Gandalfini escribió:Ésa es una de las claves fundamentales para alcanzar el intelecto humano. La otra, por lo que sé, son los sentimientos
Bueno, estoy más o menos de acuerdo pero es bastante matizable. Los sentimientos, en el sentido de emociones, podrían llegar a aparecer en un cerebro artificial lo bastante complejo. Cerebro artificial el cual quizá no experimentase las emociones del mismo modo que nosotros (lo cual es prácticamente imposible) pero sí podría comportarse como si algunas de esas emociones formasen parte de sus motivaciones.
Vamos: de llegarse a fabricar un Hal 9000, ese Hal 9000 se comportaría como si tuviese ciertas emociones y neurosis, aunque a un nivel bastante básico y superficial. Quizá no las "sentiría" como las sentimos nosotros, pero los inevitables conflictos que conlleva manejar información muy compleja y contradictoria le llevaría a comportarse de forma "humanamente imperfecta" y bajo el control de algo que el observador confundiría con auténticas emociones.
Así que para mí la otra clave fundamental no son las emociones, sino la
sensibilidad. El cerebro humano no existe por sí solo, sino que forma parte de un organismo de sensibilidad abrumadoramente compleja. Las relaciones entre cerebro y organismo serán casi imposibles de replicar en la relación cerebro artificial - organismo.
Por ponerte un ejemplo: se fabrican cámaras mucho más perfectas y funcionales que el ojo humano. En ese sentido, la tecnología ha superado a la naturaleza. El problema es que estas cámaras no disponen de un USB para interactuar con nuestro cerebro como sí lo hacen los ojos.
Toda ingesta y acumulación de energía, y la información puede incluirse esta vez en el saco, necesita un periodo de digestión y el mundo no está digiriendo nada de nada esta progresión descontrolada.
Existe un antídoto contra la progresión tecnológica: que en la mayoría de los casos es cara y poco rentable. Uno de los motivos por el que la era Terminator nunca llegará, es que nadie va a poner las ingentes cantidades de dinero para que llegue. Los únicos posibles interesados (los ejércitos) jamás verán sentido en dejar mucho esfuerzo para fabricar un "soldado perfecto", cuando es mucho más barato y efectivo usar soldados normales con armamento muy desarrollado.
Si lo piensas bien, la actual progresión tecnológica es, en la mayoría de los casos el mero refinamiento de descubrimientos y trabajos iniciados en el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Porque cuanto más avanzada está una tecnología, más complejo, difícil (y caro) resulta el escalar otro escalón.
Shiz escribió:el mejor ajedrecista del mundo llegó a creer que no era una máquina a lo que se enfrentaba pero lo que no me quedó del todo claro es si al menos en parte estaría en lo cierto.
Como dice Gandalfini, era sólo cuestión de tiempo crear una computadora capaz de vencer a cualquiera. Pero vamos, eso no tiene nada de particular. También se han creado automóviles capaces de vencer a Usain Bolt.
Yo no soy muy bueno al ajedrez, por desgracia empecé a jugar muy tarde, pero he leído muchísimo sobre él incluso antes de aprender a jugar (es sin duda, después del boxeo, el deporte con una historia y literatura más interesantes) y evidentemente el ajedrez de competición no es un juego de computadoras. Es un deporte humano en el que incluso al más alto nivel no entran en juego sólo los cálculos, sino también el ego, las enemistades personales y todo tipo de factores psicológicos y físicos. Por ejemplo, leí una encuesta hecha entre los mejores Grandes Maestros (creo que en los 70) sobre qué cualidades pensaban necesarias para ser un gran jugador de ajedrez. Creo recordar que la inteligencia era sólo la segunda, empatada con el estudio y la disciplina. La ganadora fue la capacidad de concentración.
No sé si la rabieta de Kasparov era real (yo creo que sí) pero no hace falta ser Kasparov para darse cuenta de que una computadora ganando al ajedrez no es un logro; es sólo una acumulación de datos en discos duros.
Lo fascinante es que Kasparov podía jugar casi al nivel de Deep Blue pero, al mismo tiempo podía enfadarse, moverse, preocuparse, respirar, tener ataques de ego o pensar en las cámaras que le estaban filmando. Deep Blue sólo podía jugar al ajedrez.
Kasparov era la máquina ahí.