La Cosa Nostra

La editorial asocial, desde la mas inmunda basura hasta pequeñas joyas... (En obras)
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Nicotin
Manuel Fraga Iribarne
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La Cosa Nostra

Mensaje por Nicotin »

Ola Hamigos, me he estado entreteniendo escribiendo mongoladas sobre el bonito y peliculero mundo de los mafiosos americanos, tengo más capítulos escritos, pero me falta encontrar ciertas fotos potitas (hay que joderse lo que cuesta encontrar determinadas imágenes que he visto en libros y similares, y que en Internet no hay forma de que aparezcan), para ilustrar todo un mundo de buenos sentimientos, honradez, sinceridad, hamor por el prójimo y mucho, mucho estilo.
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Las 28 Familias.

La Cosa Nostra norteamericana está, como todo el mundo sabe, dividida en “Familias” distribuidas según su ubicación geográfica. Las más importantes y las que han marcado el rumbo de la Cosa Nostra son las “cinco grandes” Familias de Nueva York, establecidas oficialmente en 1931 (aunque con raíces y fundaciones bastante anteriores en algunos casos) que reciben su nombre de alguno de los Padrinos que han tenido en el pasado, pese a que en momento de su creación en 1931 tenían otro nombre:

-Familia Gambino (originalmente Familia Mangano): nombrada así en referencia al todopoderoso Carlo Gambino, tercer y último Capo de Tutti li Capi, quien la gobernó entre 1957 y 1976. Las raíces de su línea dinástica se remontan sin embargo a finales del siglo XIX: el primer Padrino oficial de la Familia Gambino fue Vincent Mangano, ex-líder de la organización mafiosa llamada “la Mano Negra” y sucesor del llamado “primer gran Padrino” de los Estados Unidos, Giuseppe Balsamo, quien gobernó la mano negra hasta su retirada en 1923. La Familia Gambino es una de las más célebres de la Cosa Nostra, y algunos de sus Padrinos han sido personajes tan legendarios como Albert Anastasia (antiguo líder del comando de ejecutores de la mafia, llamado “Murder Inc.”) o el famoso John Gotti, quien murió en la cárcel en el año 2002 y que fue el último gran Don mediático. Su actual Padrino es Jackie D’Amico.

Jackie D’Amico.
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-Familia Genovese (originalmente Familia Luciano): llamada así en referencia a Vito Genovese, quien fue su Padrino durante dos años en los 50, antes de ser encarcelado. El más importante Padrino de su historia fue Charlie “Lucky” Luciano, segundo Capo de Tutti li Capi y considerado el creador de la moderna Cosa Nostra durante su reinado en los años 30, ya que revolucionó la estructura y costumbres de la mafia norteamericana. Luciano fue Padrino entre 1931 y 1936, cuando fue encarcelado, aunque durante su condena de diez años siguió ejerciendo un considerable poder de decisión en la Familia, y está considerado como probablemente el miembro de la Cosa Nostra más importante de la historia. Otros Padrinos célebres de la Familia Genovese han sido Frank Costello (quien como Vito Genovese perteneció al entorno de Luciano desde su niñez), Tony “el Gordo”•Salerno (parodiado en los Simpsons) o Vincent Gigante, cuyo anciano hermano es actualmente Jefe de la Familia de forma oficial, aunque quien actúa como Padrino es Daniel Leo, una situación similar a la retratada en la serie “The Sopranos” (donde Tony Soprano asume el poder mientras un anciano Junior Soprano es el jefe sólo de forma “oficial”).

Daniel Leo
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-Familia Lucchese (originalmente Familia Gagliano): llamada así por Tommy Lucchese, Padrino entre 1953 y 1967. Excepto el propio Lucchesse, no ha tenido Padrinos tan célebres o mediáticos como los Gambino, Genovese o los Bonanno. Su actual Padrino es Victor Amusso.

Victor Amuso.
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-Familia Colombo (originalmente Familia Profaci): llamada así por Joe Colombo, Padrino entre 1963 y 1971. Su más célebre Padrino fue Joe Profaci, quien la gobernó durante más de treinta años (algo verdaderamente inédito) y que fue uno de los Jefes más ricos de la historia de la Cosa Nostra, conocido por el enorme lujo que rodeaba su existencia. Oficialmente y desde los años 80 su Padrino es Carmine Persico, apodado “la serpiente”, quien está en prisión de por vida y que es famoso por haber sobrevivido tras haber sido disparado veinte veces. No obstante, quien ejerce la verdadera jefatura en la calle es Thomas Gioeli, quien sucedió al hijo de Persico (Alphonse Persico) también encarcelado.

Carmine Persico
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-Familia Bonanno (originalmente Familia Maranzano), llamada así por Joe Bonanno, Padrino entre 1931 y 1964. Otros Padrinos importantes fueron Salvatore Maranzano (autoproclamado primero de los tres únicos Capo di tutti li Capi que ha tenido la Cosa Nostra y quien creó las Cinco Familias) o Carmine Galante. Su actual Padrino es Vincent Basciano, un personaje no tan famoso como otros recientes Padrinos (léase John Gotti) pero que es también digno de aparecer en una película: por ejemplo, se sabe que pese a su posición como Jefe, no le importa mancharse las manos de sangre personalmente, como si fuese un Tony Soprano salido de la pantalla.

