La Edad Dorada del Vídeo Club

Tu vida asocial comienza y acaba aquí. Lucha por ser la especie dominante.
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Nicotin
Manuel Fraga Iribarne
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La Edad Dorada del Vídeo Club

Mensaje por Nicotin »

Este astroso e intragable opúsculo fue previamente publicado en una web sobre cine, pero, para celebrar a mi manera (es decir, plúmbeamente) la feliz inauguración de este fosforito, y como no cuesta nada "copiar y cortar" (ahh...Ana Rosa (amarosa) , cuánto no habré de aprender de tí), lo publico aquí también para deleite de Karhonte (por favor, ABSTENTE de insertar respuestas en este post) y otros amigos de la brevedad y la concisión.

La Edad Dorada del Vídeo Club 1ª Parte

Recuerdo aquellos tiempos en que un extraño artefacto entró en nuestras vidas y las cambió para siempre: el vídeo. Su implantación fue sencillamente vertiginosa. Quien no tenía un video en casa estaba condenado a quedarse fuera del 90% de las conversaciones: apasionantes discusiones al mejor estilo futbolístico sobre la conveniencia de comprar un vídeo Beta o un VHS. Los partidarios del Beta eran defensores de la calidad, fieles seguidores del axioma "lo barato sale caro", y tenían planeado amortizar su Beta en breve tiempo. Los del sector VHS (la mayoría) se complicaban menos la vida: compra semanal en Continente, y el video más barato posible. Existían algunos estraños sujetos que hablaban de un ignoto sistema 2000, pero se les solía mirar como si vinieran de Marte (¿quién sabe?).
Como suele ocurrir en estos casos, los amantes del Beta se quedaron colgados con su precioso aparato, víctimas de un poco previsor elitismo. El VHS come-películas y dobla-cintas compensó su menor calidad con un arma muy de peso en la España de entonces: era barato. Nadie, salvo tal vez Mulder y Scully, conoce el paradero final de aquellos sospechosos individuos que hablaban del vídeo 2000. Hubo una oleada de avistamientos OVNI en aquellos años...¿casualidad?

Cuando todo el mundo tenía un majestuoso reproductor de vídeo en el salón de casa (o en la habitación si eran solteros...que los guarretes son los primeros en sacarle utilidad a estas cosas), hacía falta carnaza con la que alimentar a la fiera. Ya les hemos vendido el vídeo...¡ahora alquilémosles las películas!
Proliferaron como hongos los video-clubs, en medio de una enfermiza fiebre no igualada ni siquiera por el "boom" de los "todo a 100" y los restaurantes chinos juntos. Llegaron a haber casi tantos videoclubs como bares (¡que ya es decir!), y como suele pasar, había de todo, y casi todo bien cutre.
Recuerdo que en mi barrio amaneció un buen día y, allí donde hubo una frutería o un local desocupado por la crisis económica, había surgido, como por arte de magia, un videoclub. Resultaría imposible hacer una descripción que refleje fielmente el irresistible glamour arrabalero de aquellos maravillosos antros. Alguno de ellos (pocos) fue puesto en marcha por el típico empresario escrupuloso, que se había preocupado de decorar el lugar de forma presentable, y que llevaba un eficiente sistema de registro de películas y clientes, donde cada cinta tenía un cartoncito, etc etc.

