El loco hilo de poemas del Hombre Sensible

[Corvux corax]

Afinaré pues mi lira como Don Jaime.

En asonante.

[Jaime de Marichalar]

Apaga el movil, cierra la puerta,
amordaza a Peñafiel para que no de la noticia.
Desenchufa la tele y con el pañuelo sacado,
notifícame la demanda, deja que los periodistas vengan.

Deja que los programas de zapping hagan risas,
gritando en la pantalla "él está muerto".
Pon tu mantilla española como bandera del Fortuna.
Deja que en Embassy pongan sólo café solo.

Ella era mi sur, mi este, mi oeste, mi norte,
(Eta no),
mi semana de actos protocolarios y mi tarde de compras en Ortega y Gasset,
mi aperitivo, mi té de las cinco, mi discurso, mi promoción.
Pensé que el amor duraría siempre. Estaba equivocado.
Las pasarelas no son deseadas ahora, cierra todas y cada una.
Echa la llave a Cibeles, córtale la luz a Gaudí.
Devuelve el fulard de Loewe, guarda los pantalones de amebas.
Porque nada ahora podría hacer ningún bien.

Alteza o su usía o su puta madre o ebrio patán del jurado o como quiera que deba uno dirigirse a un ex infanto: te veía yo más parecido físico a un Wilde acaballado que a Auden.

Me había permitido parafrasear a Auden, porque el luto que describe se asemeja a la pena que ahora envuelve mi alma.

Pero si le parecía más ajustado Wilde, aquí lo tiene


Matar mi juventud con fiestas recurentes; ostentar
los fulares extravagantes de esta edad mezquina;
dejar que una mano vil se hunda en mi tesoro;
trenzar mi alma al caballo de una mujer
- ¡Hola, Elena!-
y ser sólo maniquí de alta costura. Lo juro,
¡no me agrada! Todo eso es menos para mí
que la delgada espuma que se inquieta en mi café
-Nespresso, what else-
menos que el pañuelo sin planchar
en el aire estival. Mejor permanecer alejado
de esos necios que con calumnias se mofan de mi vida,
aunque no me conocen. Mejor el más humilde patinete eléctrico
para transportar al idiota más abatido
que volver a esa oscura casa de riñas, donde mi alma blanca
besó por primera vez la boca del pescado.

[NORNA]

Y ahora, si eres tan amable explícale tú al poeta qué clase de concepto es "el concepto trucha"... anda.

Lo que le digo "al poeta" es que llamar "nifo pastor" a un hombre para halagarle quizá tenía tirón en la antigua Grecia pero en la actualidad no suena nada, ejem, viril.

[Jaime de Marichalar]

[youtube]ZgXj2e9mVqE[/youtube]

No encuentro palabras para describir mi ánimo.
Bueno, en francés si. Je suis sincèrement désolé.

[Juan Manuel de Prada]

¿Esto qué es? ¿Estrambote, astracanada o camelo? ¿Es usted Don Jaime o por el contrario se hace usted pasar por él?. Jamás le he conocido afición a la poesía, ni siquiera como diletante y sus amores de juventud los apremiaba no con versos consonantes y manidos, sino con recortes de Vogue.

Hable usted, desconocido, o lo nombro ninfo fauno, en su variedad caprina.

[Corvux corax]

ninfo fauno, en su variedad caprina.

[Jaime de Marichalar]

Echaba de menos jugar
- sabiendo que nunca me ha tocado ser el gato-
a esconder cuchillas de afeitar
entre las hojas de tu diario.

Echaba de menos tocar
-sabiendo que nunca me ha tocado ser ciego -
el olor de tus mejillas
con el arrebol del sueño.

Echaba de menos cantar
- aun sabiendo de mi proverbial ronquera -
un "Muera Jalisco" borracho,
y volver a tumbarme en la acera.

Te echaba de menos, mal que me pese,
como al olor de café, a la bruja del Este,
al sonido del mercado tan temprano,
a la brisa salada del verano,
a esa música que vibra - ¿es Haydn?-
al pan que cruje, a la naranja que se escapa,
al periódico que se dobla mal y se mancha,
al perro que ladra.

Te echo de menos, Elena.
Vuelve ya.

[PrimeroDerecha]

a esa música que vibra - ¿es Haydn?-

¿Trompeta o clarinete, Jaime?

PD Está usted describiendo situaciones tan cotidianas que, de seguir así, lo echan de la Casa Real a patadas.

[Infanta]

Mari, los tiempos han sido muy duros y a veces era incapaz de romper ese hielo que se creaba entre los dos. Mentiría si dijera que no te sigo amando. Hoy he encontrado una de tus corbatas colgada en una percha junto con un pantalón de flores hawaianas con colores imposibles, solitarios en el fondo del armario, desprendiendo tu perfume.

[Jaime de Marichalar]

No te conozco. No eres quién dices ser.