paria de nivel insultantemente bajo, que había tenido la misma idea. Con un llamamiento patético, el extraño personaje se dirigió a nuestro héroe: "train plx".
Jorol se apartó para que el pequeño subnormal, probablemente polaco de polonia, pudiera practicar contra un ejemplar de rotworm bastante pachucho. El lugar no era lo bastante suculento para dos personas, asi que Jorol decidió buscar nuevos horizontes en los que batallar. Halló, cerca de aquel lugar, una cueva con enanos, infraseres que le lanzaban insultos mientras intentaban rebanarle las pelotas. Jorol no se amedrentó, y convirtió a las pequeñas personitas, en una masa informe semejante a la mermelada. Familias enteras de enanos cayeron ante el filo justiciero de la espada del angel exterminador Jorol, como si fueran fruta madura en tiempo de cosecha.
Una vez desentumecidos los músculos, Jorol decidió volver a la cueva anterior, esperando encontrarla libre. Pero no, el jugador amongolado de antes no había salido. No lo había conseguido. Su cuerpo yacía roto, como el de un pajarito que deja de volar e impacta contra el suelo, ejemplo triste de lo frágil de la existencia. Jorol observó todo esto en silencio, su rostro endurecido por las luchas, no dejó entrever emoción alguna.
Entonces, abrió el tierno cuerpo para ver que escondía.
Y le tocó los eurominolles.
Jorol adquirió entre otras cosas:
- casco chanante que te pedes
- cota de malla de Def. 9
- Pescaditos y jamoncitos varios
y
- 650 monedas de oro del que cagó el moro
Jorol salió a tiempo de la cueva, pues dos mazacotes de niveles absurdos entraban casi al mismo tiempo, y corrió, y corrió, y corrió...
En su cara brillaba la sonrisa de un niño.
Burn, baby, Burn.
Sucede que a veces, vínculos importantísimos se crean en los sitios más recónditos y entre los seres más extraños. Ocasiones en las que los estertores agónicos de un personaje al que has visto crecer, alimentarse de cosas que harían vomitar a Grumete, e incluso aprender a pescar, te duelen como si fueran los propios. Cada paso que da hacia una vida mejor, es motivo de orgullo y de satisfacción, un suceso que hincha el alma y que la hace volar libre como una cometa.
Mi personaje en Tibia se llama Jorol, y aunque yo controlo sus movimientos a través del teclado, sé que es un ente propio, separado e individual. Con sentimientos. Con esperanzas y sueños. Le aprecio tanto que, en ocasiones, desearía poder estar ahí, en su mundo, para ponerle una mano en el hombro y decirle: "Ánimo, hijo, lo estás haciendo muy bien. Sigue adelante".
Jorol es un alma pura que resplandece de amor. Por eso, cuando despues de una dura jornada de exploración en la que no había herido ni a un bichito, se dirigió al pueblo a comprar comida, no podía imaginarse que existiera ente, en todo el vasto continente de Tibia, que quisiera hacerle dolor. Jorol atravesó la calle principal con una sonrisa desbordante de felicidad y entró en la tienda con un pequeño saltito.
La primera bola de fuego le impactó en el pecho mientras decía "Hi" al tendero. Un aullido ronco surgió de su garganta mientras, con la mirada perdida, intentaba buscar un sitio donde esconderse. La tienda era pequeña, y no tardó en llegar otra bola de fuego que casi le derritió el anillo curiaceo. Con espasmos violentos, Jorol saltó por encima de la caja que habían puesto delante de la puerta de la tienda y huyó, aún en llamas, hacia el puerto.
La vida de Jorol estaba en peligro. El ataque le había dejado maltrecho, pero lo peor era que mientras continuara ardiendo, su energía iría bajando de 10 en 10 cada pocos segundos. Corría, atravesando calles, casas, una bengala humana con sueños y ambiciones que ardían como cerillos. 60, 50, 40... la vida se le escapaba de las manos y no tenia un misero pececillo que llevarse a la boca. 30, 20... En el cementerio, alguien había empezado a tallar caracteres sobre una lápida de marmol: J O R . . .
Con tiempo prestado, Jorol cogió su caña y encaró el rio, mientras el fuego le iba consumiendo, transformándolo en un cascarón reseco y ennegrecido. Lanzó el anzuelo al agua con sus ultimas fuerzas.
Entonces ocurrió lo increible.
