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Y se formaron las galaxias y las estrellas. Y se crearon y se extinguieron civilizaciones. Y finalmente Yongui dibujó:
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El tiempo equivalente entre el nacimiento y la muerte de Jordi Hurtado es lo que Jazzid tardó en escribir su réplica:
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Y cayeron las primeras nieves. Y las estaciones se sucedieron como páginas de un libro precipitándose inexorables hasta que a Undiosmenor, antes de desaparecer, le dio por dibujar:
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Los diccionarios tuvieron que redefinir el concepto de eternidad para justificar el tiempo que pasó hasta que Blondi respondiera:
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Una pausa en el discurso de Jesús Hermida después Pochola pergeñaría su arte:
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Que no tardaría (siempre que contemplemos el tiempo desde el punto de vista de dioses imperecederos e inmortales, en nuestro caso sí tardaría, muchísimo), en recibir su respuesta de Bailén:
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La moneda de tres caras se debate entre la tetuda feminazi cabreada y la tetuda cándida, pero feliz. Al fondo, sale el tren para Extremaydura 
El tiempo de uno de los viajes al pueblo en pleno Julio en el seiscientos familiar lleno hasta la vaca de tu infancia después llegó la reacción pictórica del Cacas:
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Un gogolplex de días sin pan más tarde el Gordison se dignaría a regalarnos con su respuesta:
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Varias eras geológicas más tarde vendría el Perrico con su arte:
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Samur quiso dejar que nos creciera a todos un metro de barba antes de ponerse a escribir:
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Luego vino Corleone para acabar con los finales felices al extinguir las perdices por mareo masivo:
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Cuando el dibujo de Zalai se despertó la humanidad ya no seguía allí:
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Babeando ante una pizzarra intentando diseñar una fórmula matemática que contabilizara los billones años que nos estaba costando acabar con este Teléphono, Peladillas acabó comiéndose la tiza. Y luego el borrador. Pero antes había escrito:
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Lechón se impuso el ritmo de dibujar de píxel por año, perimiténdose alguno sabático por el camino. Finalmente erigió:
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Un millón de monos aporreando sendas máquinas de escribir acabaron por hacerle el trabajo, en un tiempo razonable, a Pusterol:
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Aquello fue a las 8 de la mañana. Una jornada laboral de las más tediosas más tarde la Pollita, a costa de necesitar ayuda psicológica de por vida, tuvo lista su obra:
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Dunkah pensó que sería buena idea leerse un par de veces las enciclopedias Espasa y Encarta 2000 antes de atreverse a escribir su frase:
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Cristbluff se negó a dibujar nada hasta que le creciese el pelo. A los cuatrocientos treinta años, los de las orejas le alcanzaron para cruzarse por encima de la cabeza. Sólo entonces dibujó:
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Y no tardaría en responderle (porque TARDAR es un concepto que difumina su significado cuando se utiliza como referencia la edad media de una galaxia mediana) Luna:
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El Windows 95 de Blanqui tuvo que acabar de prepar e instalar las actualizaciones antes de que pudiera perpetrar todo su harte con el paintbrush:
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Con un palillo de dientes usado, Puaj grabó su texto en cirílico y sobre mármol:
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Un funcionario se fue a almorzar y le dio tiempo a volver antes de que Ramón se arremangase, afilase su lápiz y regurgitase la mayor hovra de harte jamás perpetrada por un mamífero con dedos más o menos prensiles:
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Chimpum