”Vinny” Basciano
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Las Cinco Familias son las que más frecuentemente han aparecido reflejadas en el cine y la literatura (por ejemplo, en la saga “El Padrino” de mario Puzzo y F. F. Coppola), con permiso por supuesto del legendario Al Capone y su organización de Chicago. Últimamente también ha cobrado relevancia mediática la Familia de New Jersey gracias a “The Sopranos”, donde la ficticia Familia DiMeo es liderada por Tony Soprano.
Multitud de personajes de las Cinco Familias han aparecido citados, reflejados, imitados o parodiados en la literatura y sobre todo el cine. En las dos primeras partes de “El padrino”, así como el libro en que se basaron, prácticamente cada personaje y situación tienen un referente real en la historia de la Cosa Nostra. En el personaje de Vito Corleone, por ejemplo, pueden reconocerse elementos de, al menos (y a primera vista) mafiosos reales como Giuseppe Balsamo, “Lucky” Luciano, Sam Giancana, Frank Scalise, por citar sólo a algunos, y también el contraste de personalidades de sus tres hijos, los tres hermanos Corleone, guardan un curioso paralelismo con la de los tres hermanos Capone. Asimismo, acontecimientos como la cumbre de Padrinos que es interrumpida por el FBI o la reunión en La Habana tienen referentes reales, por no hablar de las alusiones a Sinatra que tanto enfurecieron al cantante. Incluso personajes como Hyman Roth tienen un referente auténtico: el gangster judío-polaco Meyer Lansky, mano derecha de “Lucky” Luciano durante toda su vida y uno de los más importantes –e inteligentes- personajes en la historia del crimen organizado, algunas de cuyas frases (“Somos más grandes que U.S. Steel”) fueron realmente pronunciadas por él en sus conversaciones con Luciano. De hecho, cuando Meyer Lansky vio “El Padrino” le divirtió la interpretación de Lee Strasberg, y así se lo hizo saber al actor en un encuentro, aunque le dijo “podrías haberme retratado más simpático”.

Meyer Lansky, el cerebro financiero de la Cosa Nostra,
retratado en “El Padrino” como Hyman Roth.

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La Comisión.

Creada en los años 30 por “Lucky” Luciano, es el órgano más importante de la Cosa Nostra. Su función es la de evitar conflictos entre Familias y llegar a acuerdos para las cuestiones más importantes. Las grandes decisiones o actos disciplinarios deben ser aprobadas por la Comisión, así como el nombramiento de los nuevos Padrinos. la Comisión tiene un fondo monetario común usado para contingencia o inversiones comunes.

Forman la Comisión los Padrinos más de las Familias más poderosas, y algunos personajes de confianza cuya opinión sea valorada por dichos Padrinos, incluso aunque oficialmente no pertenezcan a ninguna Familia (es un caso raro, pero se ha dado).

La célebre e infame foto de Frank Sinatra con sus “amici”, entre ellos el temible “Capo di tutti li Capi” Carlo Gambino
(tercero por la derecha, el afable abuelito de camisa azul) o elementos de la talla de Paul Castellano o Jimmy Fratiano.

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Junto a la Comisión, ha existido ocasionalmente el cargo de Capo di tutti li Capi, esto es, "Jefe de todos los jefes", cuya voz se escuchaba de manera especial y que tenía un voto decisivo en las cuestiones tratadas por la Comisión. No era un cargo de autoridad absoluta (cada Padrino gobierna su propia familia incluso existiendo un Capo di tutti li Capi), pero sí era el reconocimiento de que su portador era el más poderoso e influeyente de todos los Padrinos de la nación. Sólo tres hombres han ostentado ese título: Salvatore Maranzano (quien creó el cargo y se autocoronó como tal, aunque su reinado fue breve), "Lucky" Luciano y Carlo Gambino.

Estructura de una Familia.

En el mundo de la Cosa Nostra existen dos clases de individuos: quienes pertenecen oficialmente a una Familia, y quienes no. Para entrar a formar parte de una Familia hay que realizar un conocido juramento. Quien realiza ese juramento se convierte en un “Hombre Hecho” o “Amigo Nuestro”, es decir, en un miembro de pleno derecho de esa Familia. Sólo los Hombres Hechos tienen acceso a determinados privilegios, y sólo ellos pueden ostentar cargos de autoridad en la Familia. Existen dos requisitos básicos para poder realizar el juramento y convertirse en Hombre Hecho: 1) ser recomendado por un miembro importante de la Familia, y 2) ser de origen italiano.

El resto de gente que trabaja para una Familia sin ser miembros son conocidos como “asociados”. algunos de ellos hacen méritos para poder realizar el juramento cuando se “abren los libros” (es decir, cuando la Cosa Nostra admite nuevos miembros). Otros sencillamente saben que nunca podrán ser miembros al no ser de origen italiano. Ello no impide que puedan tener papeles de importancia: por ejemplo, el judío Meyer lansky nunca fue un Hombre Hecho pero tuvo un papel decisivo en la historia de la Cosa Nostra, y otros –como su protegido Benjamin Siegel, más célebre por su apodo de “Bugsy”- han dirigido importantes negocios sin necesidad de ser miembros o tener origen italiano.