Como si de un milagro de los dioses del Tibia se tratara, cada vez que la caña se hundia en el agua, capturaba un pez, sin el menor esfuerzo. Jorol iba devorandolos conforme los cogía. Un pez, dos peces, tres peces. En un arrebato frenético, las manos de Jorol se habían convertido en borrones que manejaban la caña a velocidad sublumínica, sacando peces y peces como si el mañana no existiera. La vida de Jorol seguía bajando, pero poco a poco, bajando menos... 20, 21, 22, 23, 13, 14, 15, 16, 6...
El fuego dejó de actuar, dejando a Jorol (nivel 9) con 6 ptos de vida, ningun pececillo más, y un montón de sueños por cumplir, entre ellos, el de hacerse unos saquillos para la calderilla con el escroto de su atacante. Pero para ello tendría que ponerse más cachas que Nuck Chorris, cosa que empezó a hacer en cuanto salió de la unidad de quemados de Carlin.
EUROMINOLLES!
Jorol empezó su entrenamiento. Descubrió un lugar con rotworms donde poder aumentar a gusto sus niveles de espada y escudo (y amor). El cabrón que le había atacado estaba muy por encima de sus posibilidades actuales, así que Jorol necesitaba sparrings adecuados. Pero Jorol no estaba solo en ese oscuro lugar lleno de bichos. había otro como el, otro paria de nivel insultantemente bajo, que había tenido la misma idea. Con un llamamiento patético, el extraño personaje se dirigió a nuestro héroe: "train plx".
Jorol se apartó para que el pequeño subnormal, probablemente polaco de polonia, pudiera practicar contra un ejemplar de rotworm bastante pachucho. El lugar no era lo bastante suculento para dos personas, asi que Jorol decidió buscar nuevos horizontes en los que batallar. Halló, cerca de aquel lugar, una cueva con enanos, infraseres que le lanzaban insultos mientras intentaban rebanarle las pelotas. Jorol no se amedrentó, y convirtió a las pequeñas personitas, en una masa informe semejante a la mermelada. Familias enteras de enanos cayeron ante el filo justiciero de la espada del angel exterminador Jorol, como si fueran fruta madura en tiempo de cosecha.
Una vez desentumecidos los músculos, Jorol decidió volver a la cueva anterior, esperando encontrarla libre. Pero no, el jugador amongolado de antes no había salido. No lo había conseguido. Su cuerpo yacía roto, como el de un pajarito que deja de volar e impacta contra el suelo, ejemplo triste de lo frágil de la existencia. Jorol observó todo esto en silencio, su rostro endurecido por las luchas, no dejó entrever emoción alguna.
Entonces, abrió el tierno cuerpo para ver que escondía.
Y le tocó los eurominolles.
Jorol adquirió entre otras cosas:
- casco chanante que te pedes
- cota de malla de Def. 9
- Pescaditos y jamoncitos varios
y
- 650 monedas de oro del que cagó el moro
Jorol salió a tiempo de la cueva, pues dos mazacotes de niveles absurdos entraban casi al mismo tiempo, y corrió, y corrió, y corrió...
En su cara brillaba la sonrisa de un niño.
He sido asaltado fieramente por la concupiscencia carnal
- Juggernaut
- Hombre de Mundo
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- Registrado: 02 Ago 2003 12:35
- Ubicación: en una galaxia lejana, muy lejana
Crónicas de un hechicero en MainLand.
Mi querido diario.
Ayer me decidí. Había estado pensando durante mis primeras 8 fases, qué iba a ser de mayor. Lo pensé detenidamente, cada una de las ventajas y los inconvenientes. Al fin, ayer me decidí.
Me fuí a ver al oráculo, y le dije que sería hechicero.
Nunca pensé que el mundo exterior fuera tan grande... y tan cruel. He visto morir a mis amigos ante mis ojos, he sufrido la rapacidad y el escarnio de los que son más poderosos...
Todo empezó en el templo, como siempre. Enseguida me dirigí telepáticamente hacia la gente que estaba ahí fuera. Zatur y Rianxeira, mis amiguitos. Me llevaron a una tienda de magia, y me dijeron "ala, ahí es". Se quedaron un rato mirándome, yo apoyando sucesivamente mi peso en un pie y en otro en espera de poder entender qué coño se suponía que tenía que hacer... pero al final se marcharon.
Y me quedé solo, sin saber qué hacer.
