pH, más que hamor, frensi.

Contarte penas
reír contigo
juntar ideas
bailar fundidos


Me los tiras a la cara como la bayeta húmeda de la cocina, no tienes un punto intermedio. Si no salimos dices que te aburres, si salimos: otro problema. Que de que la conoces, que si te ha saludado será por algo ¿te la has follado? porque cara de guarra tiene un rato. Vale salimos pero sin amigos o conocidos ¿y que? ¡eh! que te estoy viendo como la miras ¿que pasa que ahora te gustan con minifalda?


Romperte el alma
comerte a besos
beberte a sorbos
y todo sexo.


Te fuiste, recogiste cuatro trapos, doscientos potingues del baño y tu despertador, te llevaste tus neurosis tus ataques de ansiedad, los arañazos y a un amigo que consideraba tonto y ahora desgraciado, no noto hueco que llenar, curioso por lo que acaparabas por el sexo placentero que teníamos. Espero que tu recuerdo no sea como el mió, un recuerdo de tiempo perdido.




Con Dios.

Te miro a los ojos
y veo el mar
mi mano en tus muslos
se desliza.
Sentiré nostalgia
y al recordar, llorare
por saber que fuiste mía






Nunca te lo dije pero me volvías loco. A tu lado mi orgullo se hacia del volumen de un Zeppelín.
Al ir por la calle a los hombres se les iba la mirada tras tu cuerpo y al acabarse el recorrido me miraban y sin llegar a salir de su boca, maldecían un "hijo de puta" entre los dientes de pura envidia.
Que pena tu inseguridad, hacer lo imposible y hacerlo sublime siendo la diosa que eres y por el contrario…

…de lo sencillo, de lo cotidiano un campo de minas.

¿Despedida?

Ojalá.

Ojalá pudiera decirle adios para siempre.

Una noche, me quedé dormido en una playa, en la silla del guardacosta (que curiosamente estaba vacía) me subí a ella porque quería verlo todo desde más alto.

Ella se arrastro a gatas en silencio por la arena, trepó por los escalones y se metió por mi oido izquierdo en mi cabeza.

No me dí cuenta hasta unos meses después cuando ella decidió saltar y bailar en el espacio, hasta entonces privado pero ciertamente hueco, de mi sesera.

Reia, cantaba y hacía complejos pasos de baile ahí dentro, se divertía tocando hilos que casi nadie había tocado, me hacía sufrir y disfrutaba con ello.

Disfrutaba ella y disfrutaba yo aclaro.
Que todo hay que decirlo.

El eco de su voz por las noches no me dejaba dormir.
No me deja más bien, no para de reirse y cantar.

Ha desterrado los sueños nocturnos y ahora solo ella me acompaña en el lecho.


Hoy, delante del espejo le grité:

-¡Sal-de-mi-cabeza!

Y ella se puso a bailar.

Otra vez.

Me duele, me aleja del reposo, me dibuja las ojeras todos los días con lapiz de labios y me tiene en otro mundo.

Pero ahora, esta noche, en mitad de una de sus canciones, sonrio para mí porque acabo de descubrir que si algún día recupero el sueño, la echaré demasiado de menos como para poder dormir.

¿Despedida?

Ojalá no se vaya nunca.


}:-D

La carta de Despedida que dejó en el vestíbulo decía que se había cansado de él, de sus mentiras y de su hipocresía.

Decía que se iba lejos, pero que volverían a verse.

Realmente no se fue tan lejos, el cuerpo seguía colgado en el salón cuando él, tras leer esa nota de suicidio, giró aterrado la cabeza.


}:-D

Despedida(s)

Tuve una novia a la que le encantaban las despedidas.

Todo lo demás era mera rutina para ella, realmente disfrutaba con el teatro, con el último minuto para decir adios, con el cuanto te echaré de menos y el mojar las vias del tren.

Me dejó por un piloto de Iberia.

La encontré hace poco por la calle, se la ve contenta, dice que no lo ve mucho pero que folla como nunca.