Eso sí: sólo un Hombre Hecho puede escalar en la estructura jerárquica de la Familia. Dicha estructura es bien conocida gracias especialmente al cine:

-El Jefe (“boss”) o Padrino: es la máxima autoridad de la Familia.
-El vicejefe (“underboss”): la segunda máxima autoridad, normalmente encargado de llevar las órdenes del Padrino al resto de la organización.
-Los Capitanes (“Caporegimi”): actualmente llamados “Capos”, aunque antiguamente el término “capo” designaba sólo al Padrino. Son los mandos superiores a nivel de la calle.
-Los Tenientes (“Capodecini”): mandos intermedios de menor importancia.
-Los Soldados: es el rango inferior dentro de los Hombres Hechos. Son quienes realizan los trabajos a nivel de la calle.

También existe la figura del ”consigliere”, o consejero del Padrino. Normalmente no es un cargo de autoridad, sino meramente consultivo, y por tanto puede ser ejercido por alguien que no sea ni Hombre Hecho ni ítaloamericano, aunque en tal caso no puede dar órdenes directas ni tener a su cargo a Soldados de la Familia.

Por lo general el trabajo más sucio es encargado a gente ajena a la Familia, y los Soldados son reservados para tareas que requieren a hombres de confianza.

Reglas de la Cosa Nostra.

Son conocidas las rígidas reglas que imperan dentro de las Familias. Son quebrantadas ocasionalmente (por no decir a menudo), pero si los superiores lo deciden son susceptibles de castigo, por lo general las infracciones graves son castigadas con la muerte. Algunas de las reglas más conocidas (aunque hay muchas más) son:

-Omertà: la más famosa, la “ley del silencio” que obliga a los miembros a no delatar a otros miembros ni revelar informaciones a las autoridades. El castigo por violar esa norma es la muerte, y el cadáver –si aparece- muestra abiertamente el motivo de su ejecución: bien con un disparo en la boca hecho después de muerto –signo de que el cadáver era una “rata” o chivato-, o bien con una rata muerta metida en la boca.

-No matar a otro Hombre Hecho sin un “contrato” (permiso): la ejecución de un Hombre Hecho, especialmente si es importante, debe ser ratificada por la Comisión. Si es un miembro poco importante, se debe contar al menos con el permiso de un superior (jefe o vicejefe de la Familia), dicho permiso para matar es conocido como “contrato”. De lo contrario es penada con la muerte, aunque el cumplimiento de la sentencia depende mucho de la nueva posición de poder que haya adquirido el asesino. Es sabido que muchos Padrinos han ascendido asesinando a sus antecesores, y por lo general, una vez en posiciones de poder no son castigados por ello a no ser que a la Comisión le convenga hacerlo.

-No tener relaciones ilícitas con la mujer o hijas/os de otro Hombre Hecho: el castigo es el de arrancar los ojos al infractor, seguido por la muerte.

-No matar a personajes públicos: la Cosa Nostra se cuida mucho de respetar la integridad de agentes del FBI, policías, jueces, políticos, etc. La muerte de un personaje público atrae la atención policial y mediática, y generalmente las Familias respetan a rajatabla esta norma. El castigo suele ser la muerte, si la Comisión así lo decide. Se sospecha que la Cosa Nostra ha podido estar detrás de ciertas muertes célebres (son conocidos los rumores que hay detrás de las muertes del caso JFK o de Marilyn Monroe) pero por lo general es una de las normas más cuidadosamente cumplidas, al menos en los Estados Unidos (no así en la Mafia italiana). También se sabe que algunos Padrinos consideraron asesinar a algunos personajes como Sinatra, pero finalmente no se llevó a cabo.

-No matar por capricho: un asesinato es un delito grave que suele provocar investigaciones policiales serias, así que cada ejecución debe tener una justificación aceptable a ojos de la Cosa Nostra. Los únicos asesinatos por motivos personales que se autorizan se deben a cuestiones “de honor” que afectan a Hombres Hechos, y aun así deben contar con una autorización o “contrato”. En esta norma se incluye el asesinato de civiles inocentes que nada tengan que ver con el mundo del crimen, algo terminantemente prohibido por la Cosa Nostra (por más que a veces esa norma se vulnere, como vemos en algunas películas y también ocurre en la realidad). El castigo puede ser la muerte si la Comisión o el Padrino así lo deciden.

-No mencionar en público las expresiones “Cosa Nostra”, “Mafia” o nombres de Hombres Hechos: cuando se produce de forma accidental y no vulnera la omertà, es decir, se dice un nombre por descuido pero sin dar más información a propósito, puede ser considerada una ofensa leve y puede bastar con una amonestación, siempre que no haya reincidencia. Lo admitido es que los miembros de la Cosa Nostra se refieran a la organización y a sus miembros con circunloquios o lenguaje en clave.

-Ofensas al honor: las ofensas entre Hombres Hechos que no estén claramente reglamentadas deben en principio ser dirimidas por el Padrino, o por la Comisión si se producen entre Padrinos de distintas Familias. Se asume que la decisión del Padrino o en su caso de la Comisión será acatada por ambas partes, por ello los jueces deben tener buen criterio si no quieren que el problema degenere y la cosa llegue a mayores.

