La canícula y la falta de entendimiento...
Publicado: 30 Ago 2007 03:25
...en sentido lato, me arrastran hacia la egregia acción del trasnochar, y héteme aquí que me se enciende el rotativo de la sensibilidad literaria, justo cuando paso por un foro asurdo y astrato de literatura y pergeño, vaya que si pergeño, el siguiente mañífico romance cuya profunda enseñanza me dispongo a compartir desinteresadamente y sin pretender obtener nada a cambio ni nada, con todos ustedes:
Romance de la seta encantada y el príncipe Cansado
Érase que se era,
la historia de un guisante,
una princesa
un vaso de gazpacho
y una siesta;
un príncipe cansado
y una seta...
una historia bonita
de encantos y quimeras...
de paraisos ocultos
detrás de enredaderas...
El hombre caminaba,
quedamente y la seta
alzóse en su pedúnculo
graciosa y pizpireta
alzando el dedo índice
a interpelarle inquieta
La seta dijo al príncipe:
te propongo una prueba:
una gesta imposible
como jamás se viera:
cocinar una cena
prendida de deseos,
de ricos ingredientes
de sueños y quimeras.
Con lomo de elefante,
y aceite de tormenta
con manzanas doradas
y más cosas de ésas
para que aquesta tarde
pases a la leyenda
complaciendo a tu dama
a la dama altanera
que todo lo vomita,
que a todo pone pegas,
que nunca jamás nadie
la vio comer contenta,
con tu manjar divino,
con tu divina cena.
Y si lo consiguieras
gesticuló la seta
Yo, la seta encantada
haré que ella te quiera
que te desee siempre
y te sirva serena.
Dijo, ancha la sonrisa
y honda la reverencia.
El príncipe con sueño
bajó al súper de abajo
adquirió unos quisantes
y un bote de gazpacho
le pagó a la cajera
y se rascó el sobaco.
Al regresar a casa
vio a la seta cantando
Amarró el jamonero
la cortó en cuatro cachos
y junto a los guisantes
y a un huevo caducado
hizo una gran tortilla,
se la comió despacio
viendo en la tele sobrio
a la Teresa Campos.
Intercalando gracil
los tragos del gazpacho
-Cursi maldita seta
se dijo, muy cansado
poco antes que Morfeo
lo acunara despacio
desde el sofá a su reino
de claveles y nardos.
Poco antes de dormirse
el príncipe, encantado
descolgó el telefóno
-la chati iba a llamarlo-
mas aquí es bien sabido
y en tierra de garbanzos:
que no hay como una siesta
cuando uno está cansado.
como lei a alguien alguna vez, levantemos andamios, damas y caballeros...
Romance de la seta encantada y el príncipe Cansado
Érase que se era,
la historia de un guisante,
una princesa
un vaso de gazpacho
y una siesta;
un príncipe cansado
y una seta...
una historia bonita
de encantos y quimeras...
de paraisos ocultos
detrás de enredaderas...
El hombre caminaba,
quedamente y la seta
alzóse en su pedúnculo
graciosa y pizpireta
alzando el dedo índice
a interpelarle inquieta
La seta dijo al príncipe:
te propongo una prueba:
una gesta imposible
como jamás se viera:
cocinar una cena
prendida de deseos,
de ricos ingredientes
de sueños y quimeras.
Con lomo de elefante,
y aceite de tormenta
con manzanas doradas
y más cosas de ésas
para que aquesta tarde
pases a la leyenda
complaciendo a tu dama
a la dama altanera
que todo lo vomita,
que a todo pone pegas,
que nunca jamás nadie
la vio comer contenta,
con tu manjar divino,
con tu divina cena.
Y si lo consiguieras
gesticuló la seta
Yo, la seta encantada
haré que ella te quiera
que te desee siempre
y te sirva serena.
Dijo, ancha la sonrisa
y honda la reverencia.
El príncipe con sueño
bajó al súper de abajo
adquirió unos quisantes
y un bote de gazpacho
le pagó a la cajera
y se rascó el sobaco.
Al regresar a casa
vio a la seta cantando
Amarró el jamonero
la cortó en cuatro cachos
y junto a los guisantes
y a un huevo caducado
hizo una gran tortilla,
se la comió despacio
viendo en la tele sobrio
a la Teresa Campos.
Intercalando gracil
los tragos del gazpacho
-Cursi maldita seta
se dijo, muy cansado
poco antes que Morfeo
lo acunara despacio
desde el sofá a su reino
de claveles y nardos.
Poco antes de dormirse
el príncipe, encantado
descolgó el telefóno
-la chati iba a llamarlo-
mas aquí es bien sabido
y en tierra de garbanzos:
que no hay como una siesta
cuando uno está cansado.
como lei a alguien alguna vez, levantemos andamios, damas y caballeros...