Ahora un poema de mi cosecha (¡creación gallega!):
En la noche, en la chimenea, la pota de caldo ya se tambalea.
La mujer de Marcelino mientras él durmiera ella le padalea...
O cal o cal o caldo de María sabe mal.
En la noche, en la chimenea, la pota de caldo ya se tambalea.
P.D Sin ética el hombre no tiene futuro. Quiero decir que sin esta la humanidad no puede ser ella misma. La ética determina las elecciones y las actuaciones, y sugiere difíciles prioridades. Sin embargo, la ética no tiene nada que ver con juzgar las actuaciones de los otros. Esos juicios constituyen la prerrogativa (con frecuencia autoproclamada) de los moralistas. En la ética existe humildad; los moralistas suelen ser sentenciosos. Fin.
A veces sueño que soy Winona Rider bailando sobre una lluvia de hielo en medio de la nieve y que un ser misterioso como Eduardo Manostijeras se dispone a abrazarme con sus tijeras y que el ser misterioso simboliza la PAZ y es en realidad también bastante un poco la JUSTICIA y se dedica a aniquilar con sus tijeras a TODOS los terroristas porque con ellos claro no se puede negociar y entonces el ser misterioso y yo nos besamos y entonces por fin soy feliz.
Cañita Brava escribió: Sin ética el hombre no tiene futuro. Quiero decir que sin esta la humanidad no puede ser ella misma. La ética determina las elecciones y las actuaciones, y sugiere difíciles prioridades. Sin embargo, la ética no tiene nada que ver con juzgar las actuaciones de los otros. Esos juicios constituyen la prerrogativa (con frecuencia autoproclamada) de los moralistas. En la ética existe humildad; los moralistas suelen ser sentenciosos. Fin.
¿Etica o silencio? Ese si es un enjundioso dilema. Dilema, según proclama el diccionario, es aquel argumento formado disyuntivamente por dos proposiciones contrarias con tal artificio que, negada o concedida cualquiera de las dos, queda demostrado lo que se intenta probar. Como las metamorfosis del lenguaje siempre arrastran consigo algún inconsciente desplazamiento social, podríamos interpretar que, al otorgar el rango de dilema a lo que formalmente se nos presenta como controversia, estamos claudicando tácitamente y negando la posibilidad de una solución distinta a la que dicta el llamado «Progreso». Creo que este, sin duda, constituye el signo más preocupante de nuestra época: el hombre parece haber dimitido de su capacidad para obrar de forma correcta; sus dotes polémicas y reflexivas, o si acaso el recuerdo vago de que exirían conceptos como "bien", "mal", "mujer", "transexual", y otros tantos han sido suplantadas por una suerte de resignación más o menos risueña o pesimista. ¿Para qué vamos a debatir sobre el bien y el mal si, a la postre, no importa cuál sea la proposición que elijamos, el dilema quedará demostrado?.
Luis María, maestro, no me hagas pasar por este trance. No me enfrentes con la dura realidad de ver a los que han sido los ídolos, guías, gurules ( o guruses) inalcanzables en su belleza y perfección, caer en el chocheo, la desmemoria y el mal afeitado. Yo te califiqué, con acierto y eco, como "seductor de mayores", y no me gustaría, Luis María, cada día, tener que hacerme a la idea de que la cruda realidad es otra. Que ha caido otro ídolo, roto en ml pedazos.
Coños, Luis María.
No, siéntate de nuevo, no te exaltes.
Mi obra, "Coños", fue la que me habías prestado y, bien sabes, como comodatario vengo obligado a su inmediata restitución cuando cumpliera el fin para el que se me había cedido. Y recuerdo perfectamente, cinceladas en piedra de cantera, las palabras que me dijiste al hacermelo llegar: "Cuando lleve fotos, me lo haces llegar, que a mi tanta letra y tan poca teta no me pone". Recuerda, Luis María, que hablé en él del coño de las sirenas, del coño de las momias, del coño de las batutsis y del coño de las ahogadas, por supuesto sin haberlos catado ni en figura; mi bisoñez, sin embargo, no fue capaz de emular la de cierto académico que, con cuarenta años asaz cumpliditos, seguía escribiendo clítoris con x. A pesar de la escabrosidad del asunto, me quedó un libro de una ingenuidad balbuciente que, inexplicablemente, fastidió mucho a los puritanos y a las feministas.
Pero, efectivamente no tenía fotos.
Y ahora, en tu enajenación, con esa voz engolada, salmódica y longeva, cuyo timbre va del putero encallecido de la que fue Calle Carretas a las reproducciones radiofónicas de Alvaro de la Iglesia, ahora Luis María, me vienes a pedir, mediante insulto, que te devuelva una colección de revistas ( que me he informado, eh) en las que ni siquiera salían coños depilados, sino al carboncillo y las tetas eran al natural....
Es posible, vale, que algunas veces al despertarme en la cama desease estar muerta y aullase gritos de dolor, pero lo he superado, he logrado aceptarme tal y como soy a base de pellizcarme los mofletes y subírmelos hacia arriba hasta dibujar UNA BELLA SONRISA que expresase con total franqueza mi estado de ánimo.
Soy feliz, no tomo drogas, soy joven, cívica y liberal. He escrito un libro.