Me alegro que te gustara el Ouh! Babbo, es que por esa zona es lo mejorcito que hay sin que te metan un palo por el culo en la cuenta. Una pena lo de los ñokis con almejas, yo los recuerdo fantabulosos.
El Mercado de San Miguel es un secreto que no compartimos con independentistas-terroristas los madrileños y preferimos que os cebeis en nuestros putrefactos Cañas y Tapas antes de saborear la ambrosía centralista que tenemos por ahí.
Estaba en casa, sentado a la mesa, dos velas encendidas, dos copas de vino, me había duchado, afeitado, aplicado desodorante, cortado lass uñas y limado las durezas de los pies. Ante mí, un plato con una deliciosa, jugosa y enorme hamburguesa. Al otro lado de la mesa, otra. Estuve esperándote.
No te presentaste, aunque habíamos quedado. Y llóré. Antes me comí también tu hamburguesa, no era cuestión de tirarla o dejar que se enfriase. Pero después lloré. Y lloré porque dijiste que tu traerías las cocacolas y, al no presentarte, no pude beber cocacola con la hamburguesa. Y no hay nada más triste que comer una buena hamburguesa con agua.