Un hamigo de una hamiga de un conocido himaginario, cuenta que le sucedió la siguiente historia:
Estando de luna de miel, la parejita protagonista de la anécdota se quedó en un hotelazo en USA (no recuerdo si en NY, en Washington... da igual, supongo). Una noche se liaron por ahí y acabaron a las tantas de la noche. No sé cómo pero estaban relativamente cerca del hotel y fueron andando por calles desiertas. Si has visto cualquier película americana, eso siempre es un error. En efecto, al poco, vieron que un negro enorme vestido con chandal, gorra y gafas de sol (y eso que apenas amanecía) iba tras ellos, con un perro que parecía un cruce entre un pony y un tiranosaurio. Acojonados y racistas, aceleraron el paso. Pero el negro andaba con zancadas enormes e iba acortando terreno. Por suerte, estaban cerca del hotel, y entraron como una exhalación. Más tranquilos, se metieron en el ascensor, mirándose con cara de "joder qué susto".
Como siempre pasa, justo antes de cerrarse las puertas, aparecieron unas manazas negras que lo impidieron, y el meganegro y el megaperro entraron en el ascensor. El sudor frío empapó las ropas de la pareja de pardillos blancos. El negro, con los ojos escondidos tras las gafas, miró a un punto indefinido de su alrededor y, secamente, dijo: Sit!
La pareja se sentó en el suelo sin rechistar.
El negro y el perro (que se había sentado a la orden de su amo), se quedaron mirando, atónitos, a la pareja, que se abrazaba en el suelo entre lágrimas.
Y el negro comenzó a descojonarse.
La pareja, abochornada, se levantó del suelo indignamente, esperando llegar a la planta de su habitación. Cuando llegaron a su puerta, todavía podían escuchar las carcajadas del meganegro, que subía en el ascensor hacia el ático.
Al día siguiente la pareja se marchaba del hotel. Al ir a pagar la cuenta en recepción, el personal les informa de que:
- Mr. Leroy Smith ha pagado la cuenta. Y ha dejado esta nota.
Que decía asín: