Dominación
Publicado: 13 Nov 2005 01:42
En respuesta a un relato que estaba en un blog que posteó nena...
- Oye, de verdad. ¿Qué derecho te crees que tienes a controlarme? Me estás agobiando. ¿Qué quieres, quedarte con mi vida? ¿asfixiarme?
- Si, pero... ¿con quién estuviste anoche? Estuve llamandote, necesitaba hablar contigo.
- Si, ya se que me llamaste, ya vi las llamadas perdidas... cerca de 20 llamadas perdidas! Joder, tío, estaba sin cobertura, ¿que no lo entiendes?
- Ya, ¿y con quién estabas?
- Mira, vamos a dejarlo, ¿vale? Sinceramente, no se qué te pasa últimamente. Por favor, déjalo ya.
- Si, pero no me has contestado.
- Ya te dije que simplemente salía con los compañeros de trabajo. Además, ya te dije que nos meteríamos en algún local, y que Amena no tiene cobertura.
- Ya, si no es la cobertura es otra cosa. Además, antes no hacías esas cosas, siempre estabas conmigo.
- Es que necesito mi espacio, tío. Últimamente no se, me estoy sintiendo agobiada. Déjame tranquila un poco, ¿de acuerdo?
- Y ahora no quieres que nos veamos, ¿verdad?
- Pues pensaba verte, pero tal como me has contestado... empiezo a estar cansada ya de lo mismo todos los días. Creo...
- ¿Crees que qué? Venga, vamos, ¡DILO, DILO DE UNA VEZ, SEGURO QUE ES POR ESE CABRÓN QUE TRABAJA CONTIGO! ¡YA, ESE CON EL QUE SIEMPRE ESTÁS!
- ¡YA BASTA! ¡¿SE PUEDE SABER QUIÉN TE HAS CREÍDO QUE ERES PARA HABLARME EN ESE TONO?! ¡O PARAS Y TE TRANQUILIZAS O...!
- ¡¿O QUÉ?! ¡VAMOS A VERNOS AHORA MISMO, QUE TE VOY A DECIR UNAS CUANTAS COSAS! ¿CREES QUE ME PUEDES ESTAR ENGAÑANDO DE ESE MODO?
- Mira, me has hecho perder los nervios. Esto no puede seguir así. Hemos terminado.
Clic.
Por fin se ha acabado. Tantas noches de control, tantos días de llamadas perdidas y discusiones inaguantables, tantas horas de celos y problemas y desconfianza y desengaño.
Han sido veintidos días, tres horas y cuatro minutos desde que decidí empezarlo. Gradual, cada vez más fuerte, hasta este momento final.
Y por fin, el sacrificio da sus frutos. Esta separación no dolerá. No habrá lloros, chantajes psicológicos, ni escenas. No tendrá que saber que me había cansado ya de la relación, que lo nuestro no significaba nada, no podrá sentirse humillada, mancillada porque la hayan dejado. No tendré que vivir angustiado por haberle hecho otra vez daño a alguien.
Esta vez ya no. Ya he aprendido lo necesario de las relaciones humanas. Ellas son mis enemigas, siempre lo han sido, y lo único que importa es el juego de la dominación, de quién quiere quedarse y quién quiere irse... y por fin, he apredido cómo hacerlo bien y dejar de sufrir por hacer daño.
- Oye, de verdad. ¿Qué derecho te crees que tienes a controlarme? Me estás agobiando. ¿Qué quieres, quedarte con mi vida? ¿asfixiarme?
- Si, pero... ¿con quién estuviste anoche? Estuve llamandote, necesitaba hablar contigo.
- Si, ya se que me llamaste, ya vi las llamadas perdidas... cerca de 20 llamadas perdidas! Joder, tío, estaba sin cobertura, ¿que no lo entiendes?
- Ya, ¿y con quién estabas?
- Mira, vamos a dejarlo, ¿vale? Sinceramente, no se qué te pasa últimamente. Por favor, déjalo ya.
- Si, pero no me has contestado.
- Ya te dije que simplemente salía con los compañeros de trabajo. Además, ya te dije que nos meteríamos en algún local, y que Amena no tiene cobertura.
- Ya, si no es la cobertura es otra cosa. Además, antes no hacías esas cosas, siempre estabas conmigo.
- Es que necesito mi espacio, tío. Últimamente no se, me estoy sintiendo agobiada. Déjame tranquila un poco, ¿de acuerdo?
- Y ahora no quieres que nos veamos, ¿verdad?
- Pues pensaba verte, pero tal como me has contestado... empiezo a estar cansada ya de lo mismo todos los días. Creo...
- ¿Crees que qué? Venga, vamos, ¡DILO, DILO DE UNA VEZ, SEGURO QUE ES POR ESE CABRÓN QUE TRABAJA CONTIGO! ¡YA, ESE CON EL QUE SIEMPRE ESTÁS!
- ¡YA BASTA! ¡¿SE PUEDE SABER QUIÉN TE HAS CREÍDO QUE ERES PARA HABLARME EN ESE TONO?! ¡O PARAS Y TE TRANQUILIZAS O...!
- ¡¿O QUÉ?! ¡VAMOS A VERNOS AHORA MISMO, QUE TE VOY A DECIR UNAS CUANTAS COSAS! ¿CREES QUE ME PUEDES ESTAR ENGAÑANDO DE ESE MODO?
- Mira, me has hecho perder los nervios. Esto no puede seguir así. Hemos terminado.
Clic.
Por fin se ha acabado. Tantas noches de control, tantos días de llamadas perdidas y discusiones inaguantables, tantas horas de celos y problemas y desconfianza y desengaño.
Han sido veintidos días, tres horas y cuatro minutos desde que decidí empezarlo. Gradual, cada vez más fuerte, hasta este momento final.
Y por fin, el sacrificio da sus frutos. Esta separación no dolerá. No habrá lloros, chantajes psicológicos, ni escenas. No tendrá que saber que me había cansado ya de la relación, que lo nuestro no significaba nada, no podrá sentirse humillada, mancillada porque la hayan dejado. No tendré que vivir angustiado por haberle hecho otra vez daño a alguien.
Esta vez ya no. Ya he aprendido lo necesario de las relaciones humanas. Ellas son mis enemigas, siempre lo han sido, y lo único que importa es el juego de la dominación, de quién quiere quedarse y quién quiere irse... y por fin, he apredido cómo hacerlo bien y dejar de sufrir por hacer daño.