Una história real.
Una história real.
Esta história es real, me la contaron ayer junto con un par de histórias mas duras de oriente medio, quizá las otras sean mas duras que esta, pero esta me impactó mas por ser testigo mi amigo siendo niño.
Cuando me la contó ayer pensé contarla aqui y colarla en forma de cuento, pero me di cuenta que necesitaba algunos detalles mas y esta mañana le cité para preguntarle todo lo que recordaba de aquel suceso, todo lo que voy a contar es estrictamente real, todo menos su nombre, y bueno, quizá me tome alguna licencia literaria con respecto a lo que pensó y sentía en aquel momento. Quizá no sea un gran relato, pero si quisierais leer algo verdaderamente interesante y bien redactado os compraríais un puto libro.
Me llamo Soroush, tengo nueve años y he nacido y me he criado en las calles de Ahwaz, Irán.
Mi familia es una buena familia, conocida en la ciudad, con recursos, mi padre es un hombre duro y tradicional y buen negociante, ademas es arquitecto y posee varios edificios con apartamentos que arrenda, es un hombre de tradición, de caracter arisco y tiene un hermano, mi tio Javad que es algo mas joven y mucho mas divertido que mi padre, tiene varios negocios entre los que se encuentra una empresa constructora donde tiene gente de todo tipo, incluso afganos, a mi padre no le hace ninguna gracia, dice que debería contratar iranies, gente del país que los afgani son como bestias, gente sin cerebro y con la cabeza vacía y que el trabajo no sobraba para darselo a los extrajeros y mucho menos a esa gentuza, el estrato mas bajo de todo oriente.
Mi tio le replica y dice que si no se les da una oportunidad nunca van a tener nada, que ellos también son hijos de Alá, que todo hombre tiene derecho a un trabajo para mantener una familia. Siempre me han gustado las ideas de mi tío.
A veces mi padre se violenta y espeta:
-Claro que todo hombre tiene derecho a un trabajo, pero los afgani no son hombres ¡son como animales!
Despues de eso mi tío cambia de tema y mi padre deja el tema, no quiere que mi tio se marche disgustado y al final se despiden con un abrazo.
Unos días depues me voy con mi tío, es fiesta y no hay colegio, me va a llevar a una de sus obras y por el camino hablamos de muchas cosas, entre ellas me habla de los afgani, esa gente que alguna vez he tenido ocasion de ver por la calle, entre ellos son duros, mantienen una jerarquia estricta basada en la ley del mas fuerte, pero ante los persas son muy serviles, jamás nos alzan la voz y sólo hablan estrictamente si se les pregunta. Mi tio me cuenta que hay varios durmiendo en un almacen, ni siquiera tienen colchones, duermen en el suelo, le pregunto a mi tio que por que no duermen en otra parte, y me dijo que preferían hacerlo así con tal de no pagar un pequeño alquiler o comprar un misero colchon de paja.
Mi tio tenía grandes planes para mi, decía que un chico listo como yo debía terminar sus estudios e ir a inglaterra a labrarse un futuro, hacer fortuna como otros persas han hecho, como su hijo, mi primo que ya llevaba allí un año. Hablamos del Shá, hablamos de mi padre, hablamos de la rectitud del hombre, mi tio era un gran conversador.
Cuando llegamos a la obra me di cuenta que sólo los iranies estaban trabajando, la cuadrilla de afganos no estaba alli, despertaban en mi gran interes, asi que fuí con mi tio hasta el almacen donde dormian, me daba cierto morbo ver como dormirían allí los 8 ó 9 peones allí tirados en el suelo.
Pronto mi tio subió la persiana y recuerdo que mi curiosidad infantil se tornó en horror cuando vi aquello, algo que nunca podré olvidar, había un chico tumbado en el suelo, el mas joven de todos, de unos 18 años, con el cuerpo boca abajo y su cabeza a unos metros de él.
El resto de los afgani permanecían sentados en el suelo con la cabeza entre las piernas y las espaldas apoyadas en la pared.
Mi tio preguntó: -¿Que ha pasado aqui?