}:-D

Has sido un buen bote de Cola Cao. Firme, robusto, útil y muy sufrido. Viniste nuevo, reluciente, hasta diría que deslumbrante. Ufano tras tu etiqueta de suave papel. Olías tan bien cuando te abrimos. Ese perfume a chocolate falso, enharinado, ese chocolate mentiroso e irresistible. Estabas repleto de aquel polvo limpio, regular, y exhalabas dulzura cada vez que te dejábamos respirar para robarte un poco más de tu azucarado tesoro. Poco a poco te fuimos vaciando, y, con el descuido cotidiano, arrugábamos tu etiqueta, o vertíamos sin querer una gota de leche en ti, mancillando tu interior con inoportunos grumos oscuros. Tu redondeada cintura comenzó a sufrir bajo nuestro indelicado trato. Y, cuando estuviste vacío, te degradamos a recipiente de materias impías: alpiste, pienso, tierra para las macetas. Abono. Oh, Dios, cuánto siento lo del abono. En serio. No lo pensé... pero debió ser desagradable nacer repleto de chocolate y terminar tus días conteniendo estiércol. No sé cómo pudimos hacerte algo así. Abono. Un crimen. Y aún peor: te dejamos allí fuera, a la intemperie, permitiendo que el viento y la lluvia te ajasen. Que el sol hiciese palidecer tu piel. Que los insectos caminasen sobre ti, y que tu maltrecha etiqueta volase un día hacia quién sabe dónde, quedando tú desnudo y avergonzado, transformado en un anónimo bote condenado al corredor de la muerte de los botes: la basura.

Y un día te tiramos. No sé quién fue... quizá es que no quiero pensar que fui yo quien pudo haberlo hecho. Pero nos deshicimos de ti, sin agradecer tus servicios. Pagamos tu paciencia y tu constancia con el más repugnante de los olvidos. Pero ahora yo te recuerdo. Sí, tal y como viniste el primer día. Y te quiero. Lo daría todo por besar tu arañada piel de metal, por acariciar tiernamente tu aluminio y decirte: “vuelve a casa”. Sí, fuiste un buen bote de Cola-Cao.

Hostia... no, espera.. que tú eras de Nesquick... que los botes de Cola-Cao son de plástico...

¡Nesquick!... joder, joder...

Joder, lo siento, en serio... quería decir Nesquick, ¡de verdad!. No sé en qué coño estaba pensando... ¡lo siento! te juro que el Cola-Cao no me gusta, ¡te lo juro! No se disuelve bien... todo el mundo lo sabe.. ¡esos putos grumos! Es todo harina, ¡qué asco! ¡Todos te preferimos a ti! ¡Tú te disolvías de maravilla! En esta casa no se prueba el Cola-Cao, ¡palabra!. ¡Quería decir Nesquick! ¡¡Nesquick!! Joder... ¡no pienses que no me acuerdo de ti! Eras tan... tan hermoso, con esos colorines... ¡Nesquick, joder!

Oh Dios.. perdóname, ¡perdóname!

No se le podía negar su fama, en el tiempo que acampó sentado frente al papel había dado a luz varias obras que pronto se convirtieron en objeto de admiración.
Decían que era el rey de la comedia inteligente, que sabía hacer reir con facilidad y combinaba virtuosismo, arrogancia y estilo.
Decían, porque ahora nadie lo dice.

Podría decirse que aquel viejo guionista se había encharcado, pero no sería correcto, lo que realmente le ocurría es que se había secado.

Impasible contemplaba lo que tenía enfrente, incapaz de rizar la historia, de voltear la última coletilla mordaz o de afilar más el puntilloso ingenio de los personajes de la obra, ahora no sabía que escribir a continuación.
No sabía como rematar la historia.
La risa del público volvia a ser un secreto dificil.

Entonces, de repente, lo vio claro:

Un pedo.

Un pedo siempre es gracioso.

¿Porque no?


Culminó su texto con un nada delicado pedo.
"Será la revolución" festejó para si.
Se sentía crecido de nuevo.


Y así fue como una sonora flatulencia sirvió de despedida al otrora ingenioso y alopécico escritor incisivo y dio la bienvenida al guionista de vodevil.

}:-D

Discrepo. La historia del ColaCao es infinitamente mejor que las anteriores. Además captar la analogía sobre los chocolates es de primero de EGB.

Tú, lector mañanero;

Dolordebarriga

A tí es que te pierde su sedosa melena, su barba desaliñada y la redondez de su cuerpo, no sus letras, golosón.

Vamos que solo intervienes para que él te vea. Fijo.

Tú, yo es que primero de EGB lo pasé debajo de los zapatos de los compañeros de clase.

}:-D