Promesa
Publicado: 13 Jun 2006 19:23
Para Dolordebarriga.
No sabes lo que me cuesta parir este relato. No estoy con el estado de ánimo adecuado para escribir, así que no prometo nada. Si no le gusta, siempre que el embalaje esté en perfectas condiciones y me traiga el tique, le devolvemos el dinero.
Estoy cansado.
La vida debe ser algo más que un espectáculo de sangre para los dioses. Anhelo la playa, la arena entre los dedos, la vida despreocupada que un día abandoné para alcanzar la gloria, la fama inmortal
Otra vez debo pelear.
Viva no eras más que otro enemigo, tu armadura relumbraba con el sol del campo de batalla, eras una llama, eras mi realidad más allá de cualquier pensamiento.
Te he vencido.
La sangre de tu cuello se desborda en tu pecho. Te arranco el metal que tan falsamente te protegía para saber si sigues siendo llama ante la tarde que se apaga.
Y enloquezco.
Eres tan bella que me dueles. Matarte ha sido una aberración que mis manos han cometido. Clamo al cielo y chillo su perfidia a los dioses que han querido que mi brazo sea tan poderoso para acabar contigo. Te beso los párpados y las mejillas que ya están fríos.
Ya no te odio, ya no eres mi enemigo. Yo mismo cavaré tu tumba, pero antes te haré el amor, para que además de mi fuerza conozcas también mi dulzura.
Aquiles llorará siempre por ti, Pentesilea.
No sabes lo que me cuesta parir este relato. No estoy con el estado de ánimo adecuado para escribir, así que no prometo nada. Si no le gusta, siempre que el embalaje esté en perfectas condiciones y me traiga el tique, le devolvemos el dinero.
Estoy cansado.
La vida debe ser algo más que un espectáculo de sangre para los dioses. Anhelo la playa, la arena entre los dedos, la vida despreocupada que un día abandoné para alcanzar la gloria, la fama inmortal
Otra vez debo pelear.
Viva no eras más que otro enemigo, tu armadura relumbraba con el sol del campo de batalla, eras una llama, eras mi realidad más allá de cualquier pensamiento.
Te he vencido.
La sangre de tu cuello se desborda en tu pecho. Te arranco el metal que tan falsamente te protegía para saber si sigues siendo llama ante la tarde que se apaga.
Y enloquezco.
Eres tan bella que me dueles. Matarte ha sido una aberración que mis manos han cometido. Clamo al cielo y chillo su perfidia a los dioses que han querido que mi brazo sea tan poderoso para acabar contigo. Te beso los párpados y las mejillas que ya están fríos.
Ya no te odio, ya no eres mi enemigo. Yo mismo cavaré tu tumba, pero antes te haré el amor, para que además de mi fuerza conozcas también mi dulzura.
Aquiles llorará siempre por ti, Pentesilea.