Re: Mongográfico: Japón
Publicado: 30 Ago 2015 12:00
"En cierto reinado (¿cuál pudo haber sido?), alguien de rango no muy elevado gozaba de un favor excepcional entre todas las consortes e íntimas de Su Majestad.
Estamos en el año mil. Almanzor arrasa por donde pasa pero el califato de Al-Andalus está a punto de caer, otro tanto le ocurre a su homólogo abbasida. Tras la caída de ambos empezará la edad de oro de las ciencias y las artes en el mundo islámico. En Europa quienes están en apogeo son los escandinavos, que han llegado a América, se han instalado en Normandía, impiden la unificación de los lugareños de las Islas Británicas, montan el Imperio del Rus, comercian con el poderoso Imperio Romano de Oriente y tienen sus miras puestas en el Imperio Jázaro (único páis de religión hebrea fuera de Israel). Francia se reduce a la mínima expresión con la débil dinastía de los Capetos, se empieza a asentar el Sacro Imperio, por el Vaticano pasan cuarenta papas y antipapas a cual más indigo en la llamada pornocracia romana.
Falta medio siglo para que los normandos invadan Inglaterra, un siglo para que empiecen las Cruzadas y siglo y medio para que Gengis Khan lleve la ruina y la desolación a toda Eurasia. Visto así, tan mal no estaban.
En Extremo Oriente, pese a llevar un siglo desparecida, tal es el prestigio de la dinastía T'ang que todos tratan de imitarla; y su antigua capital Xi'an, sigue siendo la ciudad más poblada del mundo por delante de Bizancio o Bagdad. En las islas del Japón la cultura del continente lo es todo, adaptan su escritura, sus artes, su religión, su ordenamiento político y social, e incluso construyen en un prodigio humano una nueva capital a imitación de la china, Heian-kyo (actual Kyoto). El modestísimo "imperio" apenas domina la mitad sur de la isla más grande del actual Japón, esa que parece una jota, y no conoce el punto sobre la jota de la gran isla del norte. Pese a lo cual tienen, a imitación de sus poderosos vecinos al otro lado del mar de China, un reino fuertemente centralizado y burocratizado en diversos rangos cortesanos.
El periodo Heian está considerado la Edad de Oro de la cultura nipona. Fué donde forjaron su idiosincrasia cultural, ampliamente copiada de la china. Abarcó del 794 al 1185. De gran brillantez formal, que algunos exageradamente han comparado con el Siglo de las Luces europeo, su centralismo imperial fue minado por las nobles familias cortesanas causando una decadencia que se extendería durante siglos hasta la era Meiji. En efecto aquel "imperio" estaba montado sobre el pago a los funcionarios con lotes de arrozales y sirvientes. Y el pago era muy desigual, de un bajo cargo a uno alto podía decuplicarse el lote. En teoría siguendo el confucianismo había durísismos exámenes para la administración pública. En la práctica, y muy a la española, los hijos de los nobles entraban con un alto cargo sin necesidad de exámenes. Prácticamente un 40% de la producción nacional se destinaba a la corte. Antes de que alguno se lleve las manos a la cabeza, os diré que en la posteridad feudal, era un 70-80% de la producción la que iba a para a los gastos suntuarios de la nobleza. Si lo pensamos es lógico, más cortes, más necesidad de aparentar y esto también explica por qué durante siglos Japón se negó a abrir puertos comerciales a los extranjeros: no tenían nada que vender.
Curiosamente fueron las mujeres las que fijaron el canon de "la cultura japonesa" no porque fueran grandes creadoras sino porque reflejaron exhaustivamente el mundo que las rodeaba. Una de esas mujeres pertenecía al poderoso clan de los Fujiwara -que terminarían fragmentando el centralismo de Kyoto- y era bastante crítica con los mangoneos de su familia quizá por eso utilizó el seudónimo de Murasaki Shikibu al escribir sus poemas y su diario.