Desde luego esto, tan común hoy en día, era la excepción. Abundaban los videoclubs tamaño urinario de taberna, donde no podían pasar dos personas a la vez entre estantería y estantería, y donde uno podía alquilar cada título acompañado de su correspondiente carátula original: algo dudosamente higiénico, dado el estado de las carátulas, pero terriblemente adictivo. En mi barrio habían varios de estos.
Recuerdo con especial cariño uno, regentado por un mega-horterón de historial más que dudoso, con un cierto parecido a Ron Jeremy. Vestía invariablemente con camisas hawaianas (¿de dónde las sacaría en aquella época?), y poseía ese teatral don de gentes que confieren los largos años de práctica del tocomocho. Era un verdadero placer pedirle recomendaciones sobre cualquier película. Uno iba, cogía una cinta cualquiera al azar, se la enseñaba, y su entusiasta respuesta era siempre la misma: "Es un peliculón". Uno, en su ingenuidad infantil, pensaba que el amor del tipo por el séptimo arte alcanzaba cotas sadomasoquistas, cuando calificaba de "peliculón" engendros del calibre de "Muerte en la estación Z" o "Noche de paz, noche de muerte". Sin embargo, resulta imposible no recordarle con cariño, pese a sus innumerables mentiras, porque era un personaje digno de comedia italiana de los 80. Un buen día, la persiana de su videclub apareció bajada, y así siguió durante mucho tiempo. Hoy en día vuelve a haber una frutería en su lugar (¿progreso? ¿involución?). ¿Por qué desapareció tan repentinamente? No dio tiempo ni a devolverle las películas recién alquiladas. Tal vez huía de sus acreedores, quién sabe. Me pregunto qué habrá sido de él. ¿Se habrá puesto un consultorio de videncia? ¿estará en la cárcel? ¿fue a abrir nuevos horizontes comerciales a Rumania? Daría cualquier cosa por encontrármelo en el ascensor de algún hotel, un encuentro casual a lo "Nueve reinas". Le preguntaría "Eh, amigo, ¿ha visto la nueva película de Ginger Rogers? ¿Qué tal es?". Estoy convencido de que los atávicos resortes grabados en su cerebro le impulsarían a contestar, instintiva e inmediatamente: "¡Es un peliculón!". Los artistas como él lo llevan en la sangre hasta la tumba.

La compulsiva proliferación de videoclubs y el frenético aumento de la demanda, hicieron que surgieran todo tipo de distribuidoras de material, que editaban en vídeo cualquier cosa (literalmente) de la que pudiesen comprar los derechos. De este modo, los expositores de películas rebosaban de variadísimo material, aunque no eran la filmografía de John Ford precisamente. Habían algunos subgéneros (nunca más apropiado lo de "sub") que predominaban especialmente: el terror (toneladas de gore y asesinatos de universitarias en braguitas), las artes marciales (llegué a toparme, en un mismo club, con tres ediciones distintas del mismo film de Bruce Lee...¡a eso se le llama mercado libre!), los telefilms 100% "estrenos TV" reconvertidos (la misma gente que no quería ni ver "estrenos TV" los alquilaba como locos sólo por el placer de alquilar), las comedias estudiantiles yankees (donde se colaba siempre una inefable saga de teenager-films israelíes), las entrañables mamarrachadas del destape italiano (con "Jaimito" a la cabeza), los "spaguetti-western" (que en muchos casos, reconozcamos nuestra responsabilidad nacional, no eran sino puro "gazpacho-western"), las películas cutre-eróticas estilo "Emmanuelle", la concienzuda edición de todo el amplio espectro de la españolada (desde Joselito hasta Ozores, pasando por Martínez Soria, Marisol, Landa, Pajares y Esteso, hasta la "neoespañolada post-movida" estilo "El Pico" y "El torete", que encontró en el vídeo un dañino medio de propagación infecciosa) etc etc.

Por descontado, la industria del porno plantó su pica en Flandes, y aunque ningún film X tiene -ni de lejos- el interés antropológico de "El Ete y el Oto" (¿realmente ha evolucionado el ser humano?), no se puede negar que, desde un punto de vista estrictamente económico, constituyó la columna vertebral financiera de toda la incipiente industria del "vidrio". Es más, en muchos videoclubs, ni siquiera existía un cuartucho prudentemente cemuflado por una púdica cortina, y los films X estaban ahí expuestos, a la vista de cualquier niño. En un descuido de los papás, cualquier mocoso podía mirar la carátula de "Óscar, Kina y el Láser", y al segundo siguiente contemplar boquiabierto la innecesariamente ilustrativa portada de "Batalla de leche materna en el Crucero de las Tetas Gigantes". Hoy en día, una negligencia similar acabaría con el dueño del videoclub en la cárcel y en la sección de sucesos del programa "Gente" de TVE, pero en aquellos tiempos lo de la corrección política no estaba muy de moda. Debía ser porque los padres aún se preocupaban de acompañar a sus hijos y tratar de saber en qué ocupaban estos su tiempo.