-No operar en territorio ajeno o robar a otro Hombre Hecho: el castigo suele ser la restitución de lo robado más el pago de una compensación económica, siempre decidida por el Padrino de la Familia o por la Comisión, en su caso.

-No sustraer dinero de los fondos comunes de la Comisión: las malversaciones, desvíos de dinero o pérdidas injustificadas tienen dos posibles soluciones. O bien se devuelve lo sustraído mas la indemnización que se decida, o bien se paga con la muerte. O bien ambas cosas.

-No vender un puesto en una Familia: el juramento para convertirse en Hombre hecho es una cuestión de honor y se asume que el Padrino o Capo que recomienda a un nuevo miembro lo hace en función de los méritos adquiridos por el candidato. Otorgar un puesto en la Familia a cambio de dinero u otros favores es una ofensa grave y se paga generalmente con la muerte, si la Comisión así lo decide. Por otra parte, cada Hombre Hecho responde por los nuevos miembros que él mismo ha recomendado, en el caso por ejemplo de dar entrada por equivocación a infiltrados policiales, irresponsabilidad que es considerada una negligencia muy grave.

El Padrino de la familia Gambino, Albert Anastasia, asesinado en la barbería mientras tenía una toalla húmeda sobre la cara,
que pagó –entre otras cosas- el violar varias reglas de la Cosa Nostra como no vender puestos en la Familia o no asesinar a civiles inocentes.

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El “sindicato del crimen” y el Tío Sam..

La relación entre la Cosa Nostra y las autoridades norteamericanas siempre ha sido ambigua y ha marcado en gran manera la evolución de la organización. Es sabido que las instituciones estadounidenses funcionan con gran independencia entre sí, manteniendo una frecuentemente rígida separación de poderes y de ámbitos de jurisdicción, así que la relación de los Hombres Hechos con cada institución ha sido diferente.

Por ejemplo, la Casa Blanca ha estado generalmente muy preocupada por el problema del crimen organizado, pese a los sórdidos contactos de algún presidente (Kennedy) con importantes líderes mafiosos. Tanto John Kennedy como su hermano –el fiscal general Robert- tenían relaciones ambiguas con los mafiosos, probablemente fomentadas por el padre de ambos, quien conocía bien a algunos importantes Padrinos. Por un lado los hermanos Kennedy emprendieron una campaña pública de desprestigio y persecución del crimen organizado, pero por otro parecían dar patente de corso a aquellos Padrinos que servían a sus intereses. Los contactos eran especialmente peliagudos en cuestión de faldas: algunos Padrinos, como el jefe de Chicago, Sam Giancana, proporcionaban –e incluso compartían- amantes con los hermanos Kennedy. La propia Marilyn Monroe fue puesta en la cama de los dos Kennedy por Giancana, y se dice –aunque no está probado, la teoría se popularizó al hacerla pública el escritor Norman Mailer- que el propio Giancana se encargó de eliminarla cuando una desequilibrada Marilyn se enamoró enfermizamente de Robert Kennedy y amenazó con hacer pública su relación con él y con el Presidente. Sam Giancana y John Fitgerald Kennedy incluso tuvieron a la vez una misma amante, Judith Campbell, quien se convirtió en un personaje peliagudo de quien se decía conocía delicados secretos de las relaciones Kennedy-Giancana. Ella siempre lo negó, aduciendo que su relación tenía tintes meramente sentimentales y que no manejaba información comprometida. De hecho, no fue asesinada ni se suicidó en extrañas circunstancias.

El mega-zorrón presidencial, Judith Campbell, quien pasaba de la cama de Giancana a la de Kennedy y viceversa, con alguna parada ocasional en el catre de Frank Sinatra.
Eso sí, nada comparado con Marilyn, que hacía el trayecto completo en una sola noche y aún le quedaba tiempo para Peter Lawford.

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Pero, por lo general, en el “despacho oval” la mafia ha sido considerada una molestia. La Cosa Nostra ha comprado a innumerables policías, jueces y demás, y ha sido extraordinariamente poderosa, pero la Casa Blanca siempre ha estado fuera de su alcance. Incluso cuando manejaban informaciones comprometidas sobre el Presidente –caso de Kennedy- las han manejado con discreción. Resulta imposible saber si Giancana mandó asesinar a Marilyn Monroe para evitarle problemas a Robert Kennedy –como así afirmó algún hombre de Giancana- pero lo cierto es que supo ser discreto, por más que aquella discreción pudiese tener un precio. Por lo general a la Cosa Nostra le ha costado controlar a políticos de alto nivel, e incluso ha tenido entre ellos a enemigos encarnizados como el antiguo fiscal y ex-alcalde de Nueva York, Rudolf Giuliani.

