Aunque el párrafo anterior no tiene nada que ver con lo que vendrá a continuación. Eh, qué pasa. Este es el subforo de literatura, este es el todo vale, aquí es donde puedo meter estas cosas porque se que usáis otros ojos.
Hablemos de la "nueva literatura": Martin Amis, Chuck Palahniuk, Irvine Wells, Bret Easton Ellis...
Alguien dijo en otro hilo abierto por Criadillas algo así como que esta relativamente reciente hornada de escritores está formada por un renacer de la generación beat. En principio, si aceptáramos la comparación, ya no sería nueva. Y aunque agrupar a la generación beat es complicado, podemos decir que su espectro no está lo suficientemente resuelto como para que no se nos entienda: En el camino, Ponche de ácido lisérgico, e incluso la escatología de Burroughs forman un compacto identificable. Sus autores eran compañeros de correrías y compartían la derrota humana de la primera mitad del siglo XX como detonador de su literatura, utilizando lás más diversas sustancias tóxicas como explosivo plástico de sus novelas. Kerouac, Wolfe o Ginsberg tenían mucho más en común que lo que puedan tener Palahniuk o Amis.
Tengo especial debilidad por estos tipos, sus correrías transformadas en textos delirantes parecen nacer de manera natural, sin artificios, y son de los pocos autores que he leído -quizá, junto con la no-ficción de Capote- que hacen que realmente me crea lo que me cuentan sin necesidad de tener que estar leyendo coartadas a cada párrafo. Sirva como ejemplo que Kerouac -en una novela prácticamente sin un hilo argumental al uso- hace que la idea de recorrer norteamérica de punta a punta varias veces en un par de años, sin más compañía que una vieja maleta y con unos pocos dólares en el bolsillo, se convierta en una aventura necesaria y suficiente para un anhelo de ubicación vital. Es la búsqueda lo que hace a esta generación, la carrera por el LO QUE SEA, que encuentran en una chumbera en el desierto, en la jungla mejicana o en un solo de jazz en la tarima de un tugurio de San Francisco.
But then they danced down the streets like dingledodies, and I shambled after as I've been doing all my life after people who interest me, because the only people for me are the mad ones, the ones who are mad to live, mad to talk, mad to be saved, desirous of everything at the same time, the ones that never yawn or say a commonplace thing, but burn, burn, burn like fabulous yellow roman candles exploding like spiders across the stars and in the middle you see the blue centerlight pop and everybody goes 'Awww!' - Jack Kerouac - En el camino.
Empezamos bien, entonces. Queda claro entonces que bajo mi punto de vista la comparación en este caso es tremendamente odiosa: no les llegan ni a la suela de los zapatos, aunque, como reconoceré a continuación tambien soy débil con estos modernillos.
¿Qué tienen en común los escritos de esta nueva generación? Pretenden ser la descripción de la ultra-realidad del hombre moderno; son una pasada de rastrillo, a veces nihilista, a veces triunfante, entre la tierra que recoje los restos y subproductos de la carrera hacia el éxito de los ochenta -eh, amigos, los ochenta-. Una buena dosis de desmaquillante para la cubierta de plástico y neón del renacimiento del siglo veinte. Acción y reacción. Si la generación beat corría para buscar, estos tipos corren para huir. Para hacernos una idea de lo que nos encontramos, esto es lo que principalmente nos ofrecen en sus libros unos cuantos de sus autores, haciendo un resumen muy grosero, subjetivo y sin nigún orden particular:
Bret Easton Ellis - El suyo es el retrato de los yuppies estadounidenses de la costa este de los ochenta a través de su degeneración física y moral, durante su vida universitaria (Menos que cero, Las leyes de la atracción), siendo ejecutivos de éxito (American psycho) e incluso en el mundo del famoseo y la pasarela (Glamourama). Tiene Ellis una narrativa abigarrada aunque veloz: sus novelas son básicamente descriptivas, no esperéis thrillers -aunque algo de esto si tiene American Psycho-, pero si desencuentros, pérdidas, locura y desesperación, todo rodeado de una espesa nube de humor negro. Y es que quien no tiene problemas porque lo tiene todo, se los inventa.
