Cuent You

[golondrino]

De guarros nada, adictos a la Oxitocina.... que tenemos un problema hoyga.

Edito:


Bonus extra:

[Navajo]

Buenas hamigos, cuánto tiempo ¿Que tal sus va? A mí al final, en el hospital no me renovaron, cuando hice los 3 años en noviembre nos tenían que hacer fijos y decidieron externalizar servicios en lavandería y el tema de ordenanzas por la tarde apañárselas con los pocos que hay, en fin, me veo de nuevo en el pHaro, hace poco me salió un curso que pinta interesante y me puede abrir mucho el mercado laboral, instalación, reparación y mantenimiento de puertas automáticas, lo da una empresa y se suele quedar con los que aprueban, me mola porque yo de electricidad y electrónica poquito tirando a nada y aquí estoy aprendiendo bastante, la mecánica de estas cosas ya la tenía controlada de un anterior trabajo, tengo un grupete de compañeros curiosos/divertidos, hay uno que es un cuñado de manual que interrumpe siempre a uno de los profes, es como Alfredo Landa en versión mórbida y si hace un comentario gracioso y alguien se ríe se puede tirar toda la semana repitiéndolo, hay dos compañeras de Europa del este una de ellas está para enterrarle la nutria en lo más hondo de su guarida, por lo demás nada reseñable, la otra... Es rara, como poco... Es compacta, con unas manazas que te dan una hostia y te visten de luces y la cara... Si tuviese barba es como el enano ese del señor de los anillos que va con Drag Queen ese de pelo blanco, bueno, ya os contaré más sobre esta gente.

Por lo demás, Criadillas, a mí me pasó algo parecido a tí, debajo de mi casa había un local de testigos de Jehová que se piraron y el local quedó vacío unos años, al tiempo entraron también unos latinos con fiestas salvajes que duraban toda la noche y parte de la mañana, llamé un par de veces a la policía y como el que oye llover, encima salían a la calle cuando se iba la policía y empezaban con recochineo que a ellos la policía se la sudaba, un jueves les vi metiendo bebida en el local, sabía lo que se avecinaba el fin de semana, se me hincharon los cojones y me fui a la droguería y compré agua fuerte, ese viernes empezaron con la matraca, me esperé a las 3 de la mañana que por la calle no pasa ni el gato, llené una botella de medio de coca cola con agua fuerte y unas bolitas de papel Albal y se lo tiré por un ventanuco, el peo que pegó eso fue curioso (de críos lo hacíamos con botellas de dos litros y pegan un hostiazo cojonudo) y la humaera que soltó, oye, mano de santo, acabaron ellos llamando a la policía acojonados, nunca más volvieron, ahora el local es un sitio de reformas, espero que te pueda valer la idea.

[Ruttiger]

Hay productos que de tanto en tanto me apetecen mucho, me los compro y me decepcionan siempre.

Me pasa con la mortadela. Veo una mortadela italiana en la charcutería con aspecto lozano, brillante, sabroso, cara de cojones porque la calidad se paga. Y me digo ¿Vas a volver a caer en tu propia trampa? Cómprate una longaniza secallona, que nunca te decepciona. Pero ahí está, esa mortadela, jugosa, con su sensual color a gorrino feliz, con su golor a glutamato monosódico y polifónico y con puntito de sudor erotizante como el escote de Dunker en agosto. El charcutero me nota interesado y me pregunta si quiero probar y yo nos miento a los tres (al charcutero, a la mortadela y a mí mismo). Le digo que no, que no me apetece ahora cuando por supuesto que me apetece, muero de ganas por meterle un bocao a ese manjar que aúlla mi atención al otro lado del aparador. Pero sé que si la pruebo se me van a pasar las ganas porque me va a decepcionar y el único remedio que conozco contra la tristeza de mi cinismo de señor mayor gruñón es permitirme de vez en cuando este tipo de falsas ilusiones. Y quizá me estoy equivocando, tal vez toda esta expectativa que va a acabar inevitablemente frustrada, es la que provoca, en último término, la podredumbre de mi alma. Quién sabe si sería un poco más feliz si mantuviese siempre los pies en el suelo en lugar de dejarme llevar por falsos cantos de sirena a las que se les ve la cremallera del disfraz y el plástico de la peluca desde dos islas de distancia. Pero no, como siempre me boicoteo a mí mismo, pongo los ojos en forma de corazón y le digo al charcutero que trescientos gramos, pero córtemela finita. Supongo que en algún momento de mi vida probé una mortadela buenísima y aquella experiencia distorsionada por la idealización inevitable por el paso del tiempo hacen que siga buscando aquel lugar feliz, aquella infancia perdida en la que las meriendas eran delante de la tele y estar gordo valía el respeto de tu abuela; pero ya con cuarenta y varios, más cana que pelo y arrugas en el ceño de fruncirlo, debería haberme dado cuenta de que aquella mortadela es platónica, quimérica, que no existe más que en el mundo de los anhelos frustrados. Y efectivamente, cuando llego a casa y, de pie, en gayumbos, ante la nevera, degluto la sosez ligeramente viscosa que me llevo a la boca a pellizcos desganados me decepciona de forma estrepitosa, como siempre.

