Straika escribió:Biker escribió:Yo postulo que verdad es todo lo que es, y tan ancho que me quedo. Un bocata de tortilla, un sorete de perro en la calle, todo lo material es la verdad.
"todo lo que es" incluye el andamiaje conceptual del que hablas después.
Y sobre lo de "todo lo material". Que cartesiano tú. Imagino que con eso te refieres a todo lo que tenga extensión. Es decir, lo medible y pesable...
Entonces yo de ahí te hago la siguiente pregunta: Dada tu definición de la verdad... ¿son verdades las matemáticas?, ¿es verdad la geometría?, ¿y el tiempo?, ¿la música es verdad?. Porque todo ello cae fuera del saco de lo material.
Bueno, igual la música podemos salvarla si con "todo lo material" te refieres a todo lo captable por los sentidos. Pero, ¿y el resto?. Y en el caso de "todo lo captable por los sentidos", ¿es mentira la luz ultravioleta?.
Cuántas preguntas! Vamos por partes...
Las matemáticas, como andamiaje conceptual, no las veo como parte de la Verdad de la manera que lo es un libro de matemáticas o de poesía o el Mein Kampf. Eso sí, son consistentes, y junto con la Física nos permiten hacer predicciones que se verifican con respecto al mundo físico. La geometría digo yo que será parte de las matemáticas.
El tiempo... nu sé, yo pa mí que es un concepto, pero se me hace que da para hablar más todavía que de la Verdad. En cualquier caso es un concepto muy útil.
La música habría que ver; está muy relacionada con el tiempo, y la ejecución de una pieza es verdad, la partitura en que está escrita es verdad, la grabación de la ejecución es verdad... pero la música no es ninguna de esas cosas, ni siquiera es la pieza misma, que encima si hablamos de jazz el concepto de identidad se ve medio elusivo. Con lo que me gusta, y ni siquiera puedo decirte qué *es* la música.
Los fenómenos físicos para mí son la verdad... yo no es que sea cartesiano, puedo ser polar si quieres, pero antes que eso soy ingeniero, qué voy a hacer. Tengo mis limitaciones
“Un libro permanece, está en su anaquel para que lo confrontemos y ratifiquemos o denunciemos sus afirmaciones. El diario pasa. Tienen una vida efímera. Pronto se transforma en mantel o en envoltorio, pero en el espíritu desprevenido del lector va dejando un sedimento cotidiano en que se asientan, forzosamente las opiniones. Las creencias que el diario difunde son irrebatibles, porque el testimonio desparece”
Raúl Scalabrini Ortiz, Política Británica en el Río de la Plata