Más allá del bar

[¿Quien es este tipo?]

...recuerdo los días siguientes como algo atemporal: los días pasaron rapidamente, pero había momentos en ellos que iban muy despacio, como a cámara lenta.

Mi acusación de espionaje, el juicio express y mi ingreso en una prisión de las afueras de Moscu.

El comunismo cada vez mas debilitado, debía mostrar su poder frente al capitalismo y para eso me usaron a mi, injustamente, de cabeza de Turco.

Mi situación era bastante extraña, supuestamente encerrado de por vida esperaba, en vano, que mi gobierno hiciera todo lo posible por devolverme con mi añorada familia, pero el miedo a una inminente guerra hizo que me convirtiera en un daño colateral. Yo seria lo que la historia recuerda como un héroe, un hombre que con su sufrimiento evitaría el de millares de personas.

La cárcel al principio no me resulto muy dura. Estaba todo el tiempo posible en mi celda y trataba de relacionarme lo menos posible con los demás presos. Entonces prefería tratar mi condena día a día, afrontar que iba a estar el resto de lo que me quedara de vida en aquel lugar podría haberme vuelto loco.

De echo, creo que así fue...

[¿Quien es este tipo?]

...Rutina.

Así puedo definir los primeros meses. Pura rutina. Yo intentaba ser invisible. Había decidido que esa seria mi estrategia de supervivencia hasta que me sacaran de allí.

Estaba la mayor parte del día en mi celda, y en las zonas comunes como el comedor me sentaba en el rincón mas oscuro y solitario.

Mi familia me informaba de sus acciones, moviéndose en la embajada, prensa y buscando apoyos y soluciones a este error.

Yo me aferraba a estas visitas como un clavo ardiendo. Ellos eran los únicos que me sacaban de la pesadilla del dia a dia.

Sin embargo, un día mis padres me dijeron la noticia que yo quería oír, sus continuas idas y venidas habían recibido respuesta del gobierno, apelando a su deber de patriotas les habían "invitado" a desistir, dejar el caso en manos de la embajada y a volver a nuestro país, y ellos se habían visto obligados a aceptar.

Esa visita fue la ultima vez que vi a mis padres con vida y mi reacción aun me avergüenza, les insulte, les grite y les dije que les odiaba por rendirse. Les odiaba por abandonarme a mi suerte.

Ahora sabia que ya no había escapatoria, así que todo daba igual. Iba a morir en esa cárcel.

En la soledad de mi catre, con la mentalidad mas fría que pude conseguir, dadas las circunstancias, reflexione sobre como debería actuar a partir de ahora. Estaba claro que un yankee como yo no iba a pasar desapercibido eternamente, y ya que mi estancia iba para largo, sopese mis opciones y elegí una.

Al día siguiente a la hora de comer fui en silencio y con la cabeza gacha como de costumbre a por la bazofia que llamaban comida, deje que llenaran mi bandeja con una especie de puré blancuzco, un trozo de pan duro y un poco de queso.

Fui hacia mi rincón y sin mediar palabra estampe mi bandeja contra la cara del guardia mas cercano.

El ruido fue como un chasquido seco, su tabique nasal se partió con facilidad y manaba un abundante chorro de sangre, el guardia estaba desplomado en el suelo, tumbado boca arriba convulsionándose por el dolor y yo, en un acto de generoso altruismo, decidí solventarle ese problema. Agarre la bandeja con ambas manos y me tire adelante con el peso de todo mi cuerpo.

La cabeza no se separo totalmente del cuerpo, un tendón y el pellejo del cuello la sujetaban.

Según mis pensamientos, lo siguiente que harían los guardias seria matarme allí mismo y acabaría por fin esta pesadilla, pero en lugar de eso me dieron una paliza de muerte y me encerraron en una celda diminuta y sin ventilación.

Olvidé incluir en mis cálculos lo poco valiosa que es la vida de un individuo para el sistema comunista...

[¿Quien es este tipo?]

(444)...Los días en el agujero no estaban tan mal cuando te acostumbrabas.

Era una arqueta de acero muy estrecho, de metro y medio por metro y medio, con una puerta por donde me metieron que tenia una trampilla a través de la que introducían mis comidas.

Ademas tenia 2 tuberías, una de entrada y otra de salida, de unos 15 cms de diámetro, por donde discurrían las aguas fecales de la prisión.

Vamos, pasaba el día rodeado de mierda.

Nada mas meterme aquí el repentino hedor me forzó a vomitar. Vomite tantas veces que ya solo chorreaba esputos de bilis. Aun así las arcadas no cesaron hasta varias horas después.

La comida también era bazofia. Un puré aguado y verduzco que yo no dudaba que estaría condimentado con residuos orgánicos de todo tipo de los guardias. También había un trozo de pan duro.

