Yo fui el viernes al Cruïlla.
Vi a Africa Express que no me emocionó nada.
Luego a Ben Harper que me pareció bastante guay aunque le faltaba algo de chispa.
Luego vi treinta segundos de Love of Lesbian y odio al puto Santi Balmes.
Después a Izal que bien, aunque tiende a molarse más de lo que se merece. Le acompañaban unos musicotes y sus composiciones tienden a gestionar muy bien la emoción, generando momentos de auténtico fuste, pero aunque el grupo sea él, aunque él componga y tal, probablemente él fuera el eslabón más débil del concierto, ponerse todo el rato en el foco protagonista, subiéndose a una tarima, alejándose del mundanal ruido me tocaba un poco los cojones. Cuando bajaba a la tierra el concierto ganaba bastante, la verdad.
Y por último vi al Jared Leto en 30 Seconds to Mars que no me emocionaron nada.
Bastante flojillo. Hubiera ido el sábado bienmente a ver a León Benavente, pero el dardo salió un poco fallido.
EJH de los Phestivales.
Re: EJH de los Phestivales.
CacaDeLuxe escribió: ↑03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon
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Re: EJH de los Phestivales.
Pues controlo parecido en ambas artes, así que efectivamente soy igual de mierdas en ambos sectores. Y aquí me tendréis hasta el día que la palme dándoos la turra. :_)
A ver, yo lo explico sobre todo a Dolorcín, que es un iletrado musical y hay cosas que se le escapan;
A diferencia del cine, que la peli es siempre igual, en la música en directo puede mediar un mundo de un show a otro. No digo que eso sea lo que ocurriera entre el concierto que yo vi, y el que vio Pocholín, pero es evidente que pasa.
Lo mismo Alanis lo dio todo en Madrid el viernes, y el sábado estaba hecha mierdas.
Lo mismo el sonido del Cruilla es una hez en comparación con el del Mad Cool (que por cierto, no fue especialmente bueno en ningún concierto -hubo bastante viento también, que no ayuda en nada- y sigue quedando un par de peldaños por debajo en ese aspecto comparado con auténticos phestivales phinos phinos como el Tomavistas o el Botánico).
Lo mismo Pochol estaba CERO de humor para aguantar grupos que ni le van ni le vienen, con los que no conecta a ningún nivel, y encima rumiando la mala hostia que tendría porque se le canceló toda la programación de LOS MONÓLOGO porque en Barcelona no sabéis hacer la O con un canuto a poco que os caigan tres gotas.
Todo es posible. Todo suma. Y por supuesto no hay que descartar que yo estuviese sobreestimulado por ver a una ídola de mi juventud por primera vez, tocando temas que me han acompañado los últimos 30 años.
El caso es que da igual, porque cada concierto es una experiencia no solo única, sino además absolutamente personal. Podrá haber aspecto objetivos impepinables, pero si un concierto te llega al coraçao, estarás en pleno derecho de creer que ha sido una cosa que roza la perfección.
De entre todas las crónicas que he leído este fin de semana, probablemente la más justa sea esta:
https://jenesaispop.com/2025/07/12/5032 ... orissette/
Respecto al Mad Cool 2025:
Tras la nefasta experiencia que viví en el Meados Cool 2023 (never forget la demencial decisión de la organización de poner TODOS los wc en el centro del recinto), reconozco que todo ha mejorado enormemente.
Para empezar se nota que la distribución de los escenarios, carpas, stands de todo tipo, barras, wc, etc, está mil veces mejor diseñada. Los flujos de gente entre conciertos tenían sentido y no eran agobiantes, el reparto de lugares esenciales (barras y wc), era abundante y sin colas. Si eras un poco espabilado eligiendo el momento adecuado (habilidad que mi SE y yo tenemos absolutamente afinada tras todos estos años intensos de elegir MAL el momento en el que hacer las cosas prácticas de un festival), no esperabas absolutamente nada.
Llegamos como a las 19:00, justo a tiempo de ver terminar a los siempre excelentes y enérgicos Future Islands, los cuales disfrutamos pero a los que ya hemos visto en varias ocasiones.