-Nadie respondía, así que alzó la voz como nunca antes le vi hacerlo y volvió a preguntar
-¡Que ha pasado aqui!
-Uno de ellos levantó la cabeza y sin mirar a los ojos a mi tio le dijo:
-Ese jóven habia dejado darse por culo por todos los obreros y a mi no me quiso dejar, así que tuve que cortarle la cabeza.
Cuando me la contó ayer pensé contarla aqui y colarla en forma de cuento, pero me di cuenta que necesitaba algunos detalles mas y esta mañana le cité para preguntarle todo lo que recordaba de aquel suceso, todo lo que voy a contar es estrictamente real, todo menos su nombre, y bueno, quizá me tome alguna licencia literaria con respecto a lo que pensó y sentía en aquel momento. Quizá no sea un gran relato, pero si quisierais leer algo verdaderamente interesante y bien redactado os compraríais un puto libro.
Me llamo Soroush, tengo nueve años y he nacido y me he criado en las calles de Ahwaz, Irán.
Mi familia es una buena familia, conocida en la ciudad, con recursos, mi padre es un hombre duro y tradicional y buen negociante, ademas es arquitecto y posee varios edificios con apartamentos que arrenda, es un hombre de tradición, de caracter arisco y tiene un hermano, mi tio Javad que es algo mas joven y mucho mas divertido que mi padre, tiene varios negocios entre los que se encuentra una empresa constructora donde tiene gente de todo tipo, incluso afganos, a mi padre no le hace ninguna gracia, dice que debería contratar iranies, gente del país que los afgani son como bestias, gente sin cerebro y con la cabeza vacía y que el trabajo no sobraba para darselo a los extrajeros y mucho menos a esa gentuza, el estrato mas bajo de todo oriente.
Mi tio le replica y dice que si no se les da una oportunidad nunca van a tener nada, que ellos también son hijos de Alá, que todo hombre tiene derecho a un trabajo para mantener una familia. Siempre me han gustado las ideas de mi tío.
A veces mi padre se violenta y espeta:
-Claro que todo hombre tiene derecho a un trabajo, pero los afgani no son hombres ¡son como animales!
Despues de eso mi tío cambia de tema y mi padre deja el tema, no quiere que mi tio se marche disgustado y al final se despiden con un abrazo.
Unos días depues me voy con mi tío, es fiesta y no hay colegio, me va a llevar a una de sus obras y por el camino hablamos de muchas cosas, entre ellas me habla de los afgani, esa gente que alguna vez he tenido ocasion de ver por la calle, entre ellos son duros, mantienen una jerarquia estricta basada en la ley del mas fuerte, pero ante los persas son muy serviles, jamás nos alzan la voz y sólo hablan estrictamente si se les pregunta. Mi tio me cuenta que hay varios durmiendo en un almacen, ni siquiera tienen colchones, duermen en el suelo, le pregunto a mi tio que por que no duermen en otra parte, y me dijo que preferían hacerlo así con tal de no pagar un pequeño alquiler o comprar un misero colchon de paja.
Mi tio tenía grandes planes para mi, decía que un chico listo como yo debía terminar sus estudios e ir a inglaterra a labrarse un futuro, hacer fortuna como otros persas han hecho, como su hijo, mi primo que ya llevaba allí un año. Hablamos del Shá, hablamos de mi padre, hablamos de la rectitud del hombre, mi tio era un gran conversador.
Cuando llegamos a la obra me di cuenta que sólo los iranies estaban trabajando, la cuadrilla de afganos no estaba alli, despertaban en mi gran interes, asi que fuí con mi tio hasta el almacen donde dormian, me daba cierto morbo ver como dormirían allí los 8 ó 9 peones allí tirados en el suelo.
Pronto mi tio subió la persiana y recuerdo que mi curiosidad infantil se tornó en horror cuando vi aquello, algo que nunca podré olvidar, había un chico tumbado en el suelo, el mas joven de todos, de unos 18 años, con el cuerpo boca abajo y su cabeza a unos metros de él.
