Ah, que ahora sí que valen historias individuales para saber si la sanidad funciona o no.
Pues oyes, yo voy a dar la mía.
Hace unos meses me empezaron a salir unas ronchas rojas por la cara, que empezaban por un lado y se iban extendiendo hacia otro. Picos de fiebre de 40, y la cara como si fuera el niño de la peli Máscara.
Holi.
Total, que después de varios días en casa de aguantar a mi mujer que con ese gepeto no iba a arrimar la sardina en la puta vida, me fui a un hospital de urgencias. Más concretamente, Fundación Jimenez Díaz (gestión privada, oyes). Llegué, me metieron enseguida para dentro, y empezaron a venir médicos de guardia. Creo que era un domingo a las 11 de la noche, y allí apareció hasta el apuntador.
Ninguno tenía ni puta idea de lo que me pasaba en la cara. Me hicieron de todo esa misma noche: varios análisis de sangre incluso con cultivos bacterianos por si acaso era una enfermedad rara, e incluso unas placas por si era alguna otra infección.
Como seguían sin tener ni zorra idea, me hicieron ir a la mañana siguiente, ya que al ser domingo no había dermatólogo, y allá que me fui. Lunes a primera hora, en urgencias de nuevo. Al cabo de media horilla bajó un especialista de consulta a verme, diagnosticó lo que me ocurría y me mandó tratamiento. Cita en dermatología en 10 días para control.
Al cabo de un mes, me volvió a aparecer lo mismo. Mismo procedimiento. Urgencias, derivado a dermatólogo, y todo en menos de una semana.
A mí el tratamiento y la inmediatez del mismo me pareció DE-PU-TA-MA-DRE. Pero lo mismo es que mi historia particular no significa nada, como la de otros. Y lo mismo lo que cuentan son las cifras que ha puesto antes KKs de listas de espera, ¿no?