Le pregunté algo a la tendera, y me dijo que vendía muchas cosas que no entendía. No se yo qué será una runa, pero parece chuli.
Me fuí al piso de arriba, y encontré a una tía que me decía que vendía hechizos.
Y yo acojonado, pues iba con 300 monedas de oro encima y sabía como se las gastaban por allí.
Así que salí de allí y fui a ver la ciudad. Encontré el depot, pude dejar mis cosas, y ya más seguro, empecé a buscar mi guild (cofradía) donde me esperaba la maestra de la orden de los hechiceros.
Por el camino encontré el "corredor de la muerte", delante del depot, con todo el mundo esperando que pasara alguien. En cuanto pasé, uno de ellos empezó a cantar: 3... 2... 1... Y como no tenía muchas ganas de descubrir qué pasaba al llegar a 0, me largué por patas. No debieron considerar que fuera demasiado divertido darme, porque no me siguieron.
Recorrí toda la puta ciudad... hasta al fin enterarme que mi guild, la tía que me podía vender hechizos, era la de la parte de arriba de la tienda de magia, la que ya había visitado. Así que fui a comprar mi primer hechizo. Sabía que debía empezar a usarlo constantemente para que subiera mi magia de nivel.
Después fuí a buscar a gente. Me junté con Jorol, que me llevó a matar goblins con él. No suponían ningún problema. Después rootworms... y eso si que suponía un problema para mi, menos mal que estaba él.
Después aconteció el desastre: Subimos a una colina, y vimos un cazador. Pensamos que sería amigable... pero después del tercer flechazo que te quita 40 puntos de vida de golpe, deducimos que no.
Jorol murió ante mis atónitos ojos mientras el cazador decía, como un gollum cualquiera: "Guess who will hunt here".
Intenté acercarme amistosamente al cazador para recoger las pertenencias de Jorol (y devolvérselas, claro, no penséis mal)... pero después del segundo flechazo y habiéndome quedado con 10 de vida, pensé que a lo mejor a Jorol esas cosas materiales tampoco le importan tanto.
Luego las recuperó.
Finalmente, hice un viaje con rianxeira al interior de un desfiladero, hacia el sur. Un enano casi se nos cepilla, entramos y entrevimos beholders muertos que hicieron que nos largáramos por patas antes que aparecieran más.
Yo volví con mis goblins, necesito dinero para comprar mi primer hechizo ofensivo... me atacaron 3 a la vez, salí mal parado... y un tío me mira, me ve con la vida mal... se para a mi lado, se lo piensa... y me empieza a atacar! un nivel 11. Luego entendí que yo era su primera víctima, y que el tío había estado intentandolo mucho rato, hasta que se le ocurrió quitar la opción de seguridad que te impide atacar a otros jugadores.
el caso es que el pobre no podía hacerme nada con mis defensas... al principio corrí, pero luego vi que no pasaba nada, así que mientras el moscardón ese molestaba, yo iba a mi rollo matando goblins.
El caso es que en ningún momento nos dirigimos ni una sola palabra. ¿Qué teníamos que decirnos? El quería depredar, y yo quería sobrevivir. ¿Qué comunicación otra puede haber entre nosotros que el eterno baile de la vida y la muerte?
Mi querido diario.
Ayer me decidí. Había estado pensando durante mis primeras 8 fases, qué iba a ser de mayor. Lo pensé detenidamente, cada una de las ventajas y los inconvenientes. Al fin, ayer me decidí.
Me fuí a ver al oráculo, y le dije que sería hechicero.
Nunca pensé que el mundo exterior fuera tan grande... y tan cruel. He visto morir a mis amigos ante mis ojos, he sufrido la rapacidad y el escarnio de los que son más poderosos...
Todo empezó en el templo, como siempre. Enseguida me dirigí telepáticamente hacia la gente que estaba ahí fuera. Zatur y Rianxeira, mis amiguitos. Me llevaron a una tienda de magia, y me dijeron "ala, ahí es". Se quedaron un rato mirándome, yo apoyando sucesivamente mi peso en un pie y en otro en espera de poder entender qué coño se suponía que tenía que hacer... pero al final se marcharon.
Y me quedé solo, sin saber qué hacer.
Le pregunté algo a la tendera, y me dijo que vendía muchas cosas que no entendía. No se yo qué será una runa, pero parece chuli.
Me fuí al piso de arriba, y encontré a una tía que me decía que vendía hechizos.
