Recuerda: Las armas de fuego son para cobardes.
¡Para cobardes!Las palabras de mi sabio maestro resonaban en mi cabeza, como los golpecitos que le da un niño a un tambor de juguete, mientras mi viaje llegaba a destino.
Clan clan clan.
No sabía exactamente por qué había aceptado aquella invitación de duelo que me había llegado hacía un tiempo desde el lejano RanchoVall, en TarraOeste.
Había oído comentarios casi extintos sobre aquel tipo. Big-shot. Decían que era el más rápido y temido de su villa, y que él sólo se había
cepillado a más de 100 hombres. Así que yo sentía curiosidad. También había oído que tenía mucho éxito con las muchachas, incluso hasta bebía los vientos por él un sarasa que regentaba unas saunas para vaqueros alegres, ya sabéis, de esos que se aprietan la enagua bajo los tejanos. Y eso tenía que verlo.
Cuando llegué toda la gente estaba en las calles y los barberos afilaban sus navajas en cuero a la entrada de sus comercios. Todos estaban ahí reunidos, esperando.
Más o menos Mayhem ha comentado lo que allí aconteció con bastante fidelidad, pero ha obviado algo, el muy mariquita... En el momento
clímax de la situación... Ocurrió algo totalmente inesperado, llenando de sorpresa a los presentes, y confirmando una certera corazonada que me venía albergando desde que me embarqué en ese
follón.
...
TRES!...
Tac Tac (Cara de asombro)
Tac Tac Tac(Frente perlada, manos frías)
¡¡¡ TAC TAC !!!_ Esto... yo... Es la primera vez que me pasa.
¡POTOMA GATILLAZO!Y así fue nuestro primer encuentro...
Aprovechando su tan desafortunado imprevisto, salté sobre él, en un elegante y felino movimiento, para golpearle con la punta de los dedos de mis pies en sus sucias fosas nasales. Cayó este pobre desgraciado de espaldas, perdiendo el equilibrio, y apenas haciendo un leve sonido al dar con su lomo en el suelo. Y allí quedó, anonadado, frente a mí, con sus piernas tan abiertas como una flor en primavera. Era mi momento pues.
¡Me quedo estas semillas! ¡Fanfarrón!Por suerte fue atendido de urgencia por el farmacéutico del pueblo, quién decidió, vista la
gran pérdida, que lo mejor era poner algo de algodón y coser.
Después de esto las cosas no pudieron irle mejor. En la cantera comenzaron a servirle lingotazos de leche, los viejos bandidos le escupían tabaco de mascar a los pies, los niños le tiroteaban con los dedos cuando lo veían por la calle, y las mujeres del burdel le hacían bromas pesadas. Además, el maricón de las saunas, al ser conocedor de que nuestro amigo había perdido su miembro para siempre, perdió también con él el interés que había fijado.
Desarmado, vencido y apesadumbrado abandonó la tierra que lo vió crecer, para refugiarse en las arterias de una gran ciudad sin ley, a orillas del mediterráneo, Barceville. Allí, donde nadie lo conocía, se convirtió al Zen, y actualmente practica Yoga dos veces por semana.
Alguna vez regresa a su vieja casa para visitar a su ignorante padre y tomar unos lácteos con sus antiguos amigos. Les cuenta lo bien que le va y lo feliz que es allá en el gran rancho. Pero ya no engaña a nadie. Ni de un lado ni de otro. Todos saben que es un perdedor y que además no tiene huevos.
Y hasta aquí puedo leer.
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La verdad es que a un vaquero le quitan el revólver en un duelo y a lo sumo acierta a dar a su rival unos puñetazos en el aire, y alguna que otra patadita en los tobillos. Finalmente, el más ebrio suele caer de bruces sobre el abrevadero más cercano, mientras un matojo seco surca la escena, pasando por sus pies, que normalmente quedan graciosamente doblados hacia dentro. Y ya tienen argumento para una peli.
Pero a un artísta marcial ya le puedes quitar sus armas y se quedará bien tranquilo, porque está totalmente preparado para entrar en un cuerpo a cuerpo, llevándo al límite sus capacidades físicas y mentales. Y aunque le quitaras el palo, te seguiría haciendo igual de pupita, o incluso más. Promesa.
¿QUE NO TIENES CIMBREL? ¡PUES MUEEEEEREEEEEE HIJO DE PUTAAAAHHH!El lechero escribió: Luna la borracha
Y orgullosa. Desde que conocí "La danza de la Mantis borracha" (Drunken Master), no sólo he logrado perfeccionar mi técnica, sino que siempre llevo un par de latas de cerveza en el bolso, pardillo. Y puedo decir con la cabeza bien alta que nunca me ha tenido que sujetar la frente ningún forero. Ejem.
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Me pondría a explicarte la gran evolución que ha experimentado esto de las artes marciales desde sus más lejanos orígenes, creando un gran abanico de luchas variadas, con objetivos diferentes y disciplinas múltiples, pero te veo obcecado en lo tuyo.
Cuando dejes de jugar a los sheriffs te explicaré como he aprendido a inmovilizar y luxar cuellos con los pechos. Y luego te invito a echar una partida al Tekken.
_ Pum pum !!!_ Anda, lávate esa cara y pon la mesa que vamos a comer._ Mírame, soy un sheriff!_ ¡Ni Sheriff ni ostias! Y quítate esas espuelas que me rayas el parquet, desgraciado. _ Jo, pero... tengo una estrella..._ Estrellas las que te voy a hacer ver como no pongas la mesa, mocoso._ ¿Saco también cucharas?Pasando de sacarte a relucir tu vida foril, que esto ya lo hicimos en el anterior posting que nos tocó pelear, y oye, como que no me gusta repetirme.
Eh?---
Ahora déjame que te levante de puntillas mientras te inserto los dedos en la nariz. Y no olvides rellenarme el depósito de Super sin Plomo.
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Ah. En mi línea:
Para ellos:
Con esto de las artes marciales estoy cogiendo mucha flexibilidad.
Mira como levanto el muslito. Mira mira. ¿De qué color las llevo hoy? Para ellas:
Sé cincuenta formas de penetrar en dos movimientos.
Dos. Para Urdu: