Por cierto, o no, menudo 'empujoncito' se le está dando al independentismo catalán desde otros sectores tanto o más radicales y pueriles que nuestro bienamado Carod en distintos lugares de la península, y no hablo de Portugal precisamente.
Y conste que no lo digo por chiquilladas como la que tuvo a bien decretar el consistorio de la siempre acogedora ciudad de
Benidorm, paraíso del jubilao y que pienso seguir disfrutando cada vez que me invite el INSERSO, sino más bien, a un Boicot en toda regla a cualquier producto catalán, y no sólo el cava, pregonado a voces desde ciertos programas de televisiones públicas (véase Telemadriz). Ayer mismo pude ver, entre el estupor y la carcajada, en el programa de 'humor-zapping' de TV3 APM (Alguna pregunta més?) - que por cierto, es lo único decente que veo últimamente por televisión, y porque además es cortísimo -, como una señora muy graciosa, pero facha, de la que no tengo el mal gusto de conocer el nombre pero que debe salir en algún programa de la mañana (siempre fue una 'cantamañanas', creo que antes, y ahora no sé, era una de las colaboradoras de la Mª Teresa Campos) pregonaba y alentaba dicho boicot, y seguidamente daba paso a alguna que otra llamada preparada. Especialmente graciosa la de un señor que manifestó haber tirado, entre otros productos catalanes, toda la ropa que había en su armario.
Y claro, igual que lo vi yo, lo vio la pescadilla que se muerde la cola.