“Factotum” y “Mujeres” de Charles Bukowski
Después de leer “Cartero” seguí para adelante y gocé con las otras dos novelas que Anagrama ha agrupado en un único tomo. Borracheras, misoginia, polvos, desastres y ruinas, todo muy fácil de leer. No es para todo el mundo, pero he disfrutado mucho con las tres novelas. Me pillaron en un momento jodido y me fue muy fácil conectar con ese mundillo de desastres, resacas y odio al mundo.
En la segunda novela está intentando convertirse en escritor (la historia se sitúa en el tiempo antes que “Cartero”), en la tercera es ya un escritor consagrado (ha dejado de ser cartero), decrépito, borracho, que cobra por lecturas, y recibe por correo tropecientas propuestas de mujeres jóvenes y guapas. Locurón. Si pruebas con la primera y te gusta, te leerás las 3, si la primera ya no te gusta, no sigas.
“El pájaro pintado” de Jerzy Kosinski
Novela muy prestigiosa, frecuentemente citada entre las mejores del s. XX y que a mí me ha parecido un puto tostón. Un niño-adolescente polaco en la II Guerra Mundial, no recuerdo si es gitano o judío, vaga de pueblo en pueblo (sin padres) mientras lo maltratan y va sobreviviendo. La he aborrecido.
“Esto no es una novela” de David Markson
Curioso artefacto y ejercicio de lo que los gafapastas llamáis “name-dropping” (o algo así), pero que tiene algo de adictivo. Antes de comprarla se recomienda leer un fragmento, porque es algo así como “Henry James murió de ataque al corazón. Flauvert murió de tifus” y así todo el rato. A mí, no sé muy bien por qué, me ha gustado, pero habrá quien se sienta estafado. La portada me encanta.
“Crímenes ejemplares” de Max Aub
Un librito humorístico en el que el autor hace micro textos relatando justificaciones para asesinatos, en plan de coña, del tipo “La maté porque estaba gorda”. Algunos son cojonudos. La mayoría, simplemente, te sacan una sonrisa y ya.
“Miss Lonelyhearts” de Nathanael West
Una trama muy curiosa con un personaje muy loco:
En ella se cuenta la historia del redactor del consultorio sentimental de un periódico, un hombre atormentado que sufre un terrible “complejo de Cristo” y que soporta sobre sus hombros todo el dolor y la humillación de un mundo que se ha derrumbado con todos sus sueños de gloria. El sufrimiento de quienes le escriben a diario en busca de consuelo y salvación provoca una profunda crisis moral en el protagonista, que siente la imperiosa necesidad de hallar una respuesta que dé sentido a sus vidas y a la suya propia.
Así leído puede parecer carente de interés, pero me gustó mucho leer la forma loca en la que el protagonista se va derrumbando en pedazos en su búsqueda de sentido. Parece una novela muy sesuda, pero no, es otra cosa (no sé muy bien qué). Estoy contento de haberla leído, pero no la recomendaría a cualquiera.
“Viaje al fin de la noche” de Louis-Ferdinand Céline
Viaje al fin de la noche narra la epopeya de Ferdinand Baradamu, herido en la primera guerra mundial en la que participa como voluntario, enamorado de una prostituta sin futuro, sobreviviendo en las colonias francesas en África gracias a un trabajo alienante, persiguiendo su particular sueño americano, de regreso en Francia trabajando como médico rural.
Si crees que eres un hijodeputa amargado, desapegado de la vida, desconfiado del ser humano, que vagas sin rumbo por la vida, solitario y sin crear vínculos, anestesiado, leéte esta novela y verás que eres una joyita comparada con el protagonista y, probablemente, con Celine. Porque es imposible escribir así sin que te de puto asco el mundo. Me hubiera gustado que un porcentaje mayor de la novela se desarrollara en África, cuando en realidad esa parte es muy pequeña en comparación a su historia de médico rural. Mira que suelo leer a escritores pesimistas, guarros, chungos… pero el puto Celine se lleva el Nobel al cenizo más Gargamel con nube negra sobre la cabeza que he leído jamás, qué percepción del mundo más pesimista. El cuarto final se me hizo largo, pero me ha gustado.
“La insólita y gloriosa hazaña del Cipote de Archidona” de Camilo José Cela
No había leído nada de Cela, y me dije “vamos a empezar por uno cortito”. Mala idea. En su día sería escandalosa y rompedora, pero a día de hoy es una mierda (para mi gusto). Una anécdota convertida en librito, merced a unos señoros que se gustan mucho a sí mismos. Una tontería.
“Vida de este chico” de Tobias Wolff
Hay peli con un DiCaprio niño haciendo del prota, y De Niro de su padrastro. El autor cuenta básicamente su infancia y adolescencia en un pueblo rural con un padrastro violento y una madre que hace lo que puede (no muy bien). Me ha gustado MUCHO. No había visto la peli. Sin ser una obra maestra, lo recomiendo a quien quiera leer un buen libro de infancia dura pero contada sin dramas, y cómo el tipo se saca las castañas del fuego a base de personalidad, talento e inteligencia.
“Mira las luces, amor mío” de Annie Ernaux
Como le habían dado el Nobel, leí las sinopsis de sus libros y este es el que más me interesó, y me lo prestó mi madre que tiene todos. Ensayo cortito sobre los supermercados y el papel que juegan en nuestras vidas, a base de micro observaciones de la autora cuando va a hacer la compra. Curioso, destila inteligencia y se lee en una hora. La mención al Mamout de Oiartzun me sacó una lagrimita.
“Letra torcida, letra torcida” de Tom Franklin
Llegados a este punto, necesitaba una novela negra chunga, como a mí me gustan, así que fui a ver qué tenía Dirty Works (me suelen gustar, son mi rollo…) y vi este (ya había leído uno del autor, “Furtivos”) y PAGUÉ POR ÉL EN AMAZON (qué locurón), dado que cada día me cuesta más leer en papel. Por primera vez en mi vida (he comprado 4 libros en total…) estoy contento de haberlo comprado. La novela cuenta una historia de pueblo de Sur de EEUU, dos amigos de la infancia, un asesinato entonces y un ahora, uno ahora es policía, el otro vive traumadito… bien, recomendable para quien busque novela negra estadounidense reciente, de la de serpientes, conflicto racial, pueblo chungo, pero sin ser tan dura como las de Harry Crews o nuestro querido y siempre amado Donald Ray Pollock. Algo más suavecito y convencional. Pero se lee con gusto. Ahora me jode un poco no tenerlo en papel, pero tengo que irme acostumbrando.
He leído alguno más, pero no lo apunté y no recuerdo cuál era, y he empezado y abandonado otros 10 libros, o más, pero esos ya no los comento.