Pero, por fortuna, no todo era pornografía y artes marciales. Entre toda la morralla que se editaba constantemente con un ritmo de producción estaliniano, uno encontraba verdaderas joyas que, por uno u otro motivo, destacaban del resto, y proporcionaban una sólida formación cultural con la que afrontar un futuro de garantías y convertirse en un ciudadano de provecho.

2ª Parte

Había que buscar, claro. Las cintas se apelotonaban desordenadamente en las estanterías, lo cual por supuesto hacía del paseo por el videoclub un placer inigualable, comparable a una reverencial visita al Museo del Prado. Había en mi barrio un videoclub que era de los tres más grandes de entonces. Hoy en día existe todavía, pero sólo porque ha sido remodelado. Ahora es como cualquier otro negocio standard. Pero por entonces era un Eldorado del videoarqueólogo: en algunos de sus rincones, se amontonaban, desde el suelo hasta el techo, dos metros y medio de toda clase de alucinógenos títulos. Uno podía rebuscar hasta el fondo, donde, entre telarañas, encontraba polvorientas películas de dudosa procedencia, olvidadas incluso por los propios dueños del videoclub.
Aquel lugar se ajustaba rígidamente al concepto "autoservicio": los clientes manoseaban las películas a su gusto y las dejaban donde les venía en gana, sin ningún criterio de orden, limpieza, estética geométrica o facilitamiento del tránsito a pie. Curiosamente, este video club sí disponía de una estancia apartada dedicada al cine X, aunque no era muy discreta: estaba separada del resto por una puertecita batiente como las de cualquier "saloon" del oeste americano. La puertecita era minúscula, y protegía tanto la intimidad del cuartito como poner una bolsa de Carrefour a modo de cortina. Para más inri, cada vez que alguien entraba o salía, la puerta emitía un sonoro chirrido, con lo que todo el mundo se giraba hacia allí para desconcierto y sonrojo del erotómano desprevenido. Ni que decir tiene que la sección X de este videoclub era la menos visitada de todo el barrio. Quizá por ello, aparecía más ordenada, mientras en el resto del videoclub reinaba el más absoluto caos. Sólo he visto en mi vida otro videoclub aún más desastroso y casposo que este: en una callejuela del centro de la ciudad, rodeado de junkies y prostitutas de sesenta años, había un diminuto videoclub (por llamarlo de alguna manera) en el que las películas estaban desparramadas en unos cajones como calcetines en las rebajas del Corte Inglés. Era un lugar oscuro y decadente, con las paredes llenas de grietas, situado en el bajo de una de estas viejas fincas repletas de ratas que hasta a los "okupas" les daría arcadas. Encontré este videoclub de casualidad (el cartel que lo anunciaba al mundo no hubiera destacado en Las Vegas precisamente) mientras caminaba por aquella callejuela, temiendo por mi pellejo y preguntándome cómo coño podía haberme perdido en aquel cochambroso lugar. En aquel cuchitril, el cliente sencillamente entraba y revolvía los cajones hasta encontrar algo que le interesase, si es que conseguía ver algo en aquella penumbra digna de una novela de Poe. Si uno hacía mucho ruido, se encontraba con la ceñuda mirada del dueño, un siniestro y silencioso Norman Bates que tenía a su lado un buen pilón de revistas porno, que al parecer constuían su gran entretenimiento en los largos intervalos de inactividad que conllevaba atender aquel negocio allí. Aquel lugar debía medir dos metros de ancho por tres de largo, con lo que había lugar para la tarima del dueño, un par de cajones, y dos clientes como mucho, mientras no fueran muy corpulentos. En los cajones se mezclaban las películas de acción y terror con chocantes carátulas de zoofilia y sadomasoquismo. Al tipo no pareció preocuparle que yo fuese menor de edad y pudiera sufrir un shock ante aquellas desagradables portadas, sino tan sólo que me mantuviese calladito y sin hacer ruido. Al final, llegué a tenerle más miedo a él que a los heroinómanos que pululaban por el exterior, así que abandoné el lugar y nunca volví. Hoy en día, que soy más mayor y experimentado y me he visto en situaciones de lo más pintoresco, no comprendo cómo pude dejar escapar aquel antro sin hacerle por lo menos unas cuantas fotos, para que alguien me crea cuando lo describo en detalle. Hoy ya no existen lugares así. Sigo preguntándome qué demonios pretendía aquel inquietante sujeto instalando una ratonera así en semejante calle. ¿Quería hacer clientela entre las viejas gordas que, sentadas en sillitas a la puerta de sus casas, mostraban al mundo sus encantos? Nunca lo sabré. Eso sí, desde entonces tuve cuidado de no volver a perderme por callejones céntricos, aunque dudo que hubiese vuelto a encontrar un videoclub más enigmático y siniestro que aquel.