http://jkllr.net/2009/10/04/a-look-at-l ... ry-part-1/
Pero su obra más celebrada y con razón es "Historia de Genji", que os podéis descargar gratis acá:
http://www.lectulandia.com/book/la-historia-de-genji/
Es la traducción española de la versión inglesa, incluye abundantes notas por capítulo, muchas explicando el origen de los poemas recitados o las costumbres de antaño y otras un pelín redudantes pues la autora no siempre pone nombres sino que identifica a los personajes por su localización, un poco al modo en que occidente las personas se presentaban dando su nombre y localidad de nacimiento. Yo aporto además este pequeño estudio de las residencias pues muchas intrigas amorosas transcurren entre las distintas dependencias:
http://www.sengokudaimyo.com/shinden/Shinden.html
Son cincuenta y cuatro capítulos y pensaba colgaros un resumen de cada uno pero aún voy por el quince. Que ves a Genji pasar de la adolescencia en donde ama a todas las mujeres sin importarle sus defectos, a la madurez donde sigue teniendo amantes pero ya le fastidian algunos hábitos de cada una de éllas. Le ves avergonzado de ser un tarambaina pese a todo el cuidado que pone por no estropear la reputación de sus queridas y adoptar una niña para hacer de élla su segunda esposa, pero cuidarla como un padre, jugar con élla a las muñecas y construirle casitas. Ves como la chica ya casadera se enfurruña por pensar que la cuidaba sin contraprestaciones y no veáis cuando Genji le dice que tiene otras amantes el cabreo que se pilla ante la estupefacción de Genji, encima que es honrado y no le oculta nada.
Os lo estoy contando un poco de broma, pero de verdad que merece la pena leerla. Es un libro muy, muy bonito, agradable, luminoso y tranquilo. No todo es azúcar y romances, también están las intrigas palaciegas, el destierro de Genji y su completo desprestigio. sus rivalidades con sus amigos en plan macho machote, el seducir a damas del clan Fujiwara como pequeña venganza ante la persecución a la que le someten. No todo en Genji es luminoso y tranquilo, pero sí es un hombre reflexivo y brillante, por contradictorio que parezca.
No tenéis porque leeros el libro de un tirón, muchos de sus capítulos son individuales y no parecen estar conectados aunque conforme transcurren los nuevos van apareciendo referencias a los pasados, pero si merece echarle un vistazo y dejarse atrapar por él. Os gustará. Os gustará mucho.
Estamos en el año mil. Almanzor arrasa por donde pasa pero el califato de Al-Andalus está a punto de caer, otro tanto le ocurre a su homólogo abbasida. Tras la caída de ambos empezará la edad de oro de las ciencias y las artes en el mundo islámico. En Europa quienes están en apogeo son los escandinavos, que han llegado a América, se han instalado en Normandía, impiden la unificación de los lugareños de las Islas Británicas, montan el Imperio del Rus, comercian con el poderoso Imperio Romano de Oriente y tienen sus miras puestas en el Imperio Jázaro (único páis de religión hebrea fuera de Israel). Francia se reduce a la mínima expresión con la débil dinastía de los Capetos, se empieza a asentar el Sacro Imperio, por el Vaticano pasan cuarenta papas y antipapas a cual más indigo en la llamada pornocracia romana.
Falta medio siglo para que los normandos invadan Inglaterra, un siglo para que empiecen las Cruzadas y siglo y medio para que Gengis Khan lleve la ruina y la desolación a toda Eurasia. Visto así, tan mal no estaban.
En Extremo Oriente, pese a llevar un siglo desparecida, tal es el prestigio de la dinastía T'ang que todos tratan de imitarla; y su antigua capital Xi'an, sigue siendo la ciudad más poblada del mundo por delante de Bizancio o Bagdad. En las islas del Japón la cultura del continente lo es todo, adaptan su escritura, sus artes, su religión, su ordenamiento político y social, e incluso construyen en un prodigio humano una nueva capital a imitación de la china, Heian-kyo (actual Kyoto). El modestísimo "imperio" apenas domina la mitad sur de la isla más grande del actual Japón, esa que parece una jota, y no conoce el punto sobre la jota de la gran isla del norte. Pese a lo cual tienen, a imitación de sus poderosos vecinos al otro lado del mar de China, un reino fuertemente centralizado y burocratizado en diversos rangos cortesanos.
