Star Trek en la oscuridad.Lo mejor con diferencia de esta película es el título. Hace justicia a lo que están perpetrando con la saga Abrams & Lindelof.
Recordemos que en la anterior entrega el primero ya mencionó que a él Star Trek le aburría y que iba a rodar su versión de La Guerra de las Galaxias con los personajes de la franquicia televisiva. Y esto es una declaración política[1], no hay nada de inocente en ella. Rechaza la línea progresista del creador con los típicos argumentos neocon (anticuada, aburrida) y ofrece espectáculo de acción "apolítico" en donde se glorifican las veleidades militares del Gobierno.
Para esta entrega se ha juntado con su habitual compañero de fechorías, que viene de lucirse con el guión de Prometheus, y entre ambos han pergeñado la teoría de que partiendo de la destrucción del planeta Alderaán[2], perdón de Vulcano, se ha creado una línea de tiempo alternativa al resto de la saga. O sea, que van a coger argumentos de sus antecesoras y retorcerlos como les plazca.
La originalidad ni está ni se la espera, algo típico del ombliguismo de los medios audiovisuales. ¿Para qué van a arriesgarse con nuevos planteamientos pudiendo adaptar éxitos anteriores? Reescribamos la cultura a la mayor gloria del libre mercado.
Como todo lo que hacen la marca Abrams & Lindelof el guión tiene más agujeros que una bolsa de mallas[3]. De no ser inconsistente no sería un auténtico producto Abrams & Lindelof; rechace imitaciones.
La cosa va de que en el pasado chutaron a Leo Messi con hormonas de crecimiento y eso le hizo invencible. El equipo de Messi ganaba las guerras por goleada y sin aparente esfuerzo, así que la gente se aburría sin un mísero racionamiento o un mal daño colateral #guerrademierda. La FIFA tomo cartas en el asunto y para potenciar la igualdad y que la humanidad sufriera mancomunadamente en las guerras decidió suspender al Amigos de Messi F.C. durante trescientos años.


Parecidos razonables.
Mas hete aquí que llega al Almirantazgo Florentino Pérez y quiere lo mejor para su flota, saca a Messi del retiro y le pone a construir un arma superpoderosa que, la verdad, no pasa de ser el Enterprise chutado con hormonas de crecimiento, más grande, más rápido y más potente. Y claro una vez que Lord Floren tiene lo mejorcito del mercado, ¿qué menos que ganar la undécima?
Un modo accesible y sencillito de empezar una guerra es atentar contra los archivos de la flota para destruir todos los expedientes relacionados con el arma supersecreta y atribuírselo a los klingon o a algún traidor que trabaje para éllos, ¿a que sí? Bueno pues a Abrams & Lindelof no les place y en su lugar sueltan no se qué farfolla sobre la bengansa de Messi.
Porque si no hay bengansa, no hay pinícula[4]. Así se las gastan los chicos del cine y la tele.

Lógicamente los chavalines del Enterprise a su vez van a vengarse (¡bengansa!) de Messi. Como en la anterior entrega los klingon sólo están para hacer prácticas del tiro al blanco, son como los orcos de Peter Jackson que agitas un pai-pai y matas a docena y media. No sé por qué les tienen tanto miedo la verdad
Suceden más venganzas, venganza por aquí, venganza por allá, ahora me vengo, ahora me voy. Como es preceptivo en toda película de acción, los protas están a punto de sucumbir pero como de costumbre se salvan, que si no podemos rodar la siguiente de la saga. Y hay un protagonista que parece que se muere pero, no os lo vais a creer, resucita; como el Batman de Nolan triple campeón mundial de resurrecciones. Tanta originalidad me abruma.
Incluso Cumberbatch-Messi está pasado de vueltas, permanentemente irritado, y confundiendo ser inteligente con las patochadas de las teorías de los juegos que salen hasta en la saga de Thor ¿de verdad quieres que yo tu rival me una a ti para combatir a nuestro común enemigo? por-fa-vor, lo nunca visto.
Y hablando de lo nunca visto hasta Shock quiere bengansa y por supuesto la consigue a base de comportarse como un mamporrero, lo de la llave vulcaniana es de la otra realidad alternativa.
Ninguno de los dos, eso sí, está tan espitoso como el doctor MacCoy, Scottie y Chejov a los que deberían meter en vena un litro de morfina a ver si se calman.
Ante semejante despropósito solo se puede decir ¡qué malo es el cine español!
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(1) De la importancia del continente sobre el contenido da fe "Los lobos de Wall Street" que los jóvenes han saludado con alborozo como un peliculón, un pasote, como mola el Di Caprio... Oíd, pero os daréis cuenta de que al final le arrestan por especulador. (Mira el triste este, ni que fuéramos bobos) si, si, ya, bueno... ¿y viste lo del yate? ¿y la fiesta de la piscina? joder, compai, eso es vivir.
La típica producción Scorcese que presenta a los delincuentes como modelo social de triunfador. Los viejitos alabamos al director que fustiga -preciso es decir que con cinta de seda- las posaderas de la sociedad de consumo. Los jóvenes sólo ven el lujo desenfrenado, la fantasía narcisista del poder absoluto: hago lo que place y me llevo por delante a todo el que me moleste.
Ayn Rand se mojaría toda con los postulados de directores como Coppola y Scorcese. Son más veraces y realistas las películas de gánsters del cine negro que las milongas sobre la mafia que nos ofrecen este par de embaucadores.
(2) La Guerra de las Galaxias es la responsable de la auge de las película-pastiche hechas de retales de cintas anteriores que asola nuestras pantallas. En origen no fue más que una peli de aventuras de serie B rodada con gran presupuesto, esa fue la diferencia, el dineral desorbitado, que le permitió pasar una historia ramplona y mil veces vista como un gran espectáculo.
En nuestros días no hay director que no plagie diálogos, situaciones y en ocasiones escenas enteras de otras películas. Al punto que lo único que distingue una producción del canal Syfy de un blockbuster es el cutrerío en los efectos especiales de la primera. Os damos bazofia, sí, pero os la damos por toneladas.
(3) Andrei Tarkovsky postulaba que el cine debía hacer honor a su nombre y liberarse del yugo de las artes escénicas para pasar a ser imagen en movimiento. Que importaba menos el guión que la belleza de las imágenes. Podríamos decir que el cine contemporáneo hace suyo el postulado del director ruso al ofrecernos impresionantes escenas en medio de una historia ramplona (eso cuando hay una historia).
¿Por qué preocuparnos por la bolsa de mallas cuando lo que queremos son las naranjas que contiene? Pues porque no dan el peso que marca la etiqueta y pese a su lustroso aspecto en su interior están secas.
(4) Típico. Sustituir cualquier argumento racional por la emotividad. Y supeditar la moral o la ética al triunfo sobre el enemigo. Y dar la brasa con la teoría de los juegos como si fuera el súmmum de la inteligencia, cuando no es más que un ejercicio sesgado, viciado de raíz desde el momento en que postula que los humanos somos competitivos y descarta que seamos cooperativos (salvo cuando les conviene) o simplemente carezcamos de ambición social.