Contrariamente a este lugar de pesadilla a donde nunca volví, los videoclubs de mi barrio, si bien a menudo rallaban en lo cochambroso, no estaban regentados por psicópatas ni estaban situados en lugares peligrosos. Por ello pude visitarlos a menudo. No fui realmente un usuario compulsivo, y no les presté la atención que merecían. Dejé escapar docenas de joyas videográficas que podría haber comprado por cuatro duros (por entonces si uno quería comprar una película al dueño, era algo tan simple como comprar un kilo de cebollas, se lo decía y ya está: el dueño ni siquiera tenía que dar de baja la cinta en su registro, puesto que normalmente ni sabía que aquella cinta estuviese en su videoteca). En aquel momento no supe apreciarlas, y mis visitas al videoclub eran ocasionales y despreocupadas, porque tenía muchos otros entretenimientos en que pensar. No obstante, me sirvieron para introducirme en mundos maravillosos como el del "peplum". Había un videoclub en concreto en el que un simple vistazo de cinco minutos bastaba para localizar media docena de clásicos como "Taur el Guerrero", "Coriolano, hombre sin patria" o cualquiera de la saga "Maciste" ("Maciste contra los vampiros", "Maciste contra los tártaros", etc etc).

Pero el mejor lugar para escarbar en busca de excentricidades era aquel videoclub de la puerta que chirriaba y las columnas de videos polvorientos. Allí entré en contacto con filmes que, si bien eran conocidos en el extranjero, en España eran misteriosos y pecaminosamente underground. Títulos como "Holocausto Caníbal", un "documental" gore que recogía supuestas "matanzas reales", que había tenido cierto éxito en los USA o "Mal Gusto" me sirvieron para comprobar que el mundo estaba mucho más jodido de la cabeza de lo que podría haber llegado a imaginar. En aquel videoclub encontré de todo: desde cintas con reportajes sobre Jim Jones y el suicidio ritual de Jonestown, hasta simpáticos "mixes" de accidentes automovilísticos, sin olvidar recopilaciones de Heavy Metal, films "softcore" españoles de la transición como "La Caliente Niña Julieta y las Lesbianas" o extrañas películas con doblaje mexicano que aleccionaban al espectador sobre no muy recomendables cultos evangélicos; incluso documentales sobre el III Reich de un rigor histórico poco menos que discutible (¿pero quién demonios editaba aquellas aberraciones? Es un misterio: la cuestión era atiborrar al hambriento mercado con cualquier bazofia en formato videocassette).