Seasons sigue siendo una de las canciones más bonitas, enérgicas y guays que se han escrito en la última década, y el magnetismo, vozarrón y carisma loco del bueno de Samuel T Herring sigue intacto.
Para muestra de cómo se las gasta, yo siempre tengo en la cabeza esta maravillosa actuación que conviene ver (y cantar a grito pelao) al menos una vez cada 2 meses para mantener la cordura intacta:
Luego vino Alanis y lo que sucedió ya es historia contada.
Me cagué un poco/bastante en la organización por ponerla a la vez que Alcalá Norte, pero por otro lado fue de agradecer que más de la mitad del festival se dividiese entre ambas opciones, lo cual nos permitió ver a la norteamericana con total comodidad.
A los Alcalá aún no los he visto, pero no me apura en absoluto: hacen miles de conciertos al año y, puestos a verlos, casi mejor ir a festival pequeño o a sala. Otro día será.
Hora de cenar, aprovechando nuestra hora valle con la conjunción de Jet, Artemas y TSHA, que no nos pueden importar menos.
Las colas para pillar comida ya eran un poco too much, pero aún así estuvimos un poco espabilados y en unos 20 minutos ya teníamos la manduca entre manos. Mollete de pollo con mil especias y salsa de mayonesa con cebollino, cilantro y demás cosas frescas (murrico) y chapata de jarrete de ternera un pelín más seca de lo que me gustaría pero decentemente aderezada con ensalada y salsas varias. Cebatín digno para quitar la pena, dar calor a una noche cada vez más fría y ventosa, y hacer balsita para los próximos minis de cerveza y agua que se venían encima.
Entre medias unos paseos, unas fotos, unas risas viendo la carpa con DJ Nano poniendo versiones makineras de buenos temas de pop/rock actual (Viva Suecia, Shinova, Supersubmarina, Love of Lesbian, Sidonie...). El cabrón no deja títere con cabeza y tiene a varios centenares de hipsters y malasañeros dando botes con entusiasmo, haciendo caso omiso a la masacre perpetrada a sus himnos.
DJ Nano será muchas cosas, pero tonto en ningún momento. El hijoputa se ha sabido reciclar y encontrar un filón con el que seguir haciéndose rico a base de explotar la vaca popera. Bien por él.
Vimos también un poco a los Jet, banda australiana con el irritante himno de Are you gonna be mi girl como exitazo total. Es duro ser un one hit wonder, cuando sabes que los 50 y pico minutos de concierto son una concatenación de temas que le interesan, con suerte al 10% de la gente que te ha ido a ver, y que el resto solamente espera que suene la famosa (que evidentemente ellos ya odian desde hace años) para pegar unos cuantos saltos y gritos en el mejor de los casos, y sobre todo grabarse reels del momento poniendo sus mejores poses y morritos en la mayoría.
El cantante vino con una camiseta guarrísima, unos pantalones denunciables como de pijama, y sin afeitarse. Pasado de peso, de mirada tristona, hubo (hay que reconocérselo) un momento bonito de brillo en el concierto cuando tocaron la que es, para mí, la mejor canción que han hecho: Look what youve gone, que es una carta de amor muy bonita a John Lennon. Por ella doy por bueno el rato pasado.
Ahora tocaba otro plato fuerte, los divertidísimos Kaiser Chiefs, probablemente no el mejor, pero sí el más simpático grupo (con permiso de The Hives, claro), salido de esa generación de primeros de los 2000 que revitalizó el poprock europeo.
A lo tonto, en el repertorio tienen mínimo 4 temas que todos hemos escuchado alguna vez, y un par de ellos auténticos bombazos (Ruby y Everyday I Love You Less and Less, que es uno de los mejores títulos de todos los tiempos, honestamente).
Si a eso se le añade el cachondeo de la banda con el público, la buena onda que traen y que incluso le echan el morro suficiente para clavar su propia versión de Blitzkrieg Bop y que terminan con un pepino como I predict a Riot, pues te sale un concierto bastante redondo y sin pega alguna.