Pues tengo desde ayer un antojazo de Fritos-Fritos-Fritos, Fritos de Maíz El sabor auténtico de puro maíz, que lo fleepas, Manolo.

[Criadillas]

Por lo demás, Criadillas, a mí me pasó algo parecido a tí, debajo de mi casa había un local de testigos de Jehová que se piraron y el local quedó vacío unos años, al tiempo entraron también unos latinos con fiestas salvajes que duraban toda la noche y parte de la mañana, llamé un par de veces a la policía y como el que oye llover, encima salían a la calle cuando se iba la policía y empezaban con recochineo que a ellos la policía se la sudaba, un jueves les vi metiendo bebida en el local, sabía lo que se avecinaba el fin de semana, se me hincharon los cojones y me fui a la droguería y compré agua fuerte, ese viernes empezaron con la matraca, me esperé a las 3 de la mañana que por la calle no pasa ni el gato, llené una botella de medio de coca cola con agua fuerte y unas bolitas de papel Albal y se lo tiré por un ventanuco, el peo que pegó eso fue curioso (de críos lo hacíamos con botellas de dos litros y pegan un hostiazo cojonudo) y la humaera que soltó, oye, mano de santo, acabaron ellos llamando a la policía acojonados, nunca más volvieron, ahora el local es un sitio de reformas, espero que te pueda valer la idea.

Tomo nota atentamente, amigo.

Si veo que la cosa se desmelena por parte de mis fiesteros vecinos, te doy un toque, quedamos en un bareto de viejos, nos hartamos a cerveza y a torreznos o a lo que más te mole, y me explicas bien a fondo cómo carajo se hace ese tipo de invento.




Rutti:

Pocos relatos tristes he leído más tristes que este de la mortadela. Me tienes con el labio tembloroso.

Yo soy de los que opina que hay que rascarse todos los picorsitos que se puedan. Y desde luego los picorsitos en formato ANTOJO BRUTAR, más que ningún otro.

Si tu body pide Fritos, Fritos se merece. Cuanto antes mejor.

[Polina]

Vaya dos postests más maravillosos.
Además cuando después de leer el de Navajo, aún con los ojos como bolas ante tamaña belleza, empieza el de Ruth a llevarme por derroteros del todo ajenos al anterior, me encontraba fantaseado con que hiciese al final un triple tirabuzón sin red a lo Proust (por ahí iba cuando enfilaba el recuerdo de la infancia) y la mortaleda hubiese estado gloriosa y redondease ese rizo diciendo: "Así me enfrento a cada reentrada de Navajo en el pHoro, pero éste nunca decepciona".

[Corvux corax]

Como no encuentro el hilo del café y necesito publicar esto a las seis y dos exactamente...

A Pocholna: no beberás café pero aquí estás como un pincel, sincronizando conmigo y con las cinco en Uk, leyéndome.
Yo con pamela y guantes de rejilla y tú con tu peluca poniendo la cara de loco de Wetton, please




Y a Wendi con lo de mandarme un macropelusa:

Don't
don't answer me.

Not!, please.

Don't break the silence, Don' t

Don't,

please


Firmado:

THE SHADOW

[Corvux corax]

Las fantasías de Indio dando consejos son, cómo no, de entrada triunfal:manipular mezclas con líquidos fuertes tras ver su tutoríal infantilode de youtube. Tuvo puntería certera a la primera y mucha, mucha fantasía y mimo, que es lo que tiene:mimo.

Sobre las descripciones que ha hecho ¿cómo no? finalmente centradas en sus compañeras de curso, estoy esperando al siguiente episodio que os adelanto yo resumido en pocas líneas:
Se envalentona despiadado aquí con retrúecanos redichos tras haberse comportado delante de ellas durante horas, días, incluso meses, sumiso y mansísimo.

[Corvux corax]

Hay productos que de tanto en tanto me apetecen mucho, me los compro y me decepcionan siempre.