También la relación con la CIA y la inteligencia militar ha sido ambigua. En teoría, poco punto en común existe entre el ejército o el servicio de inteligencia con la Cosa Nostra, pero están bien documentadas colaboraciones puntuales. Ya en la II Guerra Mundial, la Armada recurrió a “Lucky” Luciano para vigilar los muelles neoyorquinos y evitar el sabotaje por parte de agentes italianos simpatizantes de Mussolini y los nazis. Más frecuentes han sido los servicios de la Cosa Nostra a la CIA: el omnipresente Giancana, por ejemplo, estuvo implicado en los complots para asesinar a Fidel Castro e incluso en la fallida invasión de Bahía de Cochinos. De todos modos, la implicación de la mafia en asuntos más oscuros como el magnicidio de Kennedy está como sabemos sujeta a terreno de la subjetividad y la conspiranoia.

Sam Giancana: doquiera que se cociesen las habas, allí estaba él.
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La relación entre Cosa Nostra y FBI ha sido con diferencia la que ha sufrió un cambio más drástico y la más determinante para la evolución de Sindicato del Crimen. Cabe recordar que el FBI es la “policía nacional” por excelencia, ya que es la que tiene potestad sobre los “delitos federales”, es decir, delitos cuya jurisdicción es toda la nación. Las policías de cada Estado (y las de cada ciudad) no tienen lógicamente poder alguno más allá de sus territorios, así que la actitud del FBI hacia una organización criminal determina en buena manera el futuro de dicha organización.

Lo primero a tener en cuenta es que, de un modo que puede parecer extraño desde fuera de los USA, durante casi 50 años el FBI fue dirigido según su santa voluntad por una única persona: el infame J. Edgar Hoover. Es difícil calibrar la magnitud del personaje hoy en día. Durante décadas fue el máximo representante de la autoridad policial federal, y la cabeza visible de la lucha contra el crimen, así que de cara al público era considerado un héroe. Sólo tras su muerte en 1972 se empezaron a conocer más y más trapos sucios del ex-director vitalicio del FBI, de tal modo que hoy en día su figura es considerada una mancha en el historial de la nación y es frecuente objeto de crítica y escarnio, especialmente por su feroz homofobia (que contrasta con los insistentes rumores en torno a su homosexualidad) y por su oscuro papel en muchos asuntos, por poner un ejemplo, en las deleznables presiones a Martin Luther King, que incluso pretendieron provocar el suicidio del líder negro. Es cierto que Hoover fue brillante en algunos aspectos, pero en el cómputo general su larguísimo mandato supuso un considerable lastre.

Por poner un ejemplo: desde su toma de posesión en los años 20, hasta los años 60, J. Edgar Hoover simplemente ¡negó que existiese la Cosa Nostra! Según él, no había una organización centralizada y las bandas mafiosas operaban de forma independiente y descoordinada. Pese a que muchos de sus agentes presentaban continuos informes sobre las relaciones entre Padrinos y la existencia de la Comisión, Hoover no admitía la existencia del Sindicato del Crimen. Debido a ello, la lucha del FBI contra la Cosa Nostra se produjo solamente de manera parcial durante muchos años. No se sabe con exactitud el motivo de tan extraña postura: según las informaciones surgidas de los propios mafiosos de la época, podía deberse a que Hoover mantenía amistad con algunos Padrinos que le financiaban su afición al juego. También se conocen –mediante grabaciones de entonces- conversaciones entre miembros de la Cosa Nostra en las que aseguraban que Hoover no tocaba a determinados Padrinos porque ellos tenían pruebas de su homosexualidad.

J. Edgar Hoover, una de las figuras más estrambóticas y lamentables en la historia
de las administraciones norteamericanas.

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Fueran cuales fuesen los motivos –no existen pruebas ni de lo uno, ni de lo otro- la actitud de Hoover hacia la Cosa Nostra cambió en los años 60 y hasta entonces la Cosa Nostra tuvo las cosas bastante más fáciles que en la actualidad. Su cambio pudo deberse en parte por la campaña pública iniciada por los Kennedy (resultaba embarazoso negar la existencia de algo que un presidente tan enérgico como JFK decía que sí existía) y al parecer también por un incidente relativamente de poca importancia: los agentes del FBI eran intocables para la Cosa Nostra (que prohibía expresamente a sus miembros ponerles un dedo encima), pero en un entierro vigilado por el FBI, varios de los mafiosos presentes le dieron una paliza a un agente federal, lo cual sacó de sus casillas a Hoover.

Cuando el FBI –como institución en sí, porque sus agentes ya lo tenían claro hacía décadas- comenzó a perseguir a la Cosa Nostra poniendo toda la carne en el asador, el panorama cambió por completo. Por un lado, las nuevas leyes federales sobre el tráfico de drogas facilitaron que muchos mafiosos se convirtiesen en informadores, entrando en el programa de protección de testigos del FBI –llamado Witssec- que trataba de protegerles de la vendetta y condena a muerte que conllevaba romper la omertà. Por otro lado –especialmente tras la muerte de Hoover- la dirección del FBI comenzó a tomar en serio la vigilancia de las distintas Familias. También se infiltraron agentes en la organización, siendo el caso más célebre el de Joe Pistone, quien entró en la Cosa Nostra con el nombre ficticio de Donnie Brasco, y cuya labor hizo un considerable daño al Sindicato. Hoy en día, el FBI es sin duda la principal pesadilla de la Cosa Nostra.

El agente del FBI Joe Pistone (a la izquierda), junto al mafioso Sonny Black,
el hombre que sin conocer su identidad le introdujo en la Cosa Nostra.

