CUERVICHAT: PRIMER AVISO.

[M. Corleone]

¿Pero qué es lo que está pasando aquí?

No lo sé, pregúntale a la nena.

[M. Corleone]

MOCIÓN DE CENSURA, moción de censura, gritaba la nena. Una y otra vez MOCIÓN DE CENSURA. La potencia de sus cuerdas vocales, fuera de toda duda. El tono, serio. El volumen, alto. El gesto, desesperado. Los sudores y color de piel, similares a los de un maratoniano infartado. MOCIÓN DE CENSURA, moción de censura. Nadie sabía qué gobierno impugnaba, ni cuál era el origen de su demanda, pero la nena lo tenía muy claro. Para subrayarlo, golpes de puños sobre la mesa. Caoba vieja, bien barnizada. MOCIÓN DE CENSURA. Escupitajos, producto de la pasión. Alguna que otra ventosidad. Diafragma contraído. MOCIÓN DE CENSURA. Al ver que se le acercaba alguien, pataleo. La única concesión posible, unas breves pausas dedicadas a centrar de nuevo la coleta. Movimientos mecánicos, mil veces repetidos. Y, claro, MOCIÓN DE CENSURA. Ante las preguntas, mutismo absoluto. En una ocasión amagó con coger unas tijeras, pero finalmente no lo hizo. Y luego vuelta a la MOCIÓN DE CENSURA. Cualquier aproximación era respondida con esa única, sólida, monolítica petición. La nena estaba fuera de sí.

Hoy la nena se ha levantado generosa. Su primera decisión del día ha sido darle su desayuno al gato. Tostadas con mermelada y leche. El minino se ha relamido. Ha dejado el plato limpio. Luego, ya en la calle, ha comenzado a regalar todas sus posesiones. Un coletero, para una chavala con la que se ha cruzado camino a la panadería. Sus gafas de sol, a un muchachito moderno. Estética cat-eye, marca buena, hand made acetato. Hacia el mediodía, sus discos, incluidos los de Spandau Ballet. Casi todos han sido para el taxista que le ha llevado al centro de salud (hay mucha cuesta). Su generosidad ha ido decayendo a medida que el día avanzaba. Pero aún ha dado tiempo, a punto de anochecer, para que a un policía municipal le tocara el premio gordo: sus calcetines con pajaritas. El agente, desconcertado, ha comenzado a llamar por radio pidiendo una ambulancia, creyendo que estaba ante una loca de atar. Pero la actitud de la nena lo ha desarmado. Pizpireta, sin resistirse, pero firme. Se ha ido, sin más. Hoy la nena se ha levantado generosa, y el agente urbano no ha sabido muy bien qué hacer. No es delito regalar calcetines.

[Corvux corax]

¿Qué te piensas, que no sé que vienes a MI CHAT para esconderte con tu cuadernito Oxford y escribir tus relatos automáticos?

Tú vente conmigo un día, que te vas a enterar de lo que es escribir mi diario pero el de verdad. Del centro de salud en el que vives olvídate, que ni lo vas a pisar (que me quitás todas las citas para atención primaria, enfermería, me las quitáis todas. Vamos, que no pillo nunca una. El médico incluso me ha tenido que llamar y preguntar: Cuerva, ¿estás bien? Bueno, pues por lo menos te haces una analítica que yo me quede tranquilo y tu madre.
Los resultados ya a saber por vía telefónica y pide otra cita a ver si te la dan, que está la gente muy malita.

¿Será posible esto?

Y por la noche si quieres vamos a bailar a Puerto Banus a una discoteca de polacos.

[Corvux corax]

Del curso de francés ligeeegggoo al que te apuntaste no dices ni pío, ¿eh?

Ayyy, albolariioo

[M. Corleone]

Del curso de francés ligeeegggoo al que te apuntaste no dices ni pío, ¿eh?

Ayyy, albolariioo

Mañana te hablo de esto.

[Corvux corax]

Sí, sí... mertxi boku

dirás que vendrás a txapurrear.

[Corvux corax]

Del curso de francés ligeeegggoo al que te apuntaste no dices ni pío, ¿eh?

Ayyy, albolariioo

El caso es que tras una buena temporada fantaseando con estudiar francés, como hobby, pues resulta que conseguí encontrar una academia que tuviera clase en mi horario se adaptara a lo que yo quería (empezar de cero) y me cobrara un precio adecuado (baratísimo, como se verá después) con la particularidad que, con todos los condicionantes que puse (solo un día a la semana, una hora y media, en un horario cómodo de 18 a 19:30) SOLO ESTABA YO, y la clase en realidad no era grupal, sino con una profa solo para mí.

Y eso resulta que es muy intenso. Porque en una clase grupal puedes ir un día con el cerebro a medio gas (por las tardes estoy muy cansado, de tanto forear toda la mañana), pero si estás tú solo... encima con un idioma desde cero... el caso es que fui A DOS PUTAS CLASES, y vi que me estaba agobiando, y que me daba pereza infernal, y que me suponía un estrés, y como no estoy para hostias y soy muy mayor y mi estabilidad mental es más delicada que la piel blanquecina de los pechos de Sydney Sweeney pues ME DESAPUNTÉ de la misma. Me cobraban, en el fondo, un precio de risa por una clase que era como una clase particular de nivel, y la profa era buena, pero joder, qué estrés.

Resumen: estoy mayor. Complicaciones las justas.

El caso es que ahora me aburro por las tardes. Ando en esa dualidad entre "me gustaría hacer algo por las tardes que sea constructivo y mantenga el cerebro en forma", y el "mi cuerpo no me permite deporte, y tengo la cabeza cansada".

Menuda puta mierda, pero CON UNA SONRISA.

¡No me gusta que desordenéis MIS COSAS!

[Corvux corax]

Al menos podrías haberme avisado antes de dejar definitivamente las clases para despedirte a lo grande de tu profesora a lo (te explico...):

Tú te despides educadamente tras lloriquear y ay ayy. Sales por la puerta pero de repente vuelves a entrar cuando ella no te espera y le preguntas poniendo la mirada de loco con peluca a solas delante del espejo: "Ah, ¿y sabes quién es el Prgrrresidente de tu le Frannggsiaa y del Paí Vaggko Frrranggsé?".
Rápidamente añades antes de que ella conteste:

"¡JEAN-MICHEL JARRE! MUAAAAAHAHAHA"

Y dando un buen portazo airado,

TE VAS

[Corvux corax]

Ya me imagino la portada que hiciste para estrenar tu cuaderno:

FRANCÉS

y una baguett dibujada debajo

Como si la estuviera viendo.

[Corvux corax]

Por cierto y hablando de francés: aquí en este foro sois todos embajadores musicales a la fuerza siempre, sobre todos los dos argentinos, que pese a tomar, para mi gusto, siempre demasiado mate y siempre exageradamente mate a Canadá le gusta mucho hacer barbacoi todo el año:



Huíd, digo, Huís