Desvarío Ególatra
Publicado: 27 Feb 2003 16:43
El siguiente post responde a un único y transparente propósito: el de proporcionar a mi ego hipertrófico un espacio vital en el que poder expandirse, tras quedársele pequeña Asia, Sudamérica, Canadá y el Océano Pacífico.
Si es la intención de usted, casual visitante de este foro, leerlo, le ruego, ¡no!, le exijo, que lo haga en las condiciones propias a la circunstancia, es decir, de rodillas, con los pantalones por los tobillos, y los ojos llenos de lágrimas ante la extática contemplación de la Verdad desnuda.
"Oda a mí mismo"
Me quiero, y tanto me admiro,
que si me miro al espejo
en silencio me arrodillo,
y si de mí estoy yo lejos,
anhelo, lloro y suspiro.
Es tan justa la ovación
estando yo en el proscenio,
me aplauden de corazón
¿pues acaso no soy un genio?
¡Aplaudid, que tenéis razón
al concederme honores y premios!
Es tan alta mi figura
que mi vista todo lo alcanza,
es tan intensa mi hermosura,
tan gallarda mi prestancia,
que mirarme los males cura.
¿Hombre, héroe, mito o dios,
por qué debo yo tenerme?
¿Cómo puedo contenerme
sabiendo cuán grande soy?
Por hermoso que pueda verme,
mañana me veré más que hoy.
¡Pues es éste mi destino,
destacar entre los mortales!
¿Acaso brillo como el platino,
oro, bronce...? ¡no hay metales
que mi intenso fulgor divino
en sus destellos igualen!
Pronto es mi ingreso en la curia,
¡mi momento al fin llegó!
Pues me veréis en la tertulia
de Fernando Sánchez Dragó.
¡Excelsior!

Si es la intención de usted, casual visitante de este foro, leerlo, le ruego, ¡no!, le exijo, que lo haga en las condiciones propias a la circunstancia, es decir, de rodillas, con los pantalones por los tobillos, y los ojos llenos de lágrimas ante la extática contemplación de la Verdad desnuda.














"Oda a mí mismo"
Me quiero, y tanto me admiro,
que si me miro al espejo
en silencio me arrodillo,
y si de mí estoy yo lejos,
anhelo, lloro y suspiro.
Es tan justa la ovación
estando yo en el proscenio,
me aplauden de corazón
¿pues acaso no soy un genio?
¡Aplaudid, que tenéis razón
al concederme honores y premios!
Es tan alta mi figura
que mi vista todo lo alcanza,
es tan intensa mi hermosura,
tan gallarda mi prestancia,
que mirarme los males cura.
¿Hombre, héroe, mito o dios,
por qué debo yo tenerme?
¿Cómo puedo contenerme
sabiendo cuán grande soy?
Por hermoso que pueda verme,
mañana me veré más que hoy.
¡Pues es éste mi destino,
destacar entre los mortales!
¿Acaso brillo como el platino,
oro, bronce...? ¡no hay metales
que mi intenso fulgor divino
en sus destellos igualen!
Pronto es mi ingreso en la curia,
¡mi momento al fin llegó!
Pues me veréis en la tertulia
de Fernando Sánchez Dragó.
¡Excelsior!












