El hoy grupo de culto
Deep Pulper se formó a principios de los 70 en una zona rural de Cantabria. En un principio se limitaban a hacer versiones en español de clásicos de Deep Purple, como los ya clásicos “Fumando en el wáter”, “Traca del espacio”, “Lazo”, “Un niño a tiempo”, con los que recorrían la geografía española ganándose críticas como la ya legendaria del diario ABC: “qué hace el Generalísimo que no acaba con este despropósito”.
Cansados de la incomprensión del público, que les acusaba de falta de originalidad por limitarse a hacer versiones, los Deep Pulper ficharon a un nuevo cantante. Tras intentar -infructuosamente, claro- incorporar a sus filas a Ian Gillan (su gran argumento para convencer al vocalista: “en nuestro pueblo se jama de miedo”), se decidieron por un frontman español que daba sus primeros pasos en la música, cuyo pseudónimo era Ian Henry Churches, y que estaba ansioso por dar a conocer las virtudes de su poderosa garganta.
Con Ian Henry Churches como vocalista definitivo, Deep Pulper grabaron su primer LP con material propio (“Happy Hippies at the Hop”), una obra maestra de hard-rock monolítico, con letras en inglés, con la que traspasaron fronteras e incluso llegaron a actuar en la Isla de Wight. (No había ningún festival ese día... en realidad no había nadie ese día excepto vacas y algún sorprendido agricultor, pero ellos cumplieron sus sueño de tocar en el mismo paraje donde poco antes lo habían hecho JImi Hendrix o The Who).
“Can you feel the rhythm?” fue el primer sencillo de su disco cumbre, e impresionó a público y crítica por su combinación entre riffs potentes, sonido purpleiano, simbología Lovecraftiana y la mágica voz de Ian Henry Churches, el “Rey de los Agudos”, considerado hoy como el verdadero pionero de los futuros vocalistas de heavy metal.