En aquellos videoclubs, la idea de un registro computerizado de cintas y clientes pertenecía al campo de la ciencia ficción. Uno cogía cualquier película en su carátula, se la llevaba al dependiente, éste apuntaba el título en su libreta de clientes y arreglado. Por entonces la SGAE debía parecerse menos a la Gestapo que hoy en día, pues no había videoclub -al menos en mi barrio- con menos de un 30% de películas piratas (y tirando muy por lo bajo). Carátulas fotocopiadas, y cintas en las que, si uno esperaba al final, comprobaba que la película que acababa de ver estaba grabada directamente sobre otra. Las sorpresas que podía encontrarse al final de las cintas eran de lo más variopinto: un telediario de meses atrás, una recopilación de apariciones de "La Bombi" realizada por algun fan (cosa que agradecí, no lo voy a negar), ¡incluso un fragmento de porno gay! (cosa que agradecí bastante menos, tampoco lo voy a negar) Desde luego, todo un canto al "copyright". ¿Cómo y a quién compraban aquellos videoclubs las películas? Desde luego no eran entregas por catálogo de importantes distribuidoras multinacionales. Imagino más bien que las compraban a peso, o "a tanto la caja grande de cintas". Supongo que las sacaban de la caja, y las repartían por las estanterías sin tomarse el trabajo de registrarlas y clasificarlas. Luego los clientes que estrenaban reproductor de vídeo se encargaban del resto: manoseándolas, desordenándolas, incluso cambiando las verdaderas películas por cualquier grabación absurda que "devolvían" dentro de la carátula original.

Obviamente, esta ultra-cutre forma de administrar un videoclub no podía perdurar en el tiempo. Pasada la fiebre inicial, muchos de estos locales comenzaron a cerrar. Sólo permanecían los que se habían ido sofisticando: un completo registro de películas, un ordenador, fundas para alquilar las cintas y preservar así el buen aspecto de las carátulas originales...Además, supongo que se vieron presionados a respetar el "copyright" y a adquirir las películas por vía legal: nada de comprar vídeos a granel. Todo se fue sofisticando y uniformizando.

Hoy vivimos ya en plena era "Blockbuster". Los videoclubs son prácticamente calcados unos de otros: las mismas películas, las estanterías obsesivamente ordenadas, todo pulcro, previsible y horrorosamente vacuo...ya no hay rincones polvorientos ni estanterías con doble fondo de donde rescatar cintas dejadas de la mano de Dios. No puede entrarse en ellos esperando encontrar alguna sorpresa: ¡eso es imposible! Estoy seguro de que cada uno de vosotros podría entrar a ciegas en cualquier club donde nunca haya estado, y enumerar qué titulos se alquilan, qué títulos tienen más copias, qué títulos están situados junto a qué otros títulos...deprimente. Uno se pasea durante largos ratos mirando los expositores con expresión de tedio total, tratando de encontrar alguna carátula que llame su atención, que le provoque hilaridad o morbo, por la que merezca la pena pagar los x euros del alquiler. Ha perdido la costumbre de mirar bajo las góndolas o tras los pilares, por si encuentra allí algun pequeño tesoro oculto. Las caras en las portadas son siempre las mismas: los mismos actores, los mismos estilos. Incluso las películas de serie B han perdido todo su encanto: son producciones concebidas directamente para el vídeo, y pensadas para un público treceañero con más volumen de acné que de cerebro: ya no hay delirantes carátulas repletas de psicotrópicas sinopsis. Los videoclubs se han deshecho de todas sus viejas cintas (¿por qué? ¿a dónde han ido a parar? ¿las han reciclado para fabricar alfombrillas de automóvil?), lo cual equivale casi a un segundo incendio de Alejandría: ¡cuánto maravilloso material se habrá perdido por la indiferencia y desidia de los gerentes de videoclub, más preocupados por llenar sus estanterías de "Stallones" y "Kim Basingers"!.

Sólo queda la esperanza de que en los almacenes de alguna remota emisora local, o en la videoteca de algún freak antisocial, haya una buena colección "vintage" de aquellas primerizas y cochambrosas ediciones videográficas. Si hay alguien por ahí que en su momento fue lo bastante inteligente y previsor, y adquirió algunas de aquellas estrambóticas cintas, de esas que ya nunca estarán en la estantería de algún videoclub, que no se lo calle.
Última edición por Nicotin el 22 Jul 2003 00:12, editado 1 vez en total.