Y como en todo festival que se mire con curiosidad hay como mínimo un descubrimiento, el de este año fue el de los turbotaradísimos Battlesnake. De los cuales no tenía ni putísima idea pero a los que fuimos a ver durante un rato (las 4 canciones finales) huyendo del frío viento que azotaba la estepa Villaverdiana Alta. Nuestros ubersexis outfits festivaleros no estaban en absoluto preparados para la bajada de temperaturas, y pese a los buenos vasitos de reconfortante cerveza y roncola que trasegábamos con elegancia y savoir faire, la dureza adamantina de nuestros pezones hacía entender que o nos refugiábamos en una carpa, o pillábamos gripe C mortal.
Y pasando por delante de una carpa, escuchamos un sonido atronador de doble bombo y guitarras death metal, y vemos una imagen que quedará para siempre en nuestra memoria hasta el día final:
E indudablemente no cabía la posibilidad de no entrar a ver qué carajo era eso.
Y eso era una banda de absolutos HAMIGAZOS (de Australia, otra vez) que le meten pero bien a una mezcla de géneros que van del heavy al metal pasando por el death por momentos, con unas pintas absolutamente demenciales y mucho cachondeo encima.
Para muestra un botón:
Descubrimiento agradecido y chocante en un festival donde este estilo no es precisamente lo que uno espera encontrar.
Tras el respiro y el agradecido golpecito de calor, tocaba el plato fuerte de la noche. Nada menos que los Nine Inch Nails, banda respetadísima e icónica del sonido rock de los 90 que, lo siento, a servidor siempre le ha dejado frío cual témpano de hielo.
Como ya comenté el sábado, jamás cometería la osadía de no reconocerle el talento desbordante y la genialidad y virtuosismo (en la producción) a Trent Reznor. Pero sí estoy totalmente dispuesto a defender mi opinión de que como cantante, el tío es no ya mediocre, sino malo.
Entiendo, por supuesto, que su voz es santo y seña del sonido NIN, pero a mí me parece de nivel amateur, además de que sonaba más encima del resto de los instrumentos y samplers de lo que debería corresponder. Y si a eso se le suma que cuando tocaron, la ventolera estaba en su punto álgido, y que ya he dicho que el sonido no es que haya sido el punto fuerte de este festival... pues disto mucho de pensar que lo que se vivió el viernes con ellos haya sido histórico, como he leído ya en varias crónicas.
Para muestra, la actuación completa como botón perfecto:
Segunda vez que los veo. Segunda vez que me dejan como un témpano, sorry, probablemente sea yo.
Y sin esperar a que acabaran ni mucho menos, nos dirigimos con ilusión hacia el final de la noche:
Foster the people.
Muy celebrado grupo en casa Peladillas. Pop bailable divertido y elegantón. Esta gente toca bien, tiene clase y sobre todo tienen cuatro hits inapelables en directo: Helena Beat, Houdini, Call it what you want y Lost in Space, que siendo el éxito más reciente, es la primera que tocan y conforma un comienzo de directo muy efectivo.
Lo malo, y esto es teoría mía: Mark Foster, el rutilante líder de la banda (y actual marido de la buena de Julia Garner) la noche anterior quemó hasta los cimientos la But, Kapital y para terminar la Vandido. El hijo de puta estaba ko. Reconozco que hizo lo que pudo, pero era un cadáver que fue incapaz de levantarse del teclado en Houdini.
Yo, que si estuviese en su piel (músico multimillonario) también viviría la mayoría de mi vida en ese estado, no soy quién para juzgarlo. Y Dios sabe que estas noches dan lustre a la figura de dandy nocturno de este tipo de gente.
Pero HIJODEPUTAH, vaya concierto diste más desganado y muermo.
Lo bueno: su banda sí dio lo que tenía y su repertorio se levanta solo.
Pero eso: Mark Foster HIJODEPUTAH.