I come to a red light, tempted to go through it, then stop once I see a billboard sign that I don't remember seeing and I look up at it. All it says is "Disappear Here" and even though it's probably an ad for some resort, it still freaks me out a little and I step on the gas really hard and the car screeches as I leave the light. (...) ...I sit on a bench and wait for them, staring out at the expanse of sand that meets the water, where the land ends. Disappear here. - Bret Easton Ellis - Menos que cero.
Irvine Wells - Conocido por todos por la adaptación de Trainspotting al cine, retrata con un lenguaje crudo y directo a la generación perdida: jóvenes escoceses de Edimburgo masacrados por el caballo. Además de Trainspotting, podemos leer las historias cortas -algunas geniales- de Acid House, la película del transcurso de la vida de cuatro amigos -sexo, drogas y rock&roll- en Cola.
Martin Amis - Es el contrapunto británico de Ellis, el tercer vértice del triángulo junto con Wells. Sus personajes son de las islas, pero fundamentalmente Londinenses: JASPs hechos a sí mismos, ricos pasados de vueltas, desesperados con dinero para los que íncluso el dolor es divertido si tienes fajos con los que curarte las heridas. Aquí sí hay historia: intriga, pasión, aunque un estilo que puede resultar un poco acelerado unos ratos, algo lento otros. Tremendamente satírico, en conjunto es uno de mis favoritos por sus pasajes en los que mezcla oscuridad y violencia con esperanza, todo envuelto en una aguda comicidad británica. Leed Dinero, El libro de Rachel o Campos de Londres.
As my cab pulled off FDR Drive, somewhere in the early Hundreds, a low-slung Tomahawk full of black guys came sharking out of lane and sloped in fast right across our bows. We banked, and hit a deep welt or grapple-ridge in the road: to the sound of a rifle-shot the cab roof ducked down and smacked me on the core of my head. I really didn't need that, I tell you, with my head and face and back and heart hurting a lot all the time anyway, and still drunk and crazed and ghosted from the plane. - Martin Amis - Dinero
Chuck Palahniuk - Sorprendente, desagradable, crudo, rico... Quizá vosotros podáis definirlo mejor que yo. Sus novelas son conocidas por tener finales retorcidos y asombrosos, si bien lo mejor de sus escritos no es el final. Tiene un estilo muy carácterístico, últimamente copiado -¿o será un homenaje?- por otros, en el que mezcla la confidencia con el rumor de lo verosimil. Hemos visto El club de la Lucha en el cine, pero podemos leer Superviviente, Diario, una novela, Nana y, por encima de estas, Axfisia. A pesar de lo que había leído acerca de su último libro publicado en castellano, Fantasmas, éste deja mucho que desear, es como si hubiera bajado el nivel... algunos pensamos que deliberadamente, pero sin encontrar la razón por la que podría haberlo hecho. Sinceramente lo dejaría como último recurso, despues de haber recorrido el resto de su bibliografía; es un conjunto de cuentos con un hilo argumental lateral común, la mayoría de ellos bastante mediocres, pero con un par de ellos que sí sobresalen del resto, realmente buenos.
To build a fire, all you do is pile up some sticks and dry grass. You strike a spark with a flint. You work the bellows. Don't think for a second this fire-starting routine makes their little eyes sparkle. Nobody's impressed by a spark. Kids crouch in the front row, huddling over their little video games. Kids yawn right in your face. All of them giggle and pinch, rolling their eyes at me in my breeches and dirty shirt. - Chuck Palahniuk - Axfisia
Por favor, rellenad todos los huecos que me dejo, la mayoría de ellos por desconocimiento, el resto deliberadamente. Aún no he leído Lunar Park ni Porno...
Un saludo.