Xenoblade Chronicles 2: LA PUTA DRONGA.
Pyra y Mythra en cualquier escena del videojuego.
Todavía no lo he acabado, y llevo unas 150 horas y mucha tela (secundaria, pero no por ello accesoria) que cortar aún. Voy por el nivel 70 y me consta que para carmarme a los enemigos más difíciles, me falta mucho por subir y farmear. Voy por el capítulo 9 (de 10) y ahora es cuando puedo intentar ir cerrando todo lo que tengo abierto antes de concluir la historia:
-Conseguir todos los Blades que me quedan por conseguir (en una mecánica de gachapón en la que hay que invertir bastantes cristales que se consiguen a base de derrotar a determinados enemigos o haciendo secundarias o abriendo cofres).
-Completar los afinigramas (sus árboles de habilidades) que considere más fáctibles y de los Blades que más me guste llevar.
-Completar la ingente cantidad de secundarias.
-Subir el desarrollo de todas las regiones a nivel 5 (en el Xenoblade tenías la Colonia 9, pero aquí tienes creo que son 6 regiones diferentes que evolucionar: es una locura). Una vez que ya tienes la primera de ellas a nivel 5, hay un truqui que agiliza considerablemente la del resto, que lo sepáis.
-Cazar a todos los monstruos únicos que sea capaz.
-Abrir todos los mapas al máximo. Porque esa es otra: en este juego lo de la vastedad de determinadas zonas es una auténtica locura. A mis buenas 150 horas, aún me sigo encontrando no pocas zonas secretas que no es que no las hubiese encontrado antes por no poder acceder debido a mi bajo nivel, sino porque no me había dado cuenta de que subiendo por ese tronco, accedía a otro nivel del escenario, o que realizando una acción conjunta de habilidad, se habría un sendero nuevo, o... es una locura.
En fin. Que si además de la historia principal le sumas todo lo secundario, te encuentras un JRPG absolutamente obligatorio y super satisfactorio para los fans del género.
La historia: es interesante pese a lo larga que es. Quizá los primeros compases sean algo más lentos por culpa de un par de mapeados excesivamente gigantescos (Gormott y la puta Uraya), que invitan relativamente a la exploración y al farmeo. Pero pronto los sucesos se aceleran y al final ni te das cuenta de que has entregado tu culo a la gente de Monolith y que van a hacer lo que quieran con él y con tus futuras horas de asueto. Se lo ganan a pulso.
Respecto a la trama general: tras haber jugado ya a unos cuantos juegos del estilo, no brilla por su originalidad (es una mezcla entre el Final Fantasy X y el primer Xenoblade más o menos), pero es sobre todo el mundo que presenta, sus conflictos y el lore de los Blades y los Pilotos que los usan y con los que se vinculan (una mecánica muy potente y que da mucho juego en lo argumental/emocional), lo que le hace sumar más puntos.
A nivel de mecánicas jugables:
Es un jrpg sin combates aleatorios, básicamente.
Se trata de ir viajando por el mundo, ir desvelando la trama del juego, ir reclutando compañeros pilotos y diferentes Blades que manejar e ir haciendo las cositas secundarias que hay. Ni más ni menos. No inventa nada.
Derrotar enemigos te reporta experiencia y puntos de habilidad que invertir en tu árbol de habilidades.
Tus personajes principales pueden adquirir Blades, que son unos seres que combaten contigo y te aportan diferentes ataques y estilos de combate. Hay de tres clases: Sanador, defensor y de ataque. Es evidente para qué sirve cada uno.
Una de las estrategias principales consiste en qué tipo de Blades te equipas. Si tres del mismo estilo para ser un especialista, o mezclado.
En circunstancias normales estarás en posesión de 3 personajes principales (Pilotos) que pueden llevar a 3 Blades cada uno (de uno en uno, los vas turnando). Por lo que seréis 6 luchadores (3 Pilotos y sus 3 Blades titulares) contra los mostros que haya. Y cada uno conviene que haga su trabajo.
Al igual que en Xenoblade Chronicles 1, el compate es lo que menos me ha gustado. El hecho de tener que ir esperando a que cada cual haga sus ataques automáticos (tú no tienes que hacer nada, ni siquiera mover al moñeco, porque mientras lo muevas, no ataca) para ir recargando sus ataques especiales. Una vez los tengas listos, estos van subiendo otra tercera barra de nivel. Tus compañeros hacen lo mismo, y llega un punto en el que el mojo de la cuestión es combinar entre distintos ataques tuyos y de tus aliados, para formar golpes especiales (combos) que puedan dañar de diferentes formas a los enemigos (atacando puntos débiles elementales, o consiguiento tirarlo al suelo, lanzarlo por los aires, apalizarlo cuando esté grogui...).
Esto es lo básico, y luego la cosa se complica.
Lo que no me mola demasiado es que todos los combates al final se me hacen bastante iguales. Cuando ya tienes a tus Blades bastante tochos, y ya tienes una estrategia clara en base a tu estilo (yo por ejemplo soy muy básico y uso especialistas puros: Rex como atacante total, Nia como sanadora y Morag como tanque, todos con 3 Blades de esas características), la cosa es bastante sota, caballo y rey: Inflas a hostias al mostro hasta que le puedes hacer especiales, subes la barra de afinidad al máximo, y por último le sueltas un mega ataque. Y así repetir hasta que caiga.
Meh.
Otro punto que al principio me pareció muy negativo fue lo absurdamente horrendo de los mapas. No del mapeado, que como digo es inmenso y muy disfrutón, sino de los diferentes minimapas que tienes en el menú y por los que puedes desplazarte automáticamente a zonas ya descubiertas. En determinadas regiones están hechos con el puto orto. No sirven de nada, te lían porque no distinguen niveles de altura, y en definitiva tampoco ayudan a poder descubrir zonas secretas o simplemente lugares por los que no has pasado. Recuerdo que ese era uno de los puntos fuertes del primer Xenoblade: tú veías el mapa que ya habías abierto y explorado, pero también las zonas borrosas que indicaban lo que aún no habías pisado. Y eso te servía para ir de forma más directa a investigar.
Aquí tienes que hacer una inspección bastante exhaustiva de cada lugar, en busca de un pequeño camino que te haya pasado desapercibido y que te haga llegar al lugar que hace avanzar la puta historia principal. En definitiva, es muy poco intuitivo. Eso mola en niveles altos, porque te obliga a explorar, pero a niveles pequeños te las ves y te las deseas explorando la zona para encontrar el camino correcto, rezando porque ese gorila hijoputa que ves a lo lejos de nivel 87 no se fije en ti y vaya a hostiarte. Esa circunstancia (el tener que recorrer corriendo como un cobarde por zonas con mostros de niveles absurdamente más altos que el tuyo simplemente para continuar la historia principal) se da varias veces, y es un poco frustrante. Parece que estés más en un survival que en un jrpg.
De momento dejo de escribir, porque el post me va a quedar kilométrico, pero ya volveré, porque este juego tiene mil cosas que contar: personajes, sentido del humor monguer, machistadas sonrojantes por doquier que harían explotar la putacabesa a Barbijaputa con tan solo tocar la carátula...
Es una puta delicia y un juego que compensa de sobra la compra de una Switch, como ya ocurría con el primer Xenoblade respecto a la Wii.
ALL HAIL MONOLYTH SOFT. Los hijosdeputah no solo lo han vuelto a hacer, sino que lo han hecho mejor en todos los aspectos.