golondrino escribió: ↑30 Oct 2019 19:44Depende del purista que te toque puede ser terriblemente malo, pero yo como no soy purista, te lo diré desde un punto de vista Zen.
Si tú no has obrado a mala fe, es decir, que no eras consciente de que lo estabas haciendo mal, no has ganado ni perdido nada más que tu tiempo. Si, tras darte cuenta de que has obrado mal, eres consciente de ello y sientes algo de regomello, enhorabuena, quizás en la próxima ocasión estés más pendiente, lo que implica que has cambiado.
Y una oportunidad de venderle unas gafas a la señora, eso también lo has perdido.
Obré con bastante buena fé, pero ya se ve que no con toda la atención que necesitaba el momento.
Lo de las gafas sí que me duele, que se la veía con potensia monetaria y le habría podido encasquetar unas Carolina Herrera mínimo. :(
Yo también hice hasta 8º de EGB en el cole y luego ya pasé a 3º de la ESO porque mi instituto fue uno de los pioneros a nivel de Comunidad de Madrid (construído y estrenado el año que empecé 3º), en implantar la ESO. Fue una cosa curiosa, porque mi mujera, que es del mismo año que yo (1983) e iba a un cole de pijos madrileño, creo que no hizo la eso hasta 1º de Bachillerato (que es lo que antes era 3º de BUP). Parece que cada cole podía hacer un poco lo que quisiera, no sé, eran los locos años 90 con Aguirre de Menestra de Cultura*.
Realmente pese a que exista cierta diferencia de edad, a nivel phoril y mental no se nota demasiado. O todos los veteranos sois un poco enanos mentales (afortunadamente, que conste), o los treintañers estamos ya viejunos. La cosa es que casamos, que es lo que le da la calidá a la película.
*Aguirre en persona vino a inaugurar nuestro instituto, en su día (calculo que era 1997), el más moderno de la Comunidad, con equipamiento guais, diseño molón, sala de música insonorizada, gimnasio enooorme, varias pistas de diferentes deportes, y un ala enorme en el que se impartían Grados Medios de mecánica y electromecánica, que más parecían un taller de coches bien equipado que un instituto público. Todo bastante bien, la verdad. El caso es que vino a visitarnos y a nosotros nos tocó en medio de clase de dibujo técnico (asignatura que se me daba de mierda, como todo lo que tiene que ver con dibujar).
Recuerdo que cuando hizo el paseillo por el aula y pasó por mi lado, miró durante unos 3 segundos mi
engendro dibujo y una especie de consternación se dibujó (valga la redundancia) a su vez en la cara. También era la época en que a Aguirre nos la vendían como poco menos que una retrasada mental, época Caiga Quien Caiga, del bulo de Sara Mago y demás, así que su opinión me la bufaba. Pero por un momento puedo decir que La Reina Rana fue Testigo de mi Harte. A lo mejor a partir de ese día algo le hizo click en el selebro y se puso a tope con las mamandurrias y a elegir MAL a sus segundos de a bordo. No sé. Como cuando en los libros de Lovecraft los protas son testigos del Vacío Primigenio en alguna de sus formas, y pierden 30 puntos de cordura de golpe. Yo quiero recordarlo así.
Bueno, a lo que iba, el caso es que al lado de mi instituto está valla con valla mi antiguo cole, lleno a rebosar de excompañeros míos que habían repetido 8º de EGB y se habían quedado allí un año más (en los recreos los que estábamos ya en el instituto nos acercábamos a la valla a ver a los del cole y les pasábamos por lor barrotes comida que nos encargaban de la cafetería como en una cárcel brasileña). Aguirre se metió en su coche para irse y arrancó, pasando por delante del colegio, donde decenas de chavales la estaban diciendo cosas. El coche paró un momento porque debían pensar que la estaban saludando. Una puerta trasera se abrió, saliendo un señor (¿de seguridad?) a otear y ahí ya se dieron cuenta de que realmente la chavalada no la estaba loando ni diciendo GUAPAAAA!! A LOS SIELOS CON ELLAAAA!!!, sino más bien PUTA!!!! RUBIA DE BOTE!!! HIJADEPUTAH!!!!!
El tipo se metió ipso facto de nuevo en el coche, que arrancó como en una serie de polis de los 80, y desapareció por siempre jamás por el horizonte.
Pocas veces he estado más orgulloso de la juventud de mi pueblo y del clásico sentido del humor serrano.
Vaya chapa.
