Mensaje
por golondrino » 20 May 2018 17:24
Aquí hubo una época en la que tuvimos superhabit de albañiles que con el pelotazo de la construcción se vieron con mucho dinero en los bolsillos. Cuando se compraron el chalet, la casa de la playa, la harley, el Tuareg y el Q7 (ahora todos embargados), muchos decidieron de empezar a gastarse los cuartos en comer caro.
Cuando digo caro no me refiero a "voy a un restaurante bueno", me refiero a "Ponte la botella de vino más cara que tengas y no me cuentes milongas de maridajes que yo he venido aquí a que me vean gastando dinero". Y claro, el sumiller sacaba una botella que estaba fuera de carta y le cobraban 1000€ por un "Señorío del Bancal", algunos de estos consiguieron aprender a utilizar las redes sociales, como el que dije de los chupitos.
A veces (muchas), el cliente no sólo no lleva la razón... es que quiere tenerla sin base alguna y sin saber dónde se mete. Si yo preparo un menú degustación con armonía de vinos o cerveza, me joderia bastante que un energúmeno se empeñe en cargársela con Ruavieja; otra cosa distinta es que exista alguna alergia o intolerancia alimentaria.
"Yo no quería hacer la comunión porque yo me compraba la revista muy interesante desde los 7 años".
Jal el Ñoras - Valenciano, el que tira del carro de la compra con la cabeza gacha y pensador.