Y yo acojonado, pues iba con 300 monedas de oro encima y sabía como se las gastaban por allí.
Así que salí de allí y fui a ver la ciudad. Encontré el depot, pude dejar mis cosas, y ya más seguro, empecé a buscar mi guild (cofradía) donde me esperaba la maestra de la orden de los hechiceros.
Por el camino encontré el "corredor de la muerte", delante del depot, con todo el mundo esperando que pasara alguien. En cuanto pasé, uno de ellos empezó a cantar: 3... 2... 1... Y como no tenía muchas ganas de descubrir qué pasaba al llegar a 0, me largué por patas. No debieron considerar que fuera demasiado divertido darme, porque no me siguieron.
Recorrí toda la puta ciudad... hasta al fin enterarme que mi guild, la tía que me podía vender hechizos, era la de la parte de arriba de la tienda de magia, la que ya había visitado. Así que fui a comprar mi primer hechizo. Sabía que debía empezar a usarlo constantemente para que subiera mi magia de nivel.
Después fuí a buscar a gente. Me junté con Jorol, que me llevó a matar goblins con él. No suponían ningún problema. Después rootworms... y eso si que suponía un problema para mi, menos mal que estaba él.
Después aconteció el desastre: Subimos a una colina, y vimos un cazador. Pensamos que sería amigable... pero después del tercer flechazo que te quita 40 puntos de vida de golpe, deducimos que no.
Jorol murió ante mis atónitos ojos mientras el cazador decía, como un gollum cualquiera: "Guess who will hunt here".
Intenté acercarme amistosamente al cazador para recoger las pertenencias de Jorol (y devolvérselas, claro, no penséis mal)... pero después del segundo flechazo y habiéndome quedado con 10 de vida, pensé que a lo mejor a Jorol esas cosas materiales tampoco le importan tanto.
Luego las recuperó.
Finalmente, hice un viaje con rianxeira al interior de un desfiladero, hacia el sur. Un enano casi se nos cepilla, entramos y entrevimos beholders muertos que hicieron que nos largáramos por patas antes que aparecieran más.
Yo volví con mis goblins, necesito dinero para comprar mi primer hechizo ofensivo... me atacaron 3 a la vez, salí mal parado... y un tío me mira, me ve con la vida mal... se para a mi lado, se lo piensa... y me empieza a atacar! un nivel 11. Luego entendí que yo era su primera víctima, y que el tío había estado intentandolo mucho rato, hasta que se le ocurrió quitar la opción de seguridad que te impide atacar a otros jugadores.
el caso es que el pobre no podía hacerme nada con mis defensas... al principio corrí, pero luego vi que no pasaba nada, así que mientras el moscardón ese molestaba, yo iba a mi rollo matando goblins.
El caso es que en ningún momento nos dirigimos ni una sola palabra. ¿Qué teníamos que decirnos? El quería depredar, y yo quería sobrevivir. ¿Qué comunicación otra puede haber entre nosotros que el eterno baile de la vida y la muerte?
Este es un mundo de estúpidos, controlados por imbéciles, para beneficio de mediocres.
- Juggernaut
- Hombre de Mundo
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- Registrado: 02 Ago 2003 12:35
- Ubicación: en una galaxia lejana, muy lejana
Un pequeño añadido a las crónicas.
No juguéis solos si sois de nivel 8.
Nunca.
He probado a dar un voltio yo solo, por donde me habían enseñado, y la primera vez ya me ha matado un tío de nivel 15. He perdido la armadura. Y la segunda vez que he ido a buscar cosas al bosque, me ha venido a matar otro, y he conseguido escapar... con 5 de vida, y desloguearme.
Además el tío me perseguía a lo psico killer diciendo "i'll kill you!"
Mi personaje, cuando vuelva a entrar, estará en el bosque, lleno de goblins, con 5 de vida, sin comida, sin luz, sin gas, sin na. Mi única oportunidad es pillar un conejo.
Son tiempos adversos para la rebelión.
No juguéis solos si sois de nivel 8.
Nunca.
He probado a dar un voltio yo solo, por donde me habían enseñado, y la primera vez ya me ha matado un tío de nivel 15. He perdido la armadura. Y la segunda vez que he ido a buscar cosas al bosque, me ha venido a matar otro, y he conseguido escapar... con 5 de vida, y desloguearme.
Además el tío me perseguía a lo psico killer diciendo "i'll kill you!"