El resto de los afgani permanecían sentados en el suelo con la cabeza entre las piernas y las espaldas apoyadas en la pared.
Mi tio preguntó: -¿Que ha pasado aqui?
-Nadie respondía, así que alzó la voz como nunca antes le vi hacerlo y volvió a preguntar
-¡Que ha pasado aqui!
-Uno de ellos levantó la cabeza y sin mirar a los ojos a mi tio le dijo:
-Ese jóven habia dejado darse por culo por todos los obreros y a mi no me quiso dejar, así que tuve que cortarle la cabeza.
Muy buena.
Gracias.
Moraleja: La bestialidad anida en todos nosotros, pero en determinadas circunstancias, si te tratan como a una bestia sin dignidad como en ese caso o puede suceder en la carcel, puede terminar saliendo a relucir de una forma tan cruda. Si quieres que la gente se comporte humanamente o al menos con un barniz de civilización trata a esos seres humanamente.
Gracias.
Moraleja: La bestialidad anida en todos nosotros, pero en determinadas circunstancias, si te tratan como a una bestia sin dignidad como en ese caso o puede suceder en la carcel, puede terminar saliendo a relucir de una forma tan cruda. Si quieres que la gente se comporte humanamente o al menos con un barniz de civilización trata a esos seres humanamente.
- Dolordebarriga
- Companys con diarrea
- Mensajes: 18248
- Registrado: 06 Nov 2002 20:38
- Ubicación: Ambigua
Mi querido Curreta:
Me ha gustado como has transformado un hecho real en una buena historia.
Como tú bien sabes en la antigüedad todo cuento o historía que se narraba contenía una enseñanza, explícita o implícita que se pretendía transmitir a los que escuchaban.
Esta tradición, el origen de los cuentos, se ha acabado casi perdiendo en occidente pero todavía se mantiene viva en oriente.
Siendo tu cuento una historía oriental cuales de las moralejas son las que pretendías transmitirnos:
1) Todos los afganos son unas bestias, y aunque los trates como personas, continuaran siendo bestias.
2) No contrates un extranjero porque él nunca lo hará tan bien como un español
3) Todos los moros son unos maricones.
Apuesto a que el narrador original tiraba por la primera y/o la segunda, pero me da que tú vas por la segunda y la tercera.
Tú, sin brazos no hay galletas;
Dolordebarriga
Como tú bien sabes en la antigüedad todo cuento o historía que se narraba contenía una enseñanza, explícita o implícita que se pretendía transmitir a los que escuchaban.
Esta tradición, el origen de los cuentos, se ha acabado casi perdiendo en occidente pero todavía se mantiene viva en oriente.
Siendo tu cuento una historía oriental cuales de las moralejas son las que pretendías transmitirnos:
1) Todos los afganos son unas bestias, y aunque los trates como personas, continuaran siendo bestias.
2) No contrates un extranjero porque él nunca lo hará tan bien como un español
3) Todos los moros son unos maricones.
Apuesto a que el narrador original tiraba por la primera y/o la segunda, pero me da que tú vas por la segunda y la tercera.
Tú, sin brazos no hay galletas;
Dolordebarriga
POR DESGRACIA YA SE ME PASÓ LA INDIGNACIÓN. DE UN TIEMPO A ESTA PARTE TODO ME VALE VERGA. MAL, TODO MAL.
- Merodeador
- Mojahedín
- Mensajes: 856
- Registrado: 17 Mar 2004 01:18
Al menos esta vez he conseguido que alguien lo lea ¡y sólo ha tenido que morir un hombre!
No pretendía terminar con ninguna moraleja, he tratado de contar lo que ocurrió simplemente adornandolo un poco, cuando hay muertos de verdad por medio me resulta muy dificil soltar moralejas o mensajes con algun tipo de moralina, simplemente aquel bestia mato al chaval por que le enfureció ver que a todos los demas les dejaba darle por culo y a el no. Me parece algo tan brutal que ni siquiera se puede ver en el reino animal, un macho mata a otro macho por no dejarse sodomizar. En una obra y delante de otros compañeros.