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La evolución de la Cosa Nostra.

Pese a que la Cosa Nostra norteamericana mantiene una estructura prácticamente idéntica a la creada en los años 30, no siempre ha sido una organización uniforme a lo largo del tiempo.

A finales del siglo XIX, el crimen italiano en Estados Unidos se caracterizaba básicamente por su falta de centralización. Abundaban las bandas dedicadas a la extorsión de comercios que pese a tener un denominador común (“la Mano Negra”) funcionaban de forma independiente. Durante las dos primeras décadas del siglo XX, muchas de estas bandas fueron unificadas por líderes fuertes, especialmente en Nueva York donde la Mano Negra dejó de ser una pléyade inconexa de gangs callejeros para transformarse en una organización lo bastante poderosa como para controlar grandes zonas de la ciudad. Diversas agrupaciones más compactas y mejor estructuradas que las antiguas bandas se apropiaron de distritos enteros como Brooklyn o “Little Italy” en Manhattan, y lo mismo ocurría en otras ciudades con una presencia significativa de inmigración italiana.

Los años 20 supusieron la eclosión definitiva de la Cosa Nostra en el país, gracias principalmente al “Acta Volstead” -más conocida como “la Prohibición”- que enriqueció enormemente a los grupos mafiosos gracias al tráfico ilegal de alcohol. Organizaciones como la de Joe Masseria (en Nueva York) o Al Capone (en Chicago) alcanzaron cotas de poder inéditas hasta entonces, ejerciendo su influencia sobre los bajos fondos de muchas otras ciudades e introduciendo grandes dosis de corrupción en la policía, el poder judicial y político, y la prensa. Fue también la época en que las bandas italianas pelearon por el control del mundo criminal contra bandas de otras nacionalidades, y Chicago y Nueva York fueron el escenario de tiroteos, persecuciones de coches y vendettas metralleta Thompson en mano. Fue la era más violenta (o al menos de violencia más visible) del crimen organizado italoamericano, y durante al menos tres décadas el público siguió asociando a los gangsters con aquellas batallas callejeras. Hasta al menos final de los años 60, y pese a que la Cosa Nostra se había transformado radicalmente, la gente siguió asociando la idea de “mafioso” con la figura de Capone.

”Lucky” Luciano, el padre y cerebro creador de la moderna Cosa Nostra.
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A principios de los 30 toda la organización se centralizó definitivamente por obra de “Lucky” Luciano, quien reestructuró la Cosa Nostra hasta convertirla en lo que hoy día sigue siendo: un entramado de poderes coordinados por la Comisión y con unas pautas de funcionamiento interno muy definidas y pragmáticas. Durante los 30 y 40 los grandes Padrinos se hicieron consciente del enorme poder económico que habían llegado a manejar, que hacía que incluso potentes organizaciones anteriores (como la del antaño todopoderoso Capone, que por entonces languidecía en prisión) pareciesen pequeñas comparadas con la nueva Mafia. Para conservar aquel legado, los distintos jefes mafiosos tendieron a buscar la estabilidad y tratar de evitar los conflictos. Finalmente, el negocio primaba sobre todo lo demás. El Sindicato del Crimen extendió sus áreas de actuación: fue por entonces cuando desembarcaron en Las Vegas o Cuba, o cuando intensificaron su presencia en Hollywood y el mundo del espectáculo en general.

En los años 50 la Cosa Nostra seguía creciendo pese a algunos momentos de inestabilidad, especialmente dentro de las Cinco Familias neoyorquinas, núcleo vital de la organización de todo el país. Las luchas por el poder provocadas por el vacío que Luciano había empezado a dejar a mediados de los 40 causaron importantes movimientos en la cabeza de la Cosa Nostra y en la comisión misma. El entorno de Luciano (Frank Costello, Meyer Lansky, Vito Genovese, Albert Anastasia) sufrió una división efectiva. Por un lado, Genovese y Anastasia perseguían sus propias ambiciones personales. Por otro, el triunvirato Luciano-Meyer-Costello apoyó el surgimiento de nuevos líderes como Carlo Gambino, facilitando una nueva dirección que gobernaría la Cosa Nostra durante los años 60 y parte de los 70.

En los 60, el Sindicato recibió paladas de cal y de arena. En el lado positivo, seguían diversificándo sus negocios y controlaban nuevas y rentables áreas (transportes, puertos y aeropuertos, basuras, construcción, textiles, etc.) gracias a su influencia sobre sindicatos y políticos. Estrecharon lazos con el poder (los Kennedy, la CIA, así como grandes empresas) y llegaron incluso a tener un papel en determinados asuntos internacionales. Pero, por otra parte, la persecución policial sobre la organización se multiplicaba: el FBI, las comisiones de investigación del Congreso y el poder judicial empleaban más y mejores esfuerzos en la lucha contra la Cosa Nostra. Además, las nuevas leyes federales sobre tráfico de drogas propiciaron el surgimiento de “arrepentidos”, un fenómeno desconocido hasta entonces. Los Padrinos sufrieron un ”shock” el día en que por primera vez en la historia, un miembro de la organización (Joe Valachi, soldado de poca importancia de la Familia Genovese) habló claramente ante un comité del Congreso reconociendo abiertamente la existencia de la Cosa Nostra y dando detalles sobre su funcionamiento general.