Mi personaje, cuando vuelva a entrar, estará en el bosque, lleno de goblins, con 5 de vida, sin comida, sin luz, sin gas, sin na. Mi única oportunidad es pillar un conejo.
Son tiempos adversos para la rebelión.
Este es un mundo de estúpidos, controlados por imbéciles, para beneficio de mediocres.
Lo mejor son los perdonavidas, estas tu solo en una guarida de trolls, te ausentas a buscar a alguien, vuelves, hay un tio de nivel 21 ostiandose con trolls (que con ese nivel te lso cargas de un golpe y casi ni te dan experiencia), le tocas uno y empieza a decir que no los mates que son suyos y lleva media hora alli (mentira, cuando me fui 5 minutos antes no estaba) mientras te lanza bolas de fuego, y despues te enmpieza a dar la chapa por privado de que si eres un puto novato, que si no tienes respeto, que si los monstruos de la gente no se tocan, que si como te vuelva a cruzar te mata ota vez, etc..., se nota que lo de son of a bitch, bastrad y liar no le sento muy bien. Es que esta super guay que los de nivel 8 nos quedemos sin monstruos que matar porque los de nivel 21 no tienen cojones a enfrentarse a algo mas fuerte que un troll, con la de amazonas que habia al lado que para el debian ser juego de niños.
Visita Pequeñas historias, no te arrepentirás, o si, o no, o que se yo.
Ultima actualización 5-8-2011
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- Nicotin
- Manuel Fraga Iribarne
- Mensajes: 12343
- Registrado: 25 Feb 2003 13:25
- Ubicación: ...ale ...pira.
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Que alguien ponga un mapa o esquema de:
Cómo se va desde el punto en que apareces en la "mainland" hasta el depósito donde puedes guardar tus cosas. Ya tengo nivel 8 y probablemente aparezca mañana por ahí.
Y deberíais poner un punto de reunión seguro para los del pH.
Mi idea es que cuando aparezca una victima susceptible, le apalicemos mientras berreamos todos "PH! PH!".
La gente empezará a preguntarse qué coño es eso de "PH", si "Punk Haters", o "Polisía hustisiera", "Por Herculo", "Pisoteando Hinocentes" o "Palisas Hinjustificadas".
Me la juego a que si lo hacemos a menudo, el término empezará a extenderse. Como lo de "noob", alguna gilipollez que dijo un gafotas con acné y que ahora todos repiten. Me hace muchísima gracia que me digan "noob" y se supone que tengo que sentirme humillado y ofendido. Es como lo de "pujicama".
Cómo se va desde el punto en que apareces en la "mainland" hasta el depósito donde puedes guardar tus cosas. Ya tengo nivel 8 y probablemente aparezca mañana por ahí.
Y deberíais poner un punto de reunión seguro para los del pH.
Mi idea es que cuando aparezca una victima susceptible, le apalicemos mientras berreamos todos "PH! PH!".
La gente empezará a preguntarse qué coño es eso de "PH", si "Punk Haters", o "Polisía hustisiera", "Por Herculo", "Pisoteando Hinocentes" o "Palisas Hinjustificadas".
Me la juego a que si lo hacemos a menudo, el término empezará a extenderse. Como lo de "noob", alguna gilipollez que dijo un gafotas con acné y que ahora todos repiten. Me hace muchísima gracia que me digan "noob" y se supone que tengo que sentirme humillado y ofendido. Es como lo de "pujicama".
The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.
Es facil de encontrar, todos los cadaveres de incautos estan enfrente del depot, tu sales del templo y vas a la izquierda, encontraras mucha gente pegando berridos y posiblemente leches, eso es el deposito, si entras estaras a salvo, sino... bueno, depende de como tengan el dia.
Visita Pequeñas historias, no te arrepentirás, o si, o no, o que se yo.
Ultima actualización 5-8-2011
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- elHijoDelFonk
- moromielda
- Mensajes: 169
- Registrado: 17 Ene 2005 02:20
Nicotin, una vez vamos al Oráculo y elegimos profesión y lugar nos envia directamente a Depot y ahí es donde se deben guardar tus pertenencias.
Allí dentro no puede matarte nadie, pero sí pueden empujarte y hacerte pupa.
Allí dentro no puede matarte nadie, pero sí pueden empujarte y hacerte pupa.
Última edición por BarBara el 02 Sep 2005 18:01, editado 1 vez en total.
Creían que estaba loca solo porque le quiso desenterrar una vez.