pH, más que hamor, frensi.

Blanquita escribió: ↑07 Sep 2018 13:46

M. Corleone escribió: ↑07 Sep 2018 13:40
Porque, amigos, si hay algo que le resta (para mí) todo el atractivo a una mujer es una voz rasposa o ser una gritona (no en la cama, ahí SÍ que hay que gritar).

Además, es un desahogo muy sano. Luego va uno hablándole como una seda a todo el mundo (imagino).

Conclusión: tu vecina y su marido no follan.

Eso le suelo decir a mi santa esposa: "Gritarse ya les oímos, pero follar nunca, ya es desgracia".

Ahí ya empieza otro debate, porque a mí me pone muy palotón escuchar a los vecinos (los que sean) follando, mientras que a ella le da grimilla.

Una vez, estando en la cama, oímos orgasmazo de la vecina joven de arriba. Me vine arriba, pero no coló.

M. Corleone escribió: ↑07 Sep 2018 13:49

Blanquita escribió: ↑07 Sep 2018 13:46

M. Corleone escribió: ↑07 Sep 2018 13:40
Porque, amigos, si hay algo que le resta (para mí) todo el atractivo a una mujer es una voz rasposa o ser una gritona (no en la cama, ahí SÍ que hay que gritar).

Además, es un desahogo muy sano. Luego va uno hablándole como una seda a todo el mundo (imagino).

Conclusión: tu vecina y su marido no follan.

Eso le suelo decir a mi santa esposa: "Gritarse ya les oímos, pero follar nunca, ya es desgracia".

Ahí ya empieza otro debate, porque a mí me pone muy palotón escuchar a los vecinos (los que sean) follando, mientras que a ella le da grimilla.

Una vez, estando en la cama, oímos orgasmazo de la vecina joven de arriba. Me vine arriba, pero no coló.

En un piso en el que vivía yo antes, cada X tiempo oía gemir a la vecina de arriba. A mí sinceramente, me daba grima también. Pero porque la tía me caía como el culo. Vosotros podéis poneros palotes independientemente de la emoción que os genere la persona o la situación. Nosotras, así en general, no.

Soy consciente de que acabo de abrir un debate que puede ser calentito.

Blanquita escribió: ↑07 Sep 2018 13:56

M. Corleone escribió: ↑07 Sep 2018 13:49

Blanquita escribió: ↑07 Sep 2018 13:46

Además, es un desahogo muy sano. Luego va uno hablándole como una seda a todo el mundo (imagino).

Conclusión: tu vecina y su marido no follan.

Eso le suelo decir a mi santa esposa: "Gritarse ya les oímos, pero follar nunca, ya es desgracia".

Ahí ya empieza otro debate, porque a mí me pone muy palotón escuchar a los vecinos (los que sean) follando, mientras que a ella le da grimilla.

Una vez, estando en la cama, oímos orgasmazo de la vecina joven de arriba. Me vine arriba, pero no coló.

En un piso en el que vivía yo antes, cada X tiempo oía gemir a la vecina de arriba. A mí sinceramente, me daba grima también. Pero porque la tía me caía como el culo. Vosotros podéis poneros palotes independientemente de la emoción que os genere la persona o la situación. Nosotras, así en general, no.

Soy consciente de que acabo de abrir un debate que puede ser calentito.

No, debate ninguno.
Los tíos nos follaríamos a una tía aunque la odiáramos.
Vosotras en general no.

Y ya.

poshol na escribió: ↑07 Sep 2018 14:10

Blanquita escribió: ↑07 Sep 2018 13:56

M. Corleone escribió: ↑07 Sep 2018 13:49

Eso le suelo decir a mi santa esposa: "Gritarse ya les oímos, pero follar nunca, ya es desgracia".

Ahí ya empieza otro debate, porque a mí me pone muy palotón escuchar a los vecinos (los que sean) follando, mientras que a ella le da grimilla.

Una vez, estando en la cama, oímos orgasmazo de la vecina joven de arriba. Me vine arriba, pero no coló.

En un piso en el que vivía yo antes, cada X tiempo oía gemir a la vecina de arriba. A mí sinceramente, me daba grima también. Pero porque la tía me caía como el culo. Vosotros podéis poneros palotes independientemente de la emoción que os genere la persona o la situación. Nosotras, así en general, no.

Soy consciente de que acabo de abrir un debate que puede ser calentito.

No, debate ninguno.
Los tíos nos follaríamos a una tía aunque la odiáramos.
Vosotras en general no.

Y ya.

Así me gusta, palabra de Blanqui, palabra de Dios, amén.

No si al final aquí a algunos no les dura el ritual del cerofapp ese ni unas horas :) Otra cosa es que intenten haber abierto un hilo así.