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Dolordebarriga
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Me estás pidiendo algo???

Mensaje por Dolordebarriga »

quote]Pero el mejor lugar para escarbar en busca de excentricidades era aquel videoclub de la puerta que chirriaba y las columnas de videos polvorientos. Allí entré en contacto con filmes que, si bien eran conocidos en el extranjero, en España eran misteriosos y pecaminosamente underground. Títulos como "Holocausto Caníbal", un "documental" gore que recogía supuestas "matanzas reales", que había tenido cierto éxito en los USA (yo por entonces no lo sabía) o "Mal Gusto" me sirvieron para comprobar que el mundo estaba mucho más jodido de la cabeza de lo que podría haber llegado a imaginar. En aquel videoclub encontré de todo: desde cintas con reportajes sobre Jim Jones y el suicidio ritual de Jonestown, hasta simpáticos "mixes" de accidentes automovilísticos, sin olvidar recopilaciones de Heavy Metal, films "softcore" españoles de la transición como "La Caliente Niña Julieta y las Lesbianas" o extrañas películas con doblaje mexicano que aleccionaban al espectador sobre no muy recomendables cultos evangélicos; incluso documentales sobre el III Reich de un rigor histórico poco menos que discutible (¿pero quién demonios editaba aquellas aberraciones? Es un misterio: la cuestión era atiborrar al hambriento mercado con cualquier bazofia en formato videocassette).
[/quote]

Sólo queda la esperanza de que en los almacenes de alguna remota emisora local, o en la videoteca de algún freak antisocial, haya una buena colección "vintage" de aquellas primerizas y cochambrosas ediciones videográficas. Si hay alguien por ahí que en su momento fue lo bastante inteligente y previsor, y adquirió algunas de aquellas estrambóticas cintas, de esas que ya nunca estarán en la estantería de algún videoclub, que no se lo calle.



Cual quieres cariño????, menos "bad taste" del anillero Jakson tengo el resto. Aunque espero que tu devuelcas las pelis que te dejan y no hagas como Piere, que me obliga a recuperarlas por la fuerza.

Tu, megafreaki antisocial;

Dolordebarriga

Piere Nodoyuna
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Mensaje por Piere Nodoyuna »

Por partes,

La polémica entre el video VHS y el Beta siento rectificarte y aunque tu teoría de la elección del pueblo es más romántica no es del todo correcta. La SONY multinacional por todos conocida fue la inventora del sistema BETA, mejor en todos los sentidos a cualquier otro desarrollado por otra compañia. El resto de compañias establecueron contactos con ellos esperando que por una no menospreciable cantidad SONY compartiera su sistema y pudieran todos atacar el mercado. SONY se equivocó al pensar que había mucho más negocio al mantener su monopolio en el sistema y negar el Beta al resto de compañias ya que Panasonic disponía de un sistema peor y más rudimentario(VHS) que regaló al resto de compañias ya que saturando el mercado de videos VHS disminuían el precio de estos y su penetración en el mercado incrementaba las posibilidades de éxito respecto al sistema BETA. Ni que decir tiene que los más tontos fueron los genios de phillips que inventaron un sistema con multiples ventajas y un sólo inconveniente necesitabas una ampliación del salón para colocar tu video 2000.

Como todo en la vida el tiempo pone a cada uno en su lugar y ahora los coleccionistas matan por un video sistema 2000.

Desde aquí encomiendo a todos los usuarios del forito a que recapaciten sobre la alineación que someten a nuestras mentes en esta sociedad cada vez más yankee. El Block buster produce arcadas, sólo hay películas recientes, no busques nada con más de dos años a no ser que sea considerada por la cadena un clásico entre los que están Cocktail, oficial y caballero o Top Gun . Además tienen como 20 copias del mismo título gritando a tu cara capullín comercializamos tu individualidad. Hemos pasado de descubrir Bad Taste en videos casposos a estar ante una estanteria de 3x2 repleta de copias de ESDLA(gracias señor Jackson....).

