Cap 19 - La publicidad nos hace más tontos
Un anuncio de 1910 de navajas de afeitar Gillette: "No es necesario hacer un curso por correspondencia para aprender a usarla. Limítese a comprarla y afeitarse".
De un anuncio de 1930 para el limpiador líquido Drano: "Cada vez que el desagüe del baño se atasca, siento su mirada acusadora. Me mira como diciendo: '¡Es culpa tuya!' Y lo es".
De un anuncio de 1918 de corsés: "Las mujeres juegan un papel muy importante en el mundo. No sólo tienen el privilegio de representar el súmum de la belleza, sino que es su deber hacerlo".
En un antiguo anuncio del limpiador para le hogar Lestoil aparecía una bella modelo vestida de astronauta que decía: "Las mujeres del futuro harán que la Luna sea un lugar más limpio".
La publicidad tonta existía incluso antes de que existieran las agencias de publicidad tontas.
Los soldados del Siglo XIX tenían que tener una dentadura fuerte para abrir los cartuchos de los rifles. En la batralla de Waterloo, los dentistas emprendedores coleccionaban los dientes de los muertos jóvenes y los convertían en sólidas dentaduras postizas, que promocionaban como "dientes de Waterloo".
No sólo los profesionales de la publicidad crean anuncios tontos, pues también los aficionados que publican anuncios clasificados en los diarios son capaces de idear cosas como éstas:
"Se vende quitanieves. Sólo utilizarlo cuando nevó".
"Haz algo especial para tu amada/o el día de San Valentín: haz limpiar tu pozo séptico".
"Dos guantes de carnicero alambre tejido: uno de cinco dedos y el otro de tres dedos".
En 1954, una modelo demostró lo riesgosa que resulta a veces la publicidad televisiva en directo cuando fue incapaz de abrir la puerta de una nevera Westinghouse para mostrar lo fácil que era de usar.
En 1955, la empresa estadounidense Quaker Oats ideó una promoción única: "compre una caja de cereales y obtenga la escritura de unas tierras en el territorio del Yukon: una superficie de 2,5 centímetros cuadrados".
El fabricante de cereales para el desayuno compró veintiún millones de estos miniterrenos al gobierno de Canadá por diez mil dólares. Cuando la promoción fracasó, Canadá recuperó los terrenos pagando treinta y siete dólares de impuestos atrasados.
Un estudiante del instituto de Georgia fue suspendido por llevar una camiseta de Pepsi durantee el "Día de la Coca-Cola en la educación" patrocinado por la empresa en el instituto, durante el cual los estudiantes debían alinearse en el campo para una foto y luego formar la palabra COKE.
La estúpida historia de la especie humana - Bob Fenster
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Cap 20 - Delitos necios
Un hombre de Tampa, Florida, entregó una nota al cajero de un banco donde exigía dinero. La policía no tuvo ningún problema en coger al fallido atracador: había escrito la nota en su nómina, justo debajo de donde figuraban su nombre y dirección.
El ladrón que atracó en 1975 un restaurante de Newport, Rhode Island, estaba nervioso y no tenía experiencia en atracos. Se metió el dinero en el bolsillo con la mano con que sostenía el arma, ésta se disparó y él murió.
Un hombre de Tejas, tras asesinar a su suegra presentó esta novedosa defensa: "Creí que era un mapache gigante".
Una banda de once ladrones profesionales llevó a cabo uno de los golpes más exitosos de la historia cuando atracó la sede central del banco Brink's de Boston en 1950, llevándose más de dos millones de dólares de la caja fuerte, aunque los once olvidaron otros ochocientos mil dólares por error.
El delito quedó sin resolver durante años. Pero once días antes de que expirara el delito, un miembro de la pandilla contó todo la policía. ¿Por qué? Porque consideró que su parte del botín no era la suficiente.
Así el delito perfecto se fustró debido a la estupidez, un método de detección que ha acabado con más delincuentes que la inteligencia superior de cualquier Sherlock Holmes del mundo real.
En 1986, durante un juicio por asesinato en Illinois, el acusado atacó a su abogado en la sala del tribunal y después le propinó un puñetazo al juez. Tras ser condenado por aasesinato, presentó un recurso de apelación basándose en que la agresión al juez lo había predispuesto en su contra.
El cantante Bobby Brown, marido de Whitney Houston, supuestamente estaba borracho cuando acudió al tribunal para entregarse y cumplir una condena por conducir borracho.
Los miembros de un jurado del Tribunal Supremo de Los Ángeles iniciaron una pelea en un descanso de una audiencia, al ver como se peleaban los invitados de un programa televisivo.
Un ladrón de bancos fue arrestado tras pasarle una nota exigiendo dinero a un cajero de Florida. La nota estaba escrita en el dorso de su tarjeta de libertad condicional.
Quien se merecería el título de ladrón del año es el hombre que forzó la puerta de un coche, encontró una cámara fotográfica y posó para su novia, que lo retrató blandiendo el destornillador que había usado para forzar la puerta.
Era una cámara barata, así que el ladrón la dejó en el coche. Cuando el dueño del coche lo recuperó, hizo revelar las fotos y encontró la del ladrón, que entonces pasó a posar para la del archivo policial.
Dos hombres jóvenes fueron acusados de asesinato en segundo grado, intento de asesinato y atraco a mano armada a una joyería de Florida. Al parecer, los muchachos habían planeado el atraco a fin de conseguir dinero para pagar la matrícula de la Academia de Policía de la Comunidad de Palm Beach.
En Florida, un ladrón fue descubierto y condenado gracias a las huellas digitales que dejó en las escenas del crimen. El ladrón se sorprendió, porque había usado guantes en todos los robos: unos de golf, de esos con las puntas cortadas.