Blanquita escribió: ↑06 Sep 2018 21:04 Aquí estaré, mandándote reikis para ayudar limpiar tu próximo espacio y protegerlos de rastas psicopáticas.

kayaaaaa kayaaaaa (¿no decía eso una canción de B. Marley? Perdóname si esta vez me abstengo de linkarla por rastahastío y por huida de él, que ya he tenido bastante que me ha fastidiado lo poco de estar en verano a gusto en mi propia casa).

ahora los reikis también mándamelos igual para que no me ahúme la ropa recién lavada y tendida el asador de los argentinos aunque ya te aviso que para eso ni con reikis. Estos del argentino son más duros que los huesos que se roen ahí de sus carnes. ¿Os conté que desde abril hasta octubre lunes miércoles y viernes a parte de asar y asar de la mejor carne argentina toca el guitarrista residente con el mismo repertorio de hace ya tres años que lo escucho? Me libré solo julio y agosto :)

Yo la verdad que siempre intento combatir la situación argentina con otros sonidos dentro de casa por lo menos 3 horas de las 5 o 6 o 7 u 8 que toca,. Lo del humo de sus asados argentinos es imposible, de cogé un MATAFUEGOS o te vas de casa o te acuestas ya temprano sedada sabiéndote cualquier cena a asado argentino, sea lo que sea, hasta el batido de chocolate puleva de litro de después y así hasta que cierran por vacaciones.
Pero por lo menos no tengo las vistas que tengo en la ciudad ni mi comunidad cerca :) Es ya otra muy distinta, que aquí ni se sabe ni se la espera :) o yo por lo menos

poshol na escribió: ↑07 Sep 2018 14:10 No, debate ninguno.
Los tíos nos follaríamos a una tía aunque la odiáramos.
Vosotras en general no.

Y ya.

Todavia no se si eso es un defecto o una virtud

Corvux corax escribió: ↑07 Sep 2018 16:03 No si al final aquí a algunos no les dura el ritual del cerofapp ese ni unas horas :) Otra cosa es que intenten haber abierto un hilo así.

Yo es que ni lo intento.

Joder, Navajo y Corle, me estoy descojonando vivo con vuestros vecinos mongoloides.

Yo lo máximo que puedo contar es que viví 14 años en un bloque de pisos en la sierra, y teníamos una vecina mayor al lado que tenía la terraza cubierta y enmoquetada de césped artificial muy bonito. Césped que una de mis gatas usaba siempre que podía como cagadero deluxe, con el razonable y consiguiente mosqueo de la señora.

Tras poner mallas y barreras, con el tiempo la señora acabó haciéndose medio amiga de mi madre. Era española, pero durante la Guerra Civil su familia fue de las que se largó a México por si las moscas, y allí vivió y formó familia hasta los años 80, durante los cuales volvió viuda, compró la casa al lado nuestro (nosotros no vivíamos allí todavía) y se trajo además a su hijo Antonio (cincuentón, viejagloria, larguirucho, delgadísimo, con perennes gafas ahumadas y un tupé a lo Elvis de color cobre), un pobre hombre divorciado y totalmente hundido por la vida.

Con el paso de los años, la salud de ambos mermó a pasos agigantados, y al final era bastante habitual que nos llamaran por teléfono para ir a su casa (teníamos copia de sus llaves) y regoger del suelo entre mi hermano y yo (más él que yo, que es un tío corpulento y fuerte) a ella o a su hijo. Ella se caía porque perdía pie y como estaba un poco lozana luego no podía levantarse. El hijo se caía porque se bajaba por las tardes al bar de abajo y no subía hasta que pasaba la hora de cenar, con un pedo brutal y sin enterarse de casi nada.

La señora en su cuarto tenía una foto de ella en los 80 dándole la mano a Felipe González. Su hijo Antonio había sido torero en México de jovencito, se casó, tuvo hijos pero al final por motivos ignotos para mí, lo perdió todo, su familia le dió la espalda para siempre, y se vino a España.

El año antes de irnos de esa casa ambos murieron. Primero ella de vieja y luego él pasados unos meses viviendo solo. Mi madre aún hoy a veces se acuerda de ellos: empezaron siendo vecinas-enemigas por culpa de mis gatas y al final diría que fueron hasta amigas.

Conclusión: los gatos siempre son un elemento que acerca al mundo al caos.

Feliz y meloso finde amigas y amigos.

Con el paso de los años, la salud de ambos mermó a pasos agigantados, y al final era bastante habitual que nos llamaran por teléfono para ir a su casa (teníamos copia de sus llaves) y regoger del suelo entre mi hermano y yo (más él que yo, que es un tío corpulento y fuerte) a ella o a su hijo. Ella se caía porque perdía pie y como estaba un poco lozana luego no podía levantarse. El hijo se caía porque se bajaba por las tardes al bar de abajo y no subía hasta que pasaba la hora de cenar, con un pedo brutal y sin enterarse de casi nada.

Mis abuelos ya están muy mayores y viven a 500 metros de mi empresa, adivina a quien le toca dejarlo todo y salir corriendo para levantarlos del suelo... cuando se acuerdan de llamar.

Menos mal que ahora les hemos puesto un botón del pánico y la ayuda social acude enseguida.