No es que sea preocupante su existencia no, es preocupante su mono existencia. Gracias a dios en algunos rincones de algunas ciudades perduran videos donde se amontonan películas, algunos individuos te ayudan a encontrar la que deseas, incluso pueden hacer una recomendación, existen libros donde buscar el título deseado sin someterte a una sensación de mareo angustia y excitación mientras paseas entre tanta carátula sólo recomendable cuando dispones de más de media hora. Incluso han ganado la partida al DVD ya que estos si existen se encuentran detrás de la versión en video.

Por eso no estaría mal que todos compartiesemos nuestros conocimientos de esos lugares, ya que como muy bein sabemos hay algunos que destacan en un género determinado.

Mi contribución:

Video Instan-Enrique Granados entre Valencia y Mallorca- Barcelona


Por cierto DdB cariñín se te nolta falto de cariño desde que viste la realidad de lna y barbie te tiene a dieta. Las películas necesitan su tiempo para que conozcan la casa y se hagan al entorno o no sabe usted como debe cuidarse un incunable del freakismo!!!!

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Dolordebarriga
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Maldito Piere:

Mensaje por Dolordebarriga »

Que retuvieras durante seis meses "Ilsa la loba de las SS" y "Mary Cock and the killer Tarantula" de super Jesús Franco en tu casa no tiene nombre.

Y que tuviera que aprovechar la estratagema de ayudarte a subir unas bolsas a tu casa, para recuperar lo que es mio, da fe de cuan rastrero puedes llegar a ser.

Si quieres ser freaky gastate el dinero, gorrón de mierda!!!

Tu, buscador de joyas entre la basura:

Dolordebarriga.

PD: Y por cierto, mi colección de porno de los 70 y pelis españolas clasificadas "S" , no la tendrás en tu vida.

PD2: Video Instan !!!!!! ahí cogí mis primeras pelis porno que veía en casa del padre de un amigo que tenía video (un BETA). Eran alemanas y se titulaban "Reported Colegialas". Que gran templo de la cultura el video Instan.

PD3:


Código: Seleccionar todo

se te nolta falto de cariño
Si que es cierto, si; desde que tu no me mimas me he convertido en un ser huraño y tosco. Para cuando nos volvemos a reunir todos y cerramos un burdel, como en los viejos tiempos???? Ya sabes que yo, sin pagar; maldita joroba y maldita tartamudez, no consigo acercarme a menos de un kilometro de una mujer, cajeras de supermercado incluidas.

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mayhem
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Re: Me estás pidiendo algo???

Mensaje por mayhem »

Pues también en Barna, Piere, encontré un antro que correspondía a esta descripción:

Dolordebarriga escribió:aquel videoclub de la puerta que chirriaba y las columnas de videos polvorientos. Allí entré en contacto con filmes que, si bien eran conocidos en el extranjero, en España eran misteriosos y pecaminosamente underground. Títulos como "Holocausto Caníbal", un "documental" gore que recogía supuestas "matanzas reales", que había tenido cierto éxito en los USA (yo por entonces no lo sabía) o "Mal Gusto"


Lamentablemente, soy un pueblerino de mierda made in Tarragona y no tengo puta idea de dónde estaba. QUIZÁ cerca de Gigamesh, Norma Comics, Alien y todo aquello. Pero sólo quizá.
Afortunadamente, un colega pixapí iba con nosotros y él sí lo sabrá. Si quieres se lo pregunto.

Me siento extrañamente meloso.

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Dolordebarriga
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Mi querido Mayhem:

Mensaje por Dolordebarriga »

Seguramente hablas de "Freaks", pero no es un videoclub de alquiler de títulos. Aquí solo puedes comprar.

Es una de las mejores tiendas de películas, fancines , comis y libros de ilustraciónes de BCN.