Joe Valachi, la primera gran “rata”, testificando ante un comité.
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En los años 70 se incrementó esa presión, aumentando los casos de informadores e incluso llegando a haber infiltrados policiales en la organización. Además, películas como “El Padrino” (pese a su visión algo estilizada de la Cosa Nostra, pero certera en cuanto a las luchas internas por el poder) y las autobiografías de algunos Hombres Hechos hicieron que el público conociese finalmente la verdadera cara del Sindicato. También la prensa empezó a volcarse en investigaciones serias sobre la Mafia. Desde entonces, y durante los años 80 y 90, la Cosa Nostra norteamericana nunca volvió a operar con la comodidad, discreción y manga ancha de su época “clásica” (entre los 30 y los 60). Ha estado y está continuamente expuesta a la vigilancia de la prensa y al acoso policial, por lo cual se ha cuestionado muchas veces hasta qué punto puede haber disminuido su poder en relación a épocas pasadas. Incluso el último gran Don mediático, John Gotti, tuvo que ver cómo su juicio se convertía en uno de los mayores espectáculos televisivos de la nación. Precisamente ese juicio ayudó a que muchos norteamericanos matizasen la imagen proyectada por la película “El Padrino”, ya que aparecieron algunos mafiosos describiendo con total frialdad las atrocidades que solían cometer en su quehacer diario. Los últimos rastros del concepto “hombres de honor” que pudiese albergar el público terminaron de desaparecer conforme más se mostraba ante la audiencia el verdadero rostro de la Cosa Nostra.

La célebre foto policial del carismático John Gotti, apodado “Don Teflón” por su habilidad
para resbalar una y otra vez entre las manos de la justicia.

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The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.

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The last samurai
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por The last samurai »

Oops! He did it again.
Jordison escribió: 08 Jun 2018 11:33 Joder, la tienes dentrísimo.

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Mr. Mxyzptlk
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por Mr. Mxyzptlk »

El contenido es muy bueno pero me ha parecido demasiado academico,encorsetado,como si estuviese siendo dictado.

Mientras lo leia iba hechando en falta tus tipicas expresiones interjectivas nicotinianas (¡...!) que suelen darle un ritmo musical a tus textos pero que aqui las he visto poco.

Saludos

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NORNA
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por NORNA »

Menudo dossier. Está muy interesante pero es cierto lo que dice Mr. Mxyzptlk que te ha quedado muy de manual y para mi gusto personal, echo de menos más anécdotas burras sobre hechos perpetrados (el morbo puro, vamos). Lo más interesante -además de las fotazas- la parte de las reglas de la mafia y la parte de Giancanna, con el entramado Kennedy, etc. La hija de este hombre publicó un libro-aunque vete tú a saber- donde decía que efectivamente su padre dió la orden para el asesinato.
Hace un tiempo a raíz de un capitulo de Los Soprano me picó la curiosidad sobre las mujeres que habían formado parte importante de los entramados mafiosos y googleé sin demasiado éxito, aunque efectivamente algunas habían (una tal Rosetta Cuttolo "ojos de hielo", hemana del mafioso del mismo apellido y alguna más). A ver si para futuras entregas -si las hay- incluyes algo sobre esto.

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Babylon
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por Babylon »

Mr. Mxyzptlk escribió:hechando en falta
Su última visita fue: 24/12/10

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Bipolar
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por Bipolar »

La cosa está de puta madre, pero deberíais dejar de ver Los Sopranos, todos. Al menos por un tiempo.
Asín te lo digo.

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oximoron
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Estimado groncho de la albufera:

Mensaje por oximoron »

¿Para cuando un escrito similar sobre la vida y obra de, pongamos, Letizia Battaglia o Rita Borsellino?

El título podría ser algo así como "¿Usted es de esos que aún duda que las mujeres son infinitamente más valientes que los hombres?".
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Nicotin
Manuel Fraga Iribarne
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por Nicotin »

Mr. Mxyzptlk escribió:El contenido es muy bueno pero me ha parecido demasiado academico,encorsetado,como si estuviese siendo dictado.

Mientras lo leia iba hechando en falta tus tipicas expresiones interjectivas nicotinianas (¡...!) que suelen darle un ritmo musical a tus textos pero que aqui las he visto poco.


Jajaja, es cierto, es que lo escribí de memoria en plan examen, excepto algunos nombres (los de los actuales Padrinos, más que nada). Después ya escribí algunas historias concretas, pero tampoco creas que las llené de nicotinadas.

NORNA escribió:Hace un tiempo a raíz de un capitulo de Los Soprano me picó la curiosidad sobre las mujeres que habían formado parte importante de los entramados mafiosos y googleé sin demasiado éxito, aunque efectivamente algunas habían (una tal Rosetta Cuttolo "ojos de hielo", hemana del mafioso del mismo apellido y alguna más). A ver si para futuras entregas -si las hay- incluyes algo sobre esto.


Mmmm, en la Mafia siciliana y la Camorra de Nápoles las mujeres sí tienen un papel importante, pero no conozco al detalle la historia de esas organizaciones.