La vuelta fue tranquila, en taxi, sin apenas cola. Me dicen que tanto tren como metro funcionaron genial. Así sí dan ganas de volver el año que viene, coño, no es tan difícil hacer un macrofestival compatible con la vida.
A ver, yo lo explico sobre todo a Dolorcín, que es un iletrado musical y hay cosas que se le escapan;
A diferencia del cine, que la peli es siempre igual, en la música en directo puede mediar un mundo de un show a otro. No digo que eso sea lo que ocurriera entre el concierto que yo vi, y el que vio Pocholín, pero es evidente que pasa.
Lo mismo Alanis lo dio todo en Madrid el viernes, y el sábado estaba hecha mierdas.
Lo mismo el sonido del Cruilla es una hez en comparación con el del Mad Cool (que por cierto, no fue especialmente bueno en ningún concierto -hubo bastante viento también, que no ayuda en nada- y sigue quedando un par de peldaños por debajo en ese aspecto comparado con auténticos phestivales phinos phinos como el Tomavistas o el Botánico).
Lo mismo Pochol estaba CERO de humor para aguantar grupos que ni le van ni le vienen, con los que no conecta a ningún nivel, y encima rumiando la mala hostia que tendría porque se le canceló toda la programación de LOS MONÓLOGO porque en Barcelona no sabéis hacer la O con un canuto a poco que os caigan tres gotas.
Todo es posible. Todo suma. Y por supuesto no hay que descartar que yo estuviese sobreestimulado por ver a una ídola de mi juventud por primera vez, tocando temas que me han acompañado los últimos 30 años.
El caso es que da igual, porque cada concierto es una experiencia no solo única, sino además absolutamente personal. Podrá haber aspecto objetivos impepinables, pero si un concierto te llega al coraçao, estarás en pleno derecho de creer que ha sido una cosa que roza la perfección.
De entre todas las crónicas que he leído este fin de semana, probablemente la más justa sea esta:
https://jenesaispop.com/2025/07/12/5032 ... orissette/
Respecto al Mad Cool 2025:
Tras la nefasta experiencia que viví en el Meados Cool 2023 (never forget la demencial decisión de la organización de poner TODOS los wc en el centro del recinto), reconozco que todo ha mejorado enormemente.
Para empezar se nota que la distribución de los escenarios, carpas, stands de todo tipo, barras, wc, etc, está mil veces mejor diseñada. Los flujos de gente entre conciertos tenían sentido y no eran agobiantes, el reparto de lugares esenciales (barras y wc), era abundante y sin colas. Si eras un poco espabilado eligiendo el momento adecuado (habilidad que mi SE y yo tenemos absolutamente afinada tras todos estos años intensos de elegir MAL el momento en el que hacer las cosas prácticas de un festival), no esperabas absolutamente nada.
Llegamos como a las 19:00, justo a tiempo de ver terminar a los siempre excelentes y enérgicos Future Islands, los cuales disfrutamos pero a los que ya hemos visto en varias ocasiones.
Seasons sigue siendo una de las canciones más bonitas, enérgicas y guays que se han escrito en la última década, y el magnetismo, vozarrón y carisma loco del bueno de Samuel T Herring sigue intacto.
Para muestra de cómo se las gasta, yo siempre tengo en la cabeza esta maravillosa actuación que conviene ver (y cantar a grito pelao) al menos una vez cada 2 meses para mantener la cordura intacta:
Luego vino Alanis y lo que sucedió ya es historia contada.
Me cagué un poco/bastante en la organización por ponerla a la vez que Alcalá Norte, pero por otro lado fue de agradecer que más de la mitad del festival se dividiese entre ambas opciones, lo cual nos permitió ver a la norteamericana con total comodidad.
A los Alcalá aún no los he visto, pero no me apura en absoluto: hacen miles de conciertos al año y, puestos a verlos, casi mejor ir a festival pequeño o a sala. Otro día será.
Hora de cenar, aprovechando nuestra hora valle con la conjunción de Jet, Artemas y TSHA, que no nos pueden importar menos.
