¿Te has mirado youtubes de cómo cepillarte a esos dos boses?Chino escribió: ↑09 Feb 2022 09:23Anoche, para desengrasar, me puse un rato Death's Door, y qué maravilla de juego, qué divertido y qué enganche... me dieron las tantas. Así que me temo lo que me va a pasar: voy a seguir con Death's Door, voy a pensar que Sekiro me lo terminaré ya si eso luego, y cuando lo retome no me voy a acordar ni de los controles.
Puta bida.
A mí me ha pasado cienes de veces que me emperro en una estrategia determinada con un juego, y cuando éste me enfrenta a un hijoputa diseñado para que esa estrategia no funcione, al final mirarte cómo lo hace otra gente te ayuda para desbloquearte o para descubrir alguna argucia que ni se te había pasado por la cabeza.
Ánimos, porque la verdad es que jodería que, estando tan tan cerquita de terminar ese juego tan mostrenco, te quedes ahí a las puertas. Mis respectos, Chino, eres un gamer de pro.
Yo llevo este principio de año muy ocupado:
Days gone. PS5

Aprovechando que te lo dan gratis en PSPlus si te has comprado la PS5, me puse con ello con más bien pocas esperanzas a sabiendas de la tibia recepción que tuvo entre crítica y público, pero con la certeza de que, tratándose de un juego postapocalíptico con zombis engendros, algo de placer le sacaría.
Y, joder, para mi sorpresa me encontré con un juego visualmente ESPECTACULAR, que va finísimo siempre, que tiene una jugabilidad acojonantemente amplia, y que encima presenta un mundo abierto que, sin llegar a los niveles enfermizos de RDR2, funciona de maravilla tanto a nivel de eventos sorprendentes, como a nivel de mecánica interna: las situaciones que se dan, se dan con una lógica apabullante y te permiten utilizar el entorno en tu propio beneficio de muchas maneras si estás espabilado.
Ejemplo práctico:
Vas con tu amoto paseando en busca de recursos (piezas de caza que vender, gasolina, munición, cadáveres de infelices que no corrieron lo suficiente a los que saquear, chatarra con la que craftear armas/trampas/botiquines...), y ves a lo lejos a un tipo que vigila en lo alto de un risco. Ha habido suerte y no te ha visto ni oído de momento, por lo que paras la moto escondiéndola dentro de una masa de vegetación, y te acercas sigilosamente aprovechando las coberturas que presenta el terreno. Cuando estás lo suficientemente cerca, echas un vistazo somero alrededor y descubres que se trata de un campamento de saqueadores: gentuza que ha aprovechado el Apocalipsis para imponer la ley del más fuerte, y se dedica a asaltar a desdichados viajeros a los que violan o explotan de maneras terribles hasta que dejan de ser útiles. Toca barrerlos de la faz de la tierra (o de poner pies en polvorosa, ya que el juego no te obliga a nada, aunque hacerlo hará ese camino en concreto, un lugar más seguro para todos).
Vas corto de munición y parece que te vas a encontrar con unos 19 cabrones bien armados. El ataque frontal es un suicidio, y el asalto en sigilo va a requerir mucho tiempo, paciencia y puede saltar por los aires en cualquier momento (en realidad el sigilo es la puta hostia cuando ya has subido unos cuantos niveles, pero bueno).
Idea genial.
Ves que cerca del campamento hay un río. Lugar donde los engendros suelen acudir a beber (no son zombis y tienen necesidades fisiológicas más o menos normales). Ok.
Coges una granada y la tiras bien cerca, alertando a todo díos, engendros incluídos, que ante tu presencia, se arrojan hacia ti. Tú te dispones a correr directo al campamento usando tu resistencia (una barra que se agota, pero que se puede mejorar) y se los lanzas como el hijueputa en el que te ha convertido la vida. Justo antes de llegar, sales de la línea de visión de todo el mundo escabulléndote por un lateral y ocultándote en un seto.