En la Cosa Nostra norteamericana el papel de las mujeres está relegado a la influencia que puedan tener sobre los mafiosos en la intimidad y eso es algo que en un mundo tan cerrado no pasa a la historia, aunque en ese sentido sí ha habido algunas mujeres con un papel importante en determinados asuntos. Pero vamos, yo diría que la C.N. americana es bastante más falocéntrica que la italiana.

Giancanna, con el entramado Kennedy, etc. La hija de este hombre publicó un libro-aunque vete tú a saber- donde decía que efectivamente su padre dió la orden para el asesinato.


Sí, según la versión del libro y según algunos hombres de Giancana, este dió la orden interpretando que así lo quería Robert Kennedy, porque Marilyn estaba colgada por él y no dejaba de perseguirle, y Giancana envió a varios hombres que primero la drogaron y después la evenenaron con un supositorio (según un médico de la mafia, el supositorio no sería rastreado en la autopsia). La escena que describen es bastante tétrica: Marilyn desnuda y boca abajo sobre la cama, con cuatro matones sentados en la habitación esperando fríamente a que la palmase del todo y comprobando su pulso cada pocos minutos. También según los hombres de Giancana, a Robert Kennedy le entró el pánico cuando conoció la muerte de Marilyn: había hecho comentarios a Giancana pidiéndole que callase a la actriz producto de la tensión, pero al ver el resultado y que podía estar implicado en un asesinato tan notorio se arrepintió por haberse dejado llevar. Supuestamente, entre Giancana y agentes de la CIA borraron los rastros de R. Kennedy en la vida de Marilyn (diarios, cartas, etc) en una sola noche antes de que el FBI entrase a investigar.

La primera vez que leí la historia me pareció muy traída por los pelos (¿un supositorio? ¿Robert Kennedy pidiéndole a Giancana que callase la boca a Marilyn? ¿la mafia y la CIA ocupándose de eliminar objetos personales de la Monroe?), pero ahora la encuentro plausible. Primero, porque he leído mucho más sobre las relaciones entre Giancana y el poder político, y todas las versiones coinciden. Segundo, porque la historia tiene sentido: Marilyn ocupaba un papel muy delicado, sabía muchas cosas de mucha gente y al contrario que alguien como Judith Campbell (siempre discreta y en su papel), Marilyn tenía continuos arranques de histeria que amenazaban con sacar un montón de trapos sucios a la luz, y no era lo mismo que hablase una desconocida a que lo hiciese una de las personas más famosas de la Tierra.

Lo único que no me cuadraba es que la Cosa Nostra asesinase por las buenas a alguien tan famoso, lo cual conlleva el peligro de atraer toda la atención policial y periodística sobre ellos, y que está en contra de su proceder habitual. Es decir, tenía que "parecer un accidente" (o suicidio), porque no podían simplemente hacer desaparecer a la actriz más célebre del momento. Pero sabiendo Marilyn todo lo que sabía, es bastante posible que hubiesen llegado a tal medida desesperada.

Otra cosa que da verosimilitud a la historia es el hecho de que Giancana también consideró seriamente la idea de matar a Frank Sinatra (me pregunto qué cara debió poner el cantante cuando el FBI hizo públicas las conversaciones que había grabado al Padrino de Chicago). Pero como Sinatra sí sabía estar más o menos callado y no había tanto riesgo de que perdiese los papeles, Giancana prefirió no arriesgarse.

oximoron escribió:¿Para cuando un escrito similar sobre la vida y obra de, pongamos, Letizia Battaglia o Rita Borsellino?

El título podría ser algo así como "¿Usted es de esos que aún duda que las mujeres son infinitamente más valientes que los hombres?".


Bueno, es que las villanas son menos admirables pero más peliculeras que las heroínas y no por ello menos valientes. Por ejemplo, Virginia Hill tuvo los santos cojones de chulear a Bugsy Siegel y reírse en la puta cara de "Lucky" Luciano, Meyer Lansky y toda la plana mayor de la Cosa Nostra no una, sino varias veces. Fue la misma que, tras haber robado una enorme fortuna a la C.N. se presentó ante una comisión con una estola de visón, comportándose como una diva de la ópera e insultando a los congresistas.

Cuando una mujer se ha desenvuelto en ese mundo de hombres (que para colmo son invariablemente una piara de psicópatas) es porque: a) tenía más huevos que cualquier hombre, y b) era, no tan mala, sino peor que los propios mafiosos.

Virginia Hill ante la comisión del Congreso, mostrando al mundo que,
básicamente, se pasaba a todo Cristo por el forro de la entrepierna.

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Mr. Mxyzptlk
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por Mr. Mxyzptlk »

Babylon escribió:
Mr. Mxyzptlk escribió:hechando en falta


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Yongasoo
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Re: La Cosa Nostra

Mensaje por Yongasoo »

Y por qué lo querían matar a Frank Sinatra? Cosa de faldas o tenían miedo de que se le fuera la lengua?

El texto esta muy bueno Nico, yo que soy completamente ignorante en estos temas lo encontre clarisimo y muy interesante, eso si, con algún que otro agregado morbosete estaría mejor. Ya se sabe, pan y circo.
"Shake it, don't break it. It took too damn long to make it"

GNU Terry Pratchett

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