Si te fijas, me he cuidado de no poner ningun tipo de final a pesar de que la história contada asi queda un poco coja, eso fué lo que pasó, cada uno que saque sus propias conclusiones.
P.D. No llames a un persa árabe, porque se puede rebotar.
No pretendía terminar con ninguna moraleja, he tratado de contar lo que ocurrió simplemente adornandolo un poco, cuando hay muertos de verdad por medio me resulta muy dificil soltar moralejas o mensajes con algun tipo de moralina, simplemente aquel bestia mato al chaval por que le enfureció ver que a todos los demas les dejaba darle por culo y a el no. Me parece algo tan brutal que ni siquiera se puede ver en el reino animal, un macho mata a otro macho por no dejarse sodomizar. En una obra y delante de otros compañeros.
Si te fijas, me he cuidado de no poner ningun tipo de final a pesar de que la história contada asi queda un poco coja, eso fué lo que pasó, cada uno que saque sus propias conclusiones.
P.D. No llames a un persa árabe, porque se puede rebotar.
- Cíclope Bizco
- Mulá
- Mensajes: 1375
- Registrado: 13 Ene 2004 03:43
curreta escribió:Si te fijas, me he cuidado de no poner ningun tipo de final a pesar de que la história contada asi queda un poco coja, eso fué lo que pasó, cada uno que saque sus propias conclusiones.
Al contrario, así ganas el cuento por K.O.
curreta escribió:P.D. No llames a un persa árabe, porque se puede rebotar.
No te engañes, aunque fisionómicamente puedas discriminar un árabe de un persa, en tu honesta conciencia hasta un malayo amarillento con la pompeta alienada hacia la Meca será un moro mielda.
Para mí hay diferencias obvias entre un vietnamita, un mongol, un nipón y un koreano; cosa que no quita que los taxonomice como chinos cudeiros.
Al pasar Nueva Orleans dejo atrás sus lagos iridiscentes y luces de gas amarillo pálido | pantanos y estercoleros | aligátores arrastrándose sobre botellas rotas y latas | moteles con arabescos de neón | chaperos desamparados que susurran obscenidades a la gente que pasa.
Nueva Orleans es un museo de muertos.
Nueva Orleans es un museo de muertos.
Para mí hay diferencias obvias entre un vietnamita, un mongol, un nipón y un koreano; cosa que no quita que los taxonomice como chinos cudeiros.
A mi los que me despistan son los aborigenes australianos, que aún no sé si son negros de mierda o no.
Pleased to meet you, hope you guess my name, but what's puzzling you, is the nature of my game.
Sympathy for the devil. Rolling Stones
Sympathy for the devil. Rolling Stones
- Cíclope Bizco
- Mulá
- Mensajes: 1375
- Registrado: 13 Ene 2004 03:43
Navajo escribió:A mi los que me despistan son los aborigenes australianos, que aún no sé si son negros de mierda o no.
Sure, my red skinned friend.

He visto a sudaneses con las rodillas y codos hipertrofiadas como las de un elefante moribundo, a yanomamis amazónicos espumajeando sangre tras una orgía asesina contra otra tribu vecina, a nepalíes con una espalda con jiba de dos palmos y con el cráneo en forma de pera, a aleutianos con el rostro tan plano y pálido como un folio en blanco, he contemplado horrorizado a alpujarreños con brazos lanudos que les llegaban caídos hasta el empeine, sin mentón y con la frente huidiza, que me querían cobrar 25€ por una ración de jamón; pero amigos, como los abominables hijos de la gran puta que inventaron el bumerán y el revienta craneos musical, llamado didgeridoo, niguno es tan horripilante como estos cabronazos.
Al pasar Nueva Orleans dejo atrás sus lagos iridiscentes y luces de gas amarillo pálido | pantanos y estercoleros | aligátores arrastrándose sobre botellas rotas y latas | moteles con arabescos de neón | chaperos desamparados que susurran obscenidades a la gente que pasa.
Nueva Orleans es un museo de muertos.
Nueva Orleans es un museo de muertos.