Underworld: Nosequé de los licántropos.RECUÉRDENME QUE HAY QUE MATAR DE INMEDIATO A LOS TÍOS QUE JUEGAN DOS PARTIDAS A UN JUEGO DE ROL Y DE AHÍ SE PONEN A ESCRIBIR UN GUIÓN CINEMATOGRÁFICO.
Vi la primera y me pareció horrorosamente mala, la segunda no la he visto y el otro día, con los mismos que fuí a ver Viernes 13, sencillicos ellos, ví Underworld 3. Continúa el despropósito allá donde yo lo dejé en la primera: Tópicos absolutamente gilipollas como castillos plagados de vampiros figurantes que sostienen bien visibles copas de sangre, muy bien vestidos y asbolutamente fuera de época en algunos casos, cuando beben esa sangre en copa, siempre les chorrea por los dos lados, no han aprendido en siglos y no van a hacerlo ahora, hombres-lobo de lo peorcito fabricado en cine hasta la fecha, vergonzosos hasta para Lon Chaney ó Teen Wolf, son una especie de magdalenas-oso con caretas horrorosas de goma que creo que provocan llagas en el cadáver sepultado de Stan Wiston, y dicen que cada hombre lobo de esta película generado por ordenador, hace que se pierdan 10 copias en DVD de la maravillosa Un Hombre Lobo Americano en Londres, de John Landis.
Los actores siguen siendo mezcla de mierderos absolutamente inútiles para gesticular, con actores ingleses muy buenos pero contenidos en papeles absolutamente subnormales. Vampiros que tienen hijas que crecen, leyes gilipollas de la gravedad y normas del juego de Vampiro aderezadas con un poco de estupidez supina. Siempre a oscuras, no por el rollo de los vampiros, sino porque no se note demasiado el cartón de los decorados.
Mézclese todo esto con el guión de ESPARTACO (sí, con dos cojones), y el extraño histrionismo contenido de Bill Nighy, actor que hacía de Pulpo en Piratas del caribe 2, que como es rey pues se pasa la película sentado en su trono mirando, y al final en la escena de lucha se pone una mega-armadura, se pone todo chulo, y de repente se la quita y sale corriendo.
Acojonable Absolutamente.
HAGO GESTICOOOOOOOOOOS!Mi nota: Al menos no me dormí ó tuve que reprimir las ganas de salir de la sala, como cuando ví la primera hasta que decidí ignorar parte del metraje y descojonarme con la resurección del actor inglés histriónico-raro, que también fué de juzgado de guardia porque hacía risa pero no pretendía ser desenfadada y autoparódica, sólo que estaba hecha por atontados.