No se cual fue exactamente el punto de inflexión que cambio mi carácter, pero si debiera ponerle fecha a tal acontecimiento, sin duda seria el tercer día del agujero.

Desperté de mi sopor cuando la trampilla se abrió para traer la ¿comida?. Yo ya tenia claro que no iba a probar ni una sola gota del repulsivo caldo, y también tenia muy clara la idea que solo con el cuscurro de pan duro no iba a sobrevivir mucho tiempo en esas condiciones, así que estaba yo debatiendo sobre este dilema cuando la solución apareció por arte de magia delante de mis ojos.

Una rata, de tamaño mas bien pequeño, asomo por una de las tuberías dispuesta a atacar el caldo.

No dude ni un instante. Fue como una luz, una revelación que guió mis pasos mientras yo contemplaba la escena en un segundo plano.

Mi mano de un certero mamporro destrozo la cabeza de la rata.

Acababa de conseguir una fuente de suculentos hidratos de carbono y proteínas, y ademas, por lo que dice la gente, sabe a pollo.

El único problema era que no podía cocinar de ningún modo, así que solo tenia una opción.

Metí los dedos por su boca y tire con todas mis fuerzas despellejándola poco a poco. Elimine las tripas que me daban grima (mas adelante ya no despreciaría esos nutrientes) y le hinque mis dientes a la zona de los muslos y la ijada del roedor.

Toda la carne cruda, por lo general, tiene un sabor bastante fuerte y repulsivo, pero aquello me supo infinitamente peor.

Probablemente fuera porque mi subconsciente sabia que con ese mordisco se iba una parte de mi. La mas humana. Y no volvería jamas.

Este echo que acabo de relatar es una de esas cosas que pasan en la vida de un hombre que le curten. Que le hacen ver que va un paso por delante de los demás. Que es mejor que ellos. Me había enfrentado a una dura prueba y había salido victorioso.

Fuera por eso, fuera por la soledad y estrechez del agujero, con una mínima luz y rodeado de excrementos. O lo mas probable, fuera por una mezcla de las 2, aquel día me coloque un paso por delante de la humanidad.

Con todos los pros y todas las contras que este echo conlleva...

[¿Quien es este tipo?]

(498)...Era feliz.

Ajeno al mundo, apartado de todo y de todos, pero era feliz.

Mi dieta era mucho mas rica, ademas descubrí que exponiendo los órganos genitales de los ejemplares que cazaba llegaban mas ratas, había días que incluso cazaba 3 o 4, así que tenia un montón de huesecillos y pellejos para hacer manualidades.

Y en ello estaba.

Con las pieles logre tapar la tubería por la que entraban los residuos sólidos, ademas me hice un cacillo y ya estaba casi vacío el fondo de la arqueta. Incluso tenia un vasto orinal que me permitía arrojar mis excrementos por la tubería de salida que dejaba abierta.

La vida me volvía a sonreír. Y como cada vez que pasa eso, viene alguien a joderte.

En esta ocasión 2 guardias que me sacaron de mi refugio, me llevaron a un cuarto donde me aplicaron un jabón desparasitante en polvo y me regaron con una manguera de alta presión.

Después de eso me volvieron a meter en mi antigua celda.

Yo odiaba mi celda, odiaba la cárcel, odiaba a los demás presos y, en especial, odiaba a los guardias, pero ahora sabia la forma de librarme: tenia que cargarme a alguien.

El elegido tras unas horas de fría reflexión fue el guardia del recuento.

En el recuento nos ponían a todos en fila fuera de nuestras celdas. pasaban 2 guardias, uno contaba en voz alta y nos tocaba en el hombro, automáticamente debíamos meternos a nuestra celda, y el otro pasaba con una libreta donde verificaba la comprobación.

Debido a esto razone que era el guardia que mas se me acercaba y ademas siempre tenia la vista ocupada. Quedaban pocos minutos para el tercer recuento, así que fui a ensayar los gestos al interior de la celda, lejos de miradas curiosas.

Cuando tacho mi nombre en la lista y procedía a tachar al siguiente paso de largo y yo, saliendo de mi celda, me abalance sobre su espalda, con una mano le agarre el pecho y con la otra hice fuerza apartándole la cabeza hacia su derecha.

El mordisco que le aseste me lleno la boca de carne de un gusto mas agrio que el de la de rata y de una sangre con un sabor similar. Mis dientes respondieron a la perfección gracias al entrenamiento al que les sometía con los roedores en el refugio.

El hombre murió. Y no fue una muerte rápida. Como aprendí tiempo después lo que le ocurrió a aquel desgraciado fue que al cortarle varias venas del cuello entro aire por presión negativa. Ese aire convertido en burbujas en los vasos sanguíneos fue hacia los pulmones donde tapono los minúsculos capilares de los alvéolos impidiendo el intercambio de oxigeno. Así que se ahogo a la vez que se desangraba.

