A lo largo de la historia del cine y de la literatura de ciencia ficción, hemos podido apreciar dos corrientes básicas con respecto a los viajes en el tiempo: aquella que habla de un universo consistente en el que todo ha ocurrido desde siempre, como si fuese un bucle, es decir: en el que el viajero en el tiempo ha viajado siempre y siempre viajará y nada de lo que haga modificará lo que ya conocemos. Y aquella en la que lo que haga cada uno al ir al pasado altera el continuo espacio-tiempo, como explicaba Doc de ‘Regreso al futuro’, creando realidades alternativas.
La teoría del universo consistente se basa en que, hagas lo que hagas, todo ha ocurrido siempre de una misma manera y, si alguien viaja en el tiempo, es que había viajado en todas las ocasiones y sus acciones ya habían influido en el devenir de los acontecimientos. En esta vertiente se incluyen películas como ‘Terminator 3’, de Jonathan Mostow; ‘Time Line’, de Richard Donner; ‘Doce Monos’, de Terry Gilliam, o ‘El final de la cuenta atrás’, de Don Taylor.
El universo mutable puede dar pie, con un cambio producido a causa de un viaje en el tiempo, o bien a que todo se trastoque, o bien a que se produzca un universo paralelo. Esto también lo explica una de las científicas de ‘Déjà vu’ y Doc en ‘Regreso al futuro’, como se puede ver en la imagen de la derecha. Si la línea temporal se quiebra y sigue en otra dirección, la primera línea, que ya existió, puede desaparecer del todo o puede mantenerse, en otra dimensión. Las películas que se situarían en el universo mutable son ‘Regreso al futuro’, de Robert Zemeckis; ‘Terminator 2’
, de James Cameron; ‘Kate y Leopold’, de James Mangold; ‘El efecto mariposa’, de Eric Bress y J. Mackye Gruber etc… Estas películas toman como punto de partida la teoría del caos. Por ello, cuando Marty McFly viaja al pasado, pone en peligro su propia existencia al hacer que su madre se enamore de él. En todas estas cintas existe un solo universo posible, es decir que, si se quiebra la línea temporal, el otro que ya conocíamos desaparece. Los universos paralelos los trataría ‘El único’, de James Wong, protagonizada por Jet Li.
Si hablamos de universos paralelos, tendríamos que hablar de la teoría de cuerdas y su tesis de que en el mundo hay mucho más que cuatro dimensiones. Para profundizar en este tema recomiendo los documentales ‘El universo elegante’, del científico Brian Green, autor de un libro con el mismo título, que nos explica a los más profanos la teoría de las supercuerdas, la única teoría científica que es capaz de armonizar la relatividad Einstein con la mecánica cuántica, el electromagnetismo y la gravitación de Newton, que sin esta teoría, presentarían incompatibilidades. Sin embargo, la teoría de cuerdas, al tratar de elementos tan infinitesimalmente pequeños, no ha podido ser demostrada.
El único guiño que hace ‘Regreso al futuro’ al universo consistente es el momento en el que Marvin Berry llama a su primo, Chuck Berry, y le hace escuchar la música que toca Marty, el personaje de Michael J. Fox. Según esto, nadie habría inventado el rock and roll, se habría inventado gracias a ese viaje en el tiempo. Pero ¿cómo tocaría Marty rock si nadie lo ha inventado? Porque siempre ocurrió ese viaje. Aquí se presenta la paradoja del universo consistente: que nunca hubo una primera vez en la que se crearon las cosas. Sería como si una persona de nuestro tiempo viajase a 1560 con una copia de ‘El Quijote’ y se la entregase a Cervantes. Él la copiaría y la publicaría. Según eso, Cervantes no escribió ‘El Quijote’. Nadie escribió ‘El Quijote’, más o menos se escribió solo, se escribió a sí mismo. ‘Regreso al futuro’ rápidamente se escapa de esta atadura cuando Chuck, al teléfono le contesta a su primo que él ya estaba trabajando en un sonido similar.
Este ejemplo es llevado a la máxima consecuencia por algunos científicos que opinan que el propio universo se creó a sí mismo y que la línea temporal tiene forma de caracol. Todo esto se puede leer el libro de Richard Gott, ‘Los viajes en el tiempo y el universo de Einstein’. En el volumen se explica que el viaje en el tiempo hacia el futuro ya se ha producido. Otra de las explicaciones que da Gott es que, si se viaja casi tan rápido como la luz, debido a que el tiempo es relativo, para ese viajero, el tiempo irá muy despacio. Si se alcanza esta velocidad, el tiempo se detendrá. Si se supera, irá hacia atrás. Por lo tanto, se produciría un viaje al pasado. En el libro también se habla de momentos concretos a los que se puede viajar y otros a los que nunca se podrá retroceder. Se especula incluso que ya estemos recibiendo viajeros temporales. Y también habla de los agujeros de gusano y de una posible espiral que dibujaría el universo, según la cual, éste se habría creado a sí mismo. Por lo tanto, Gott apoya la teoría del universo consistente.
Como dicen en la película de Tony Scott, quienes creen en el universo consistente son conservadores, ya que da una especie de vértigo pensar que todo se podría cambiar si existiese la posibilidad de viajar al pasado. A los que creen en el universo mutable y en que todo se podría alterar si se recibiese una visita proveniente del futuro, los calificaban de radicales. Creer en que todo se hizo a sí mismo para mí requiere tanta fe como creer en Dios o en algo parecido. Por lo tanto, es con esa paradoja con lo que a mí me pierden y por lo que yo me adscribo a la teoría de los universos mutables.
La teoría del universo mutable también tiene su paradoja, que se llama “paradoja de la abuela”. Es algo muy similar a lo que ocurre en ‘Regreso al futuro’. Si yo viajo en el tiempo y mato a mi abuela, ya no puedo nacer. Pero si no nazco, tampoco puedo viajar en el tiempo y no puedo matar a mi abuela. Por lo tanto, sí que nacería. Etc… No saldríamos jamás de este círculo vicioso. Estas paradojas, quizá lo que demuestran es que el viaje en el tiempo nunca podrá existir. O, al menos, el viaje al pasado.