Los saqueadores abren fuego ante la docena de monstruos que se les viene encima. Y a tí te toca esperar a que la fiesta termine, y deshacerte de los mermados supervivientes, sean del bando que sean.
Esta situación te va a ocurrir en más de una ocasión. Es una situación totalmente aleatoria del juego que tú puedes provocar. El mundo de Days Gone responde a unas reglas lógicas bastante realistas (no deja de ser un puto videojuego, con sus cosas irreales que te dan una ventaja a veces sobrenatural sobre tus rivales) y que están atadas por factores como las líneas de visión, una IA decente tanto de enemigos como de aliados, horarios (la noche es diez veces más peligrosa que el día), regiones con diferentes tipos de enemigos dependiendo de la orografía, el clima...
Todo muy compacto, la verdad.
Luego el juego es un sandbox enorme, con una historia MUY larga (que a mí no se me hizo pesada en absoluto) y bastante bien contada. Tiene sus giros, sus personajes bien escritos, sus sorpresas. No es The Last of Us (NADA es TLOU, Peladillas, métetelo en la cabeza y llora amargamente por las esquinas hasta que Neil Druckmann tenga a bien escribir el tercer capítulo), pero es un guión digno y nada perezoso. He visto series y películas de temática zombi cien mil veces peores que esto. Diría que es incluso de lo mejorcito que se ha hecho en el género a nivel narrativo, pese a sus no pocos tópicos.
A nivel jugable, empezamos siendo unos mindundis, y a medida que vayamos haciendo cosas (principalmente completar misiones y matar mostros/animales/humanos), iremos ganando experiencia, subiendo niveles y comprando con ellos nuevas habilidades y mejorando las que tenemos, convirtiéndonos al final en un hijoputa durísimo de pelar capaz de luchar y vencer en cualquier situación.
A lo largo del vasto escenario, habrá también asentamientos de supervivientes, con los que nos aliaremos y colaboraremos (si queremos), en pro de conseguir aumentar la confianza con ellos, lo cual nos desbloqueará un surtido mejor de armas y de mejoras para la moto, que es probablemente el elemento mecánico más importante del juego, puesto que te permite grabar cuando estás al lado de ella en La Mierda (que es como llaman al yermo exterior de los asentamientos y donde pasaremos el 90% del tiempo) y porque te permite huir y almacenar munición preciosa en sus alforjas. Conviene mimarla.
Y por último comentar el punto fuerte del juego: Las Hordas. Los putos bosses a los que tarde o temprano te encontrarás y tendrás que enfrentarte.
Por supuesto, durante las primeras horas del juego, no habrá más remedio que echar patas si una de estas masas de engendros te encuentra. Pero llegará un punto en el que el enfrentamiento será inevitable, y ahí el juego sube un par de niveles de interés.
Ejemplo gráfico:
Más o menos a partir del minuto 3 empieza la phiesta.
Hay como unas 40 hordas en total, cada una en escenarios y en cantidad diferente. Algunas "no tendrán más" de 50 miembros, pero las más grandes son un auténtico reto que te obliga a cartografíar bien la zona, elegir con sabiduría las zonas de escapada, embudos, elementos del escenario que te pueden ayudar, horarios en los que es mejor iniciar el ataque, las armas que llevas... algo muy divertido que te da una satisfacción brutal cuando lo sacas adelante.
Vamos, que es un juego que me ha encantado y con el que me he acabado sacando un platino que ni pensaba pelear cuando lo puse por primera vez.
Poseedores de una PS4 o 5: jugadlo.
Cojonudo.
Me imagino que el hecho de que el juego saliese con serios problemas de rendimiento, hizo que la gente sudara de él. Pero hoy día es de lo mejor que se puede jugar en consola, en serio.
Va como, como...
Un 9.
No es un 10 porque la historia tira un poco de tópicos y ciertas mecánicas como la caza o los encargos secundarios, sin hacerse repetitivas nunca, al final no son tan variadas o profundas como en otros juegos.