A mí lo que más me mola es que hayan sacado la acción de Messi precisamente como un recurso de apelación.
Qué guasones son. Sacan la que posiblemente sea la acción más ejemplar en contra del anti-fútbol para compararla esto:

Una jugada en la que Cristiano saca tres codazos con furia cuando ni siquiera le estaban agarrando ni la mitad que a Messi, que:
[youtube]7dgAZjLBKKs[/youtube]
únicamente intenta zafarse de un agarrón endogámico con la única intención de seguir la jugada por fuerza, velocidad, potencia y corriendo.
Si Marc Valiente le hubiera hecho un agarrón similar a Cristiano supongo que no sólo le habría partido la nariz, sino 3 costillas, una luxación de hombro y una lesión grave de tibia y peroné. Vamos, que se habría liado a hostias.
Lo de parar las imágenes de Messi interpretando que está intentando meterle un codazo a Marc Valiente, cuando lo que hace es seguir corriendo e intentar zafarse (y por lo tanto, al seguir corriendo, sigue haciendo el movimiento típico de los brazos cuando corres), es sencillamente sublime, un trabajo excelente, genial. Realmente admiro el trabajo de la prensa mesetaria: tienen una imaginación y una capacidad para manipular las cosas según sus beneficios realmente al alcance sólo de los personajes más entendidos. No puede ser que sean simplemente unos retardeds infumables: tiene que haber algo más. Están por encima de nosotros y nos la quieren colar. Obviamente, la prensa mesetaria representa la fuerza de la NATURALEZA, lo incontrolable, están jugando a ser Dios, y nos llevan eones de evolución.
Sois grandísimos. Y este artículo os lo dedido.
Cristiano Ronaldo debe ser sancionado“Las comparaciones son odiosas.”Esa es una frase, queridos amigos, que siempre hemos oídos acerca de las comparaciones. Y es que es muy cierto: si quieres llegar a un punto donde un debate se rompa, y la subjetividad empiece a hacer uso de presencia, haz comparaciones.
Las comparaciones, además de odiosas, son ridículas. Una comparación no te lleva a ningún punto, salvo
a poner algo por encima de lo demás, o viceversa. Por eso me voy a tomar la licencia de no hacer ninguna comparación en este artículo, ni de mencionar a nadie más que no sea a Cristiano Ronaldo.
Todos conocemos la calidad de
CR, eso es algo que está fuera de toda duda. Sabemos que es un jugador con unas características extraordinarias para jugar al fútbol y no creo que haya nadie en este planeta dispuesto a discutir que CR no esté entre los 5 mejores jugadores del mundo. En este punto de reconocimiento mundial e individual, donde todos tenemos claro el tipo de jugador que es y que es una estrella mundial, es en este punto en concreto donde asumimos que todos los jugadores de este calibre sufren de marcajes más pegajosos de lo habitual, de más pataditas por lo bajini, de más agarrones de esos que se suelen obviar –a no ser que sean muy evidentes, por supuesto- y, bueno, de todas las artimañas que un buen defensor leñero sabe aplicar sobre un campo de fútbol.
Nosotros lo sabemos, y Cristiano Ronaldo lo sabe aún mucho mejor. Es por eso que me extraña que, a estas alturas, Cristiano no haya sido capaz de asumir ese papel de que debe ser mucho más inteligente que sus defensores anti-fútbol, y evitar caer en agresiones que aparte de desmerecer su gran calidad futbolística, son evitables, porque aparte de ser reacciones parte de un calentón efímero, se pueden evitar, y son jugadas que únicamente le competen al juez infractor, el único capaz de parar el juego sucio y el único capaz de acabar con un estilo de juego que en los últimos años está tomando demasiado protagonismo.
No es culpa de Ronaldo tener que sufrir en cada partido marcajes que van al límite del reglamento. Pero es culpa de Ronaldo no haber asumido que no es sólo él quien sufre estos marcajes, y que debe madurar para en el futuro evitar calentarse y tomarse la justicia por su mano.
Aquí no es cuestión de demonizar a Ronaldo o demonizar a Mtiliga. Es cuestión de que en los altos mandos se enteren de una vez que la evolución del fútbol ha permitido que se pongan en práctica ciertos tecnicismos que evitan el juego limpio y favorecen al juego brusco. Técnicas y artimañas que no se sancionan como es debido, y que se permiten más de lo que se deben permitir. Un agarrón voluntario continuado es amarilla, sea en el minuto 1. o en el minuto 45. Una patadita aunque no sea muy dura es amarilla, porque es voluntaria, y la intención es cortar la continuidad del juego. Las amarillas no se miden por minutos ni porque sea la primera falta del partido: si juegas en contra del fútbol, hay alguien ahí dentro que debe darte tu merecido. Y si dos pataditas son expulsión, pues son expulsión, y a joderse que es lo que toca.
La cuestión pues, es que mientras nadie sea capaz de proponer esto y que salga adelante, el juego duro existirá; los planteamientos sobre jugar al límite del reglamento los seguiremos viendo, y los grandes jugadores deberán seguir sufriendo marcajes guarros, que desmerecen al fútbol.
¿Qué hay que hacer, pues, en estos casos?
Pues hacerle un caño in your face a tu marcador en la siguiente jugada y madurar el aspecto psicológico para evitar caer en este tipo de agresiones donde no sólo perjudicas a tu propia imagen, tu nobleza y a tu dignidad, sino que estás perjudicando al club en un momento donde te necesita más que nunca y en un momento clave de la temporada donde se está jugando su futuro.
CR debe tener su sanción para asumir su comportamiento como un castigo y como una llamada de atención por parte del club. Tener esto claro es el primer paso para seguir mejorando su extraordinaria condición de futbolista, a la que le pueden faltar ciertos retoques sobretodo en el aspecto psicológico, como evidencian sus últimas dos expulsiones por dos jugadas exactamente iguales. Lo dicho, una sanción sería lo más normal, y el ver a un Ronaldo mucho más calmado en los próximos partidos, lo más lógico. Y por supuesto, y que es a fin de cuentas lo que más importa –el club y no el jugador-, lo más beneficioso para el Real Madrid.