Un hombre de Wisconsin fue arrestado por disparar de manera ilegal cuando, tras arrastrar su lavadora escaleras abajo, le pegó tres tiros.
Un falsificador torpe pero original fue detenido en Wichita, Kansas, por intentar pagar la cuenta del hotel con dos billetes de dieciséis dólares.
Un veterano de la Armada fue condenado por asesinato en primer grado por matar a su mujer, que había pedido el divorcio. En su novedosa defensa, el hombre admitió que la apuñaló numerosas veces, pero que sin embargo él no la había matado.
El marido afirmó que apuñaló a su esposa muerta para que su hijo no descubriera que se había suicidado.
Sadamichi Irasawa convenció a los cajeros de un banco de Tokio que tomaran un remedio, diciéndoles que era el médico del banco. El remedio era cianuro. Cuando los infelices cajeros murieron, él robó setecientos dólares.
En 1948, cuando lo atraparon, Hirasawa fue condenado a cadena perpétua en vez de a la pena capital, porque los abogados convencieron al juez de que como Hirosawa sabía que sería ejecutado, el atraco al banco en realidad era su manera de suicidarse.
Las autoridades de Japón no podían ejecutarlo, puesto que su constitución prohibe el suicidio. Hirasawa fue puesto en libertad en 1980.
Un hombre de Tampa, Florida, entregó una nota al cajero de un banco donde exigía dinero. La policía no tuvo ningún problema en coger al fallido atracador: había escrito la nota en su nómina, justo debajo de donde figuraban su nombre y dirección.
El ladrón que atracó en 1975 un restaurante de Newport, Rhode Island, estaba nervioso y no tenía experiencia en atracos. Se metió el dinero en el bolsillo con la mano con que sostenía el arma, ésta se disparó y él murió.
Un hombre de Tejas, tras asesinar a su suegra presentó esta novedosa defensa: "Creí que era un mapache gigante".
Una banda de once ladrones profesionales llevó a cabo uno de los golpes más exitosos de la historia cuando atracó la sede central del banco Brink's de Boston en 1950, llevándose más de dos millones de dólares de la caja fuerte, aunque los once olvidaron otros ochocientos mil dólares por error.
El delito quedó sin resolver durante años. Pero once días antes de que expirara el delito, un miembro de la pandilla contó todo la policía. ¿Por qué? Porque consideró que su parte del botín no era la suficiente.
Así el delito perfecto se fustró debido a la estupidez, un método de detección que ha acabado con más delincuentes que la inteligencia superior de cualquier Sherlock Holmes del mundo real.
En 1986, durante un juicio por asesinato en Illinois, el acusado atacó a su abogado en la sala del tribunal y después le propinó un puñetazo al juez. Tras ser condenado por aasesinato, presentó un recurso de apelación basándose en que la agresión al juez lo había predispuesto en su contra.
El cantante Bobby Brown, marido de Whitney Houston, supuestamente estaba borracho cuando acudió al tribunal para entregarse y cumplir una condena por conducir borracho.
Los miembros de un jurado del Tribunal Supremo de Los Ángeles iniciaron una pelea en un descanso de una audiencia, al ver como se peleaban los invitados de un programa televisivo.
Un ladrón de bancos fue arrestado tras pasarle una nota exigiendo dinero a un cajero de Florida. La nota estaba escrita en el dorso de su tarjeta de libertad condicional.
Quien se merecería el título de ladrón del año es el hombre que forzó la puerta de un coche, encontró una cámara fotográfica y posó para su novia, que lo retrató blandiendo el destornillador que había usado para forzar la puerta.
Era una cámara barata, así que el ladrón la dejó en el coche. Cuando el dueño del coche lo recuperó, hizo revelar las fotos y encontró la del ladrón, que entonces pasó a posar para la del archivo policial.
Dos hombres jóvenes fueron acusados de asesinato en segundo grado, intento de asesinato y atraco a mano armada a una joyería de Florida. Al parecer, los muchachos habían planeado el atraco a fin de conseguir dinero para pagar la matrícula de la Academia de Policía de la Comunidad de Palm Beach.
En Florida, un ladrón fue descubierto y condenado gracias a las huellas digitales que dejó en las escenas del crimen. El ladrón se sorprendió, porque había usado guantes en todos los robos: unos de golf, de esos con las puntas cortadas.
Un hombre de Wisconsin fue arrestado por disparar de manera ilegal cuando, tras arrastrar su lavadora escaleras abajo, le pegó tres tiros.
Un falsificador torpe pero original fue detenido en Wichita, Kansas, por intentar pagar la cuenta del hotel con dos billetes de dieciséis dólares.
Un veterano de la Armada fue condenado por asesinato en primer grado por matar a su mujer, que había pedido el divorcio. En su novedosa defensa, el hombre admitió que la apuñaló numerosas veces, pero que sin embargo él no la había matado.
El marido afirmó que apuñaló a su esposa muerta para que su hijo no descubriera que se había suicidado.
Sadamichi Irasawa convenció a los cajeros de un banco de Tokio que tomaran un remedio, diciéndoles que era el médico del banco. El remedio era cianuro. Cuando los infelices cajeros murieron, él robó setecientos dólares.
En 1948, cuando lo atraparon, Hirasawa fue condenado a cadena perpétua en vez de a la pena capital, porque los abogados convencieron al juez de que como Hirosawa sabía que sería ejecutado, el atraco al banco en realidad era su manera de suicidarse.
Las autoridades de Japón no podían ejecutarlo, puesto que su constitución prohibe el suicidio. Hirasawa fue puesto en libertad en 1980.
Urdu escribió: Tengo fotos actualizadas de mi rabo.