Las colas para pillar comida ya eran un poco too much, pero aún así estuvimos un poco espabilados y en unos 20 minutos ya teníamos la manduca entre manos. Mollete de pollo con mil especias y salsa de mayonesa con cebollino, cilantro y demás cosas frescas (murrico) y chapata de jarrete de ternera un pelín más seca de lo que me gustaría pero decentemente aderezada con ensalada y salsas varias. Cebatín digno para quitar la pena, dar calor a una noche cada vez más fría y ventosa, y hacer balsita para los próximos minis de cerveza y agua que se venían encima.
Entre medias unos paseos, unas fotos, unas risas viendo la carpa con DJ Nano poniendo versiones makineras de buenos temas de pop/rock actual (Viva Suecia, Shinova, Supersubmarina, Love of Lesbian, Sidonie...). El cabrón no deja títere con cabeza y tiene a varios centenares de hipsters y malasañeros dando botes con entusiasmo, haciendo caso omiso a la masacre perpetrada a sus himnos.
DJ Nano será muchas cosas, pero tonto en ningún momento. El hijoputa se ha sabido reciclar y encontrar un filón con el que seguir haciéndose rico a base de explotar la vaca popera. Bien por él.
Vimos también un poco a los Jet, banda australiana con el irritante himno de Are you gonna be mi girl como exitazo total. Es duro ser un one hit wonder, cuando sabes que los 50 y pico minutos de concierto son una concatenación de temas que le interesan, con suerte al 10% de la gente que te ha ido a ver, y que el resto solamente espera que suene la famosa (que evidentemente ellos ya odian desde hace años) para pegar unos cuantos saltos y gritos en el mejor de los casos, y sobre todo grabarse reels del momento poniendo sus mejores poses y morritos en la mayoría.
El cantante vino con una camiseta guarrísima, unos pantalones denunciables como de pijama, y sin afeitarse. Pasado de peso, de mirada tristona, hubo (hay que reconocérselo) un momento bonito de brillo en el concierto cuando tocaron la que es, para mí, la mejor canción que han hecho: Look what youve gone, que es una carta de amor muy bonita a John Lennon. Por ella doy por bueno el rato pasado.
Ahora tocaba otro plato fuerte, los divertidísimos Kaiser Chiefs, probablemente no el mejor, pero sí el más simpático grupo (con permiso de The Hives, claro), salido de esa generación de primeros de los 2000 que revitalizó el poprock europeo.
A lo tonto, en el repertorio tienen mínimo 4 temas que todos hemos escuchado alguna vez, y un par de ellos auténticos bombazos (Ruby y Everyday I Love You Less and Less, que es uno de los mejores títulos de todos los tiempos, honestamente).
Si a eso se le añade el cachondeo de la banda con el público, la buena onda que traen y que incluso le echan el morro suficiente para clavar su propia versión de Blitzkrieg Bop y que terminan con un pepino como I predict a Riot, pues te sale un concierto bastante redondo y sin pega alguna.
Y como en todo festival que se mire con curiosidad hay como mínimo un descubrimiento, el de este año fue el de los turbotaradísimos Battlesnake. De los cuales no tenía ni putísima idea pero a los que fuimos a ver durante un rato (las 4 canciones finales) huyendo del frío viento que azotaba la estepa Villaverdiana Alta. Nuestros ubersexis outfits festivaleros no estaban en absoluto preparados para la bajada de temperaturas, y pese a los buenos vasitos de reconfortante cerveza y roncola que trasegábamos con elegancia y savoir faire, la dureza adamantina de nuestros pezones hacía entender que o nos refugiábamos en una carpa, o pillábamos gripe C mortal.
Y pasando por delante de una carpa, escuchamos un sonido atronador de doble bombo y guitarras death metal, y vemos una imagen que quedará para siempre en nuestra memoria hasta el día final:
Spoiler: mostrar
E indudablemente no cabía la posibilidad de no entrar a ver qué carajo era eso.