Y yo logre mi objetivo: volver al agujero, mi refugio, y recibir otra brutal paliza.

Pero esta vez no iba a estar tan feliz.

A los pocos días, aun se veían los estragos de las botas de los guardias en mi rostro, me sacaron de allí y me llevaron, ante mi sorpresa, al despacho del alcaide.

Y ese hombre me hizo una proposición que no pude rechazar...

[¿Quien es este tipo?]

534...el despacho estaba decorado de manera estoica. Dos sillas delante de una gran mesa de roble, una silla detrás, igual a las otras dos, nada de alardes, y, sobre la mesa, una hoja en blanco y un lapicero.

Eso, junto en el perchero, era toda la decoración del despacho.

Y eso decía mucho de la personalidad del alcaide.

Vassily Andreievich, o el alcaide Andreievich, era un hombre de estatura media y regordete. Tenia una calva incipiente y un bigote que empezaba a estar canoso y de el manaba un aroma marcial que me llevo a pensar acertadamente que había estado en el ejercito durante muchos años.

Sin invitarme a sentarme y sin sentarse el, se giro hacia la ventana que vigilaba todo el patio y comenzó a dar su discurso en un ingles no muy fluido.

-Este país esta enfermo. Se esta muriendo lentamente. Y a diferencia de lo que ustedes los americanos creen no son vuestras estrategias o vuestro poderoso ejercito lo que nos esta haciendo tanto mal, si tuviésemos el potencial que teníamos 50 años antes del comienzo de esta guerra fría como ustedes la llaman, no habrían tardado ni un minuto en ser borrados de la faz de la tierra.

Somos nosotros mismos los que estamos acabando con el glorioso sueño de la URSS.

Mire esta cárcel, dentro hay de todo, asesinos, violadores, timadores, ladrones. Todos ellos están pagando lo que han arrebatado a esta sociedad, y al cumplir sus condenas, y ni un minuto antes, esa deuda estará saldada para siempre y podrán comenzar de cero.

Pero el problema es que no todos han cometido acciones tan perdonables. Hay una minoría que le ha echo mucho daño a la madre Rusia, y ellos no deberían salir de aquí jamas.

Ellos están carcomiendo las entrañas de este país y deberían pagar por ello con sus vidas.

Hizo una pausa, y recomponiendo el tono inicial de su voz, volvió a la carga:

-Usted parece que se divierte matando guardias. Buenos chicos que solo intentan hacer su trabajo de la mejor manera posible. ¿No le cansan las palizas? ¿No le asquea dormir entre heces todos los días?-En ese instante bajo la voz convirtiéndola en un susurro casi inaudible y me dijo- Si esta dispuesto a escuchar, puedo hacer que su modus vivendi sea mejor, considerablemente mejor.

Adelante, le respondí, le escucho.

Se giro y, mirándome con unos ojos azules mas fríos que el corazón de siberia, me dijo:

-Bien. Se trata de que usted desvíe el punto de mira de sus acciones de los guardias a los presos; A determinados presos que yo le indicaría y que, por supuesto, usted se encargaría de eliminar a su modo.

Se giro y me dejo digerir sus palabras. La verdad es que le estaba cogiendo el gusto a eso de matar, y ya que iba a pasar el resto de mis días en esa infecta prisión, por lo menos hacerlo a mi manera.

-Acepto señor, le conteste, y sin girarse llamó a los guardias para que me llevaran a mi celda y me dijo que ya tendría noticias suyas.

Esa misma noche, en mi celda, recibí mi primer encargo. Una foto con un nombre detrás. Vitaly Morunichenko. Como supe después el desgraciado era un informático que estaba dando problemas al KGB.

El seria el primero de una larga lista...

[Analphaveto]

....pero cuan equivocado estaba, no contaba con esa macabra broma que me jugaba el destino, me explicare, mi abuelo sufrio toda su vida problemas coronarios, lo que le obligaba a llevar una vida relajada y con un estricto control en su alimentación, geneticamente llevo su carga.Mi vida no se puede decir que ultimamente sea tranquila, aparte de que como cosas que harian vomitar a Rambo.

Y aqui estoy, heteme ahora, sufriendo un infarto de corazón, sin nadie que me ayude, y puedo prometeros que nunca volvere, como puchi, ni saldre en los especiales, ni homenajes, quiero que en el terreno de mi memoria sea hechada sal y olvideis mi nombre y lo gilipollas que pude lleguar a ser, bendita muerte, bendito angel ejecutor.....Slitbaiz,

Poco a poco nuestro personaje se va transformando en arbol.Estrellas-pasamos a primer plano de rama-estrellas-primer plano de una hoja-fundido en negro.

[Straika]

y suena... Daviiiiiid, mira que la luna se va,acuestate ya.