El periodo Heian está considerado la Edad de Oro de la cultura nipona. Fué donde forjaron su idiosincrasia cultural, ampliamente copiada de la china. Abarcó del 794 al 1185. De gran brillantez formal, que algunos exageradamente han comparado con el Siglo de las Luces europeo, su centralismo imperial fue minado por las nobles familias cortesanas causando una decadencia que se extendería durante siglos hasta la era Meiji. En efecto aquel "imperio" estaba montado sobre el pago a los funcionarios con lotes de arrozales y sirvientes. Y el pago era muy desigual, de un bajo cargo a uno alto podía decuplicarse el lote. En teoría siguendo el confucianismo había durísismos exámenes para la administración pública. En la práctica, y muy a la española, los hijos de los nobles entraban con un alto cargo sin necesidad de exámenes. Prácticamente un 40% de la producción nacional se destinaba a la corte. Antes de que alguno se lleve las manos a la cabeza, os diré que en la posteridad feudal, era un 70-80% de la producción la que iba a para a los gastos suntuarios de la nobleza. Si lo pensamos es lógico, más cortes, más necesidad de aparentar y esto también explica por qué durante siglos Japón se negó a abrir puertos comerciales a los extranjeros: no tenían nada que vender.
Curiosamente fueron las mujeres las que fijaron el canon de "la cultura japonesa" no porque fueran grandes creadoras sino porque reflejaron exhaustivamente el mundo que las rodeaba. Una de esas mujeres pertenecía al poderoso clan de los Fujiwara -que terminarían fragmentando el centralismo de Kyoto- y era bastante crítica con los mangoneos de su familia quizá por eso utilizó el seudónimo de Murasaki Shikibu al escribir sus poemas y su diario.
http://jkllr.net/2009/10/04/a-look-at-l ... ry-part-1/
Pero su obra más celebrada y con razón es "Historia de Genji", que os podéis descargar gratis acá:
http://www.lectulandia.com/book/la-historia-de-genji/
Es la traducción española de la versión inglesa, incluye abundantes notas por capítulo, muchas explicando el origen de los poemas recitados o las costumbres de antaño y otras un pelín redudantes pues la autora no siempre pone nombres sino que identifica a los personajes por su localización, un poco al modo en que occidente las personas se presentaban dando su nombre y localidad de nacimiento. Yo aporto además este pequeño estudio de las residencias pues muchas intrigas amorosas transcurren entre las distintas dependencias:
http://www.sengokudaimyo.com/shinden/Shinden.html
Son cincuenta y cuatro capítulos y pensaba colgaros un resumen de cada uno pero aún voy por el quince. Que ves a Genji pasar de la adolescencia en donde ama a todas las mujeres sin importarle sus defectos, a la madurez donde sigue teniendo amantes pero ya le fastidian algunos hábitos de cada una de éllas. Le ves avergonzado de ser un tarambaina pese a todo el cuidado que pone por no estropear la reputación de sus queridas y adoptar una niña para hacer de élla su segunda esposa, pero cuidarla como un padre, jugar con élla a las muñecas y construirle casitas. Ves como la chica ya casadera se enfurruña por pensar que la cuidaba sin contraprestaciones y no veáis cuando Genji le dice que tiene otras amantes el cabreo que se pilla ante la estupefacción de Genji, encima que es honrado y no le oculta nada.
Os lo estoy contando un poco de broma, pero de verdad que merece la pena leerla. Es un libro muy, muy bonito, agradable, luminoso y tranquilo. No todo es azúcar y romances, también están las intrigas palaciegas, el destierro de Genji y su completo desprestigio. sus rivalidades con sus amigos en plan macho machote, el seducir a damas del clan Fujiwara como pequeña venganza ante la persecución a la que le someten. No todo en Genji es luminoso y tranquilo, pero sí es un hombre reflexivo y brillante, por contradictorio que parezca.
No tenéis porque leeros el libro de un tirón, muchos de sus capítulos son individuales y no parecen estar conectados aunque conforme transcurren los nuevos van apareciendo referencias a los pasados, pero si merece echarle un vistazo y dejarse atrapar por él. Os gustará. Os gustará mucho.