Tu, Freak de freaks;

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Piere Nodoyuna
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Dolorcín

Mensaje por Piere Nodoyuna »

Amiguete dolorcín,

que tus películas estuvieran tanto conmigo fue debido al mutuo aprecio y reconocimiento que nos regalabamos, eso curtió una relación duradera que tu truncastes con crueldad y sin miramientos.

Cuando quieras te descubro el indescriptible mundo de las lumen pero no te veo arrestos para cerrar ninguno.....ahora si traes la cámara de video y esa colección de vibradores y látigos de siete puntas yo prometo traer mi lenceria femenina y las máscaras de latex.

Podríamos hacer una colecta entre los melosos timándoles con packs de dvd o iconos para el móvil.....


Se siguen buscando rincones de esperanza para el 7ºarte en pueblos y ciudades de espanya.

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Dolordebarriga
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Mi bajofondero Piere:

Mensaje por Dolordebarriga »

Cuando quieras te descubro el indescriptible mundo de las lumen pero no te veo arrestos para cerrar ninguno


Ni arrestos ni dinero, pero si solo miro tal vez me dejen entrar con un descuento.

Por cierto, se puede pagar con el bonobus???, Es más, pregunto: tres viajes urbanos son intercambiables por un viaje pélvico???

Si es así, me apunto al rodeo. Tu suelta la res que yo le echo el lazo!!!




ahora si traes la cámara de video y esa colección de vibradores y látigos de siete puntas


Mira tu por donde eso no va a poder ser posible. El otro día ,mismamente, me llamo Exuperancia y me volvió a pedir el set completo. Parece que PedroJota calvorota vuelve a pedir guerra ( debe estar calentándose para la de Irak).

Podríamos hacer una colecta entre los melosos timándoles con packs de dvd o iconos para el móvil.....


O nuevos emoticones para el forito. Seguro que se ponen malísimos y los pagan a precio de oro.

Se siguen buscando rincones de esperanza para el 7ºarte en pueblos y ciudades de espanya.


Que una vez, y de chiripa te tiraras a la cajera del videoclub de nuestro pueblo, no significa que todas las dependientas de videoclub del pais estén locas por follar contigo. Además Adelita, no murió de placer por el polvo cochino que te pegastes con ella. Tenía un cancer terminal e iba tan cargada de morfina que no se dio ni cuenta de que te la estabas tirando en la trastienda. Tecnicamente, ahora que ya ha prescrito el hecho, podría perfectamente haberse calificado de violación.
Pero bueno si tu de esa experiencia quieres abstraer una teoría sobre tu capacidad de seducción en las casas de alquiler de cintas de visionado, no voy a ser yo quien te la eche por el suelo.


Tu, yo digo más verdades que la máquina de Julian Lago;

Dolordebarriga

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NORNA
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Mensaje por NORNA »

Muere George Atkinson

Atkinson fue el inventor del videoclub. Nada más y nada menos. Un buen día de 1977 levantó el cerrojo de su tienda de alquiler de películas, allá en Los Ángeles, y dio la oportunidad a todos los humanos que poseían un televisor y un magnetoscopio de pasar de los programas de la tele y ver películas completas y sin anuncios. No es éste un asunto baladí: Atkinson nos dio la oportunidad de elegir.

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put hero
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Videodrome

Mensaje por put hero »

SUGERENCIAS
1-Por respeto a los demás rebobine las películas una vez las haya visionado.

2-Para una mejor visión de las películas le aconsejamos limpiar los cabezales del video cada 5 ó 6 meses.

3-No deje mucho tiempo las películas en lugares donde directa o indirectamente les pueda dar el sol,por ejemplo:El Coche.

RECUERDE

1-Las Novedades,el alquiler es por 24 horas.

2-Las "NO"Novedades,el alquiler es por 48 horas.

3-Las demoras,por cada día y por película es de 1.20€

4-Nuestro horario:De 10.00 de la mañana a 10.00 de la noche,de Lunes a viernes,y de 10.00 de la mañana a 10.30 de la noche los Sábados sin interrupción.También 24h.en maquinas expendedoras.


PD.
Cut & Paste.

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