Así que, francamente, en este arranque de la Champions me quedo con el Madrid. Es verdad que no tengo claro su dibujo ni su equilibrio, y escucho con atención a los que me dicen que falta un medio. Tienen razón. Pero mejor ganar 2-5 que 0-2. Los goles son desde siempre lo mejor del fútbol, y más ahora, que te los repiten cinco veces cada uno. Siete por cinco, treinta y cinco goles. Cero por cinco, cero goles. Tengo fe en este Madrid, por su deseo de riesgo, por la excelencia de sus estrellas, porque le sobran delanteros. Y porque viendo el Inter-Barça sentí añoranza del Zúrich-Madrid de la víspera.
No. Porque eso coincidirá con la jornada que el madrid se enfrenta al Milan.
Y entonces toca hablar de los derbis europeos con empaque, de los duelos de grandes leyendas vivientes del fútbol. De lo bonito que es ver a dos grandes púgiles pegadores intentando trabajarse los golpes y fajándose duro.
Y en el ultimo párrafo dirá que el barça cumple el tramite goleando a un rival hez, que esta aquí por culpa de Platini y su puta manía de meter demasiados equipos en pos de su afán recaudatorio...
Ponte un linkito del Sport donde se alabe la grandiosa victoria del Madrid ante un rival de empaque como el Zúrich, en el que solo las genialidades de, sin lugar a dudas mejor jugador del mundo, CRistiano Ronaldo, decidieron el partido.
Esque si no fuera así (lanzadas fuertes con efecto o colocadas) yo también seria un excelente lanzador de faltas. Pero vamos, que CR96 no tiene la exclusiva.
Misiles a 103 km/hora Cristiano Ronaldo rompió el balón en Zúrich. La supuesta 'cantada de Leoni' en su segundo gol puede tener una justificación: el disparo llegó a 103 km/h a sus puños, cargado de efecto. Un misil envenenado. El portugués está en velocidades de récord y los goles de falta seguirán llegando.
Pero a día de hoy Cristiano Ronaldo es el nuevo bombardero de la Champions. Tiene que mejorar la efectividad, ya que necesitó 18 lanzamientos para su primer gol, aunque después marcó en dos faltas consecutivas frente al Zúrich.
Los misiles del crack portugués en combinación con el inestable balón oficial forman una mezcla envenenada para los porteros. Así lo denunció en AS el guardameta Leoni y serán muchos más los que esta temporada sufrirán el 'efecto Cristiano'.