Me pasa con la mortadela. Veo una mortadela italiana en la charcutería con aspecto lozano, brillante, sabroso, cara de cojones porque la calidad se paga. Y me digo ¿Vas a volver a caer en tu propia trampa? Cómprate una longaniza secallona, que nunca te decepciona. Pero ahí está, esa mortadela, jugosa, con su sensual color a gorrino feliz, con su golor a glutamato monosódico y polifónico y con puntito de sudor erotizante como el escote de Dunker en agosto. El charcutero me nota interesado y me pregunta si quiero probar y yo nos miento a los tres (al charcutero, a la mortadela y a mí mismo). Le digo que no, que no me apetece ahora cuando por supuesto que me apetece, muero de ganas por meterle un bocao a ese manjar que aúlla mi atención al otro lado del aparador BLA BLA

[Navajo]

Por lo demás, Criadillas, a mí me pasó algo parecido a tí, debajo de mi casa había un local de testigos de Jehová que se piraron y el local quedó vacío unos años, al tiempo entraron también unos latinos con fiestas salvajes que duraban toda la noche y parte de la mañana, llamé un par de veces a la policía y como el que oye llover, encima salían a la calle cuando se iba la policía y empezaban con recochineo que a ellos la policía se la sudaba, un jueves les vi metiendo bebida en el local, sabía lo que se avecinaba el fin de semana, se me hincharon los cojones y me fui a la droguería y compré agua fuerte, ese viernes empezaron con la matraca, me esperé a las 3 de la mañana que por la calle no pasa ni el gato, llené una botella de medio de coca cola con agua fuerte y unas bolitas de papel Albal y se lo tiré por un ventanuco, el peo que pegó eso fue curioso (de críos lo hacíamos con botellas de dos litros y pegan un hostiazo cojonudo) y la humaera que soltó, oye, mano de santo, acabaron ellos llamando a la policía acojonados, nunca más volvieron, ahora el local es un sitio de reformas, espero que te pueda valer la idea.

Tomo nota atentamente, amigo.

Si veo que la cosa se desmelena por parte de mis fiesteros vecinos, te doy un toque, quedamos en un bareto de viejos, nos hartamos a cerveza y a torreznos o a lo que más te mole, y me explicas bien a fondo cómo carajo se hace ese tipo de invento.




Rutti:

Pocos relatos tristes he leído más tristes que este de la mortadela. Me tienes con el labio tembloroso.

Yo soy de los que opina que hay que rascarse todos los picorsitos que se puedan. Y desde luego los picorsitos en formato ANTOJO BRUTAR, más que ningún otro.

Si tu body pide Fritos, Fritos se merece. Cuanto antes mejor.

Pues es bastante sencillo hamigos, llenas la botella de agua fuerte y le echas un par de bolitas de papel plata, la tapas echando hostias, la agitas y la lanzas, no la tengas mucho rato en la mano porque no tarda mucho en petar.
De pequeño me crié en el típico barrio que todo alrededor era descampado, los entretenimientos eran cazar bichos, pegar pedradas y explotar cosas, una tarde de verano o finales de primavera andábamos mis hermanos y yo con nuestra botella de agua fuerte recién robá y allá que nos fuimos a hacer nuestra "mascletá freestyle" también andaba por allí mi primo el Marquitos, que nunca fue el lápiz más afilado de la familia navajo, total, que llenamos la botella de 2 litros, metimos el papel, agitamos y echamos a correr, pero aquello, por lo que sea, no petó, se hincho muchísimo la botella pero no petó, no había problema, otras veces había pasado y sabíamos que con pegarle una pedrá a la botella esta estallaría y a eso nos pusimos. Pero resulta que la puta botella no petaba, de repente por allí apareció el Marquitos, el monguer de los navajo y le dijimos "Marquitos, acércate a la botella, le pegas una patá y te vienes corriendo" el nos miró con la inocencia en los ojos que te da el ser gilipollas de remate y nos dijo "pero no va a pasar nah ¿No?" Nosotros le tranquilizamos diciéndole que verás las risas luego... Según la puntera de su pie tocó la botella aquello pegó un petardazo de la hostia, nosotros solo oíamos sus berridos porque el humo no nos dejaba verlo, cuando apareció su zapatilla camping empezaba a medio pie y sus ropas estaban rápidas por donde había salpicado el líquido, mi tía, por lo que sea, se enfadó bastante y hubo disgusto en la tribu navajo, es una cosa que mis hermanos y yo aún a día de hoy carcajeamos al recordarlo, Marquitos no, pero como es gilipollas y no le tenemos mucho aprecio nos da un poco igual.

[wendigo]

Hostias, qué hijoputas.

Yo de chaval también he hecho bombas de esas. También haciamos pólvora con las pastillas de las llagas.