Y eso era una banda de absolutos HAMIGAZOS (de Australia, otra vez) que le meten pero bien a una mezcla de géneros que van del heavy al metal pasando por el death por momentos, con unas pintas absolutamente demenciales y mucho cachondeo encima.
Para muestra un botón:
Descubrimiento agradecido y chocante en un festival donde este estilo no es precisamente lo que uno espera encontrar.
Tras el respiro y el agradecido golpecito de calor, tocaba el plato fuerte de la noche. Nada menos que los Nine Inch Nails, banda respetadísima e icónica del sonido rock de los 90 que, lo siento, a servidor siempre le ha dejado frío cual témpano de hielo.
Como ya comenté el sábado, jamás cometería la osadía de no reconocerle el talento desbordante y la genialidad y virtuosismo (en la producción) a Trent Reznor. Pero sí estoy totalmente dispuesto a defender mi opinión de que como cantante, el tío es no ya mediocre, sino malo.
Entiendo, por supuesto, que su voz es santo y seña del sonido NIN, pero a mí me parece de nivel amateur, además de que sonaba más encima del resto de los instrumentos y samplers de lo que debería corresponder. Y si a eso se le suma que cuando tocaron, la ventolera estaba en su punto álgido, y que ya he dicho que el sonido no es que haya sido el punto fuerte de este festival... pues disto mucho de pensar que lo que se vivió el viernes con ellos haya sido histórico, como he leído ya en varias crónicas.
Para muestra, la actuación completa como botón perfecto:
Segunda vez que los veo. Segunda vez que me dejan como un témpano, sorry, probablemente sea yo.
Y sin esperar a que acabaran ni mucho menos, nos dirigimos con ilusión hacia el final de la noche:
Foster the people.
Muy celebrado grupo en casa Peladillas. Pop bailable divertido y elegantón. Esta gente toca bien, tiene clase y sobre todo tienen cuatro hits inapelables en directo: Helena Beat, Houdini, Call it what you want y Lost in Space, que siendo el éxito más reciente, es la primera que tocan y conforma un comienzo de directo muy efectivo.
Lo malo, y esto es teoría mía: Mark Foster, el rutilante líder de la banda (y actual marido de la buena de Julia Garner) la noche anterior quemó hasta los cimientos la But, Kapital y para terminar la Vandido. El hijo de puta estaba ko. Reconozco que hizo lo que pudo, pero era un cadáver que fue incapaz de levantarse del teclado en Houdini.
Yo, que si estuviese en su piel (músico multimillonario) también viviría la mayoría de mi vida en ese estado, no soy quién para juzgarlo. Y Dios sabe que estas noches dan lustre a la figura de dandy nocturno de este tipo de gente.
Pero HIJODEPUTAH, vaya concierto diste más desganado y muermo.
Lo bueno: su banda sí dio lo que tenía y su repertorio se levanta solo.
Pero eso: Mark Foster HIJODEPUTAH.
La vuelta fue tranquila, en taxi, sin apenas cola. Me dicen que tanto tren como metro funcionaron genial. Así sí dan ganas de volver el año que viene, coño, no es tan difícil hacer un macrofestival compatible con la vida.
Dunkis dijo:
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
Criadillas es un hombre triste de derechas, quién lo iba a decir.
Re: EJH de los Phestivales.
Por cierto, era la primera vez que iba a un macrofestival de estos, y es más parecido Port Aventura que a varios conciertos juntos, ¿no?
La fusión del conceptismo y el culteranismo tecleó:
Anda y que den por el culo con la mierda diarrética esa que blasfemas por tu orificio vocal.
Re: EJH de los Phestivales.
Has ido mucho a Port Aventura?
CacaDeLuxe escribió: ↑03 Ago 2021 09:53 eres un cuck wokero de los que tiene un discurso de covidiota emponzoñado grafenado bozalero aplaudidor de balcon
Re: EJH de los Phestivales.
He trabajado en Port Aventura.
La fusión del conceptismo y el culteranismo tecleó:
Anda y que den por el culo con la mierda diarrética esa que blasfemas por tu orificio vocal.