Polina escribió: ↑07 Sep 2021 15:55
Y también diré, Chino, que no es tanto el tema hormonal o biológico lo que hace que haya más o menos apetencia, porque a una mujer que lleva dos años sin follar con su marido porque no le apetece (a ella) de repente se le cruza un tipo interesante que le hace tilín y se convierte en una desatada sexual cuando dos días antes no le apetecía nada.
Porque el que no le apetece es su marido, no el sexo.
No comprendo qué extraños vericuetos se esconden detrás, pero pasa.
Pero también a nosotros nos gustaría variar y follarnos a otras, pero como nuestro pacto inicial fue monógamo y tenemos deseo, nos vemos en la encrucijada de escoger entre la insatisfacción y la ruptura de la relación. Yo no estoy en ese punto, pero como siempre me ha parecido interesante la idea de cuál sería el mínimo de relaciones sexuales que harían que, en un grupo de 100 personas, 80 consideraran que ese número tan bajo es suficiente motivo para una ruptura, pues el leer lo de "no tener relaciones NUNCA" me ha llegado al alma.
Yo creo que no seré capaz de presionar un poco sutil o descaradamente, pero lo voy a intentar.
Me consta que alguna vez mi mujer ha dado consentimiento expreso sin tener ganas, y creo que si solo nos atuviéramos a sus ganas (en nuestras actuales niveles de intimidad, siempre con 2 niños en casa) follaríamos una vez al mes, siempre entre 2 y 5 días después de finalizar la regla. Ahí hay ganas siempre, no dependientes de lo que yo diga o haga, o de si ha visto un vídeo de Chris Hemsworth entrenando sudado en Youtube.
En fin: consentimiento verbal, consentimiento real, mujeres cansadas de la misma pareja, ciclos vitales y fisiológicos, hormonas, hijos, la vida, la pareja, el amor, la intimidad, la lencería fina, la pornografía, los masajes con aceites esenciales, las fantasías y mucha, mucha frustración. Y las pajas. Y los psicofármacos. Y la publicidad sexualizada. Y el meetoo y el mensaje de la nueva ola feminista. Y ser de izquierdas. Y el calor y las chicas sin sujetador. Y las vulvas, esas deliciosas vulvas. Y la suave piel del interior de unos muslos blancos. Y un buen culo, y la silueta de contrabajo de unas caderas. Y tetas, siempre tetas. Muslos bellos, ese beso a una mujer no aria con labios muy carnosos que aún guardas en el recuerdo. Y el flirteo. Mientras tanto, te vas muriendo, y el contador de orgasmos toca a su fin. Semen con intención de ser lanzado lejos que se queda corto. Semen con intención de ser depositado en corto que traza un arco parabólico superando su objetivo y alcanza inesperadamente una barbilla. Un clítoris muy hinchado. Lametones en el escroto.
-Cariño, no quiero follar nunca más.