NBA!!!

[Chino Moreno]

Yo cuando estuve el Miami igual, en el aeropuerto fui a la tienda de los Heats, y me molaron bastante algunas ediciones especiales. El problema es lo que tú dices, que verlas así mola mucho, pero si me las pongo yo, con mis pelánganos en los brazos y mi cuerpoescobro de cuarentón, pues voy a parecer una parodia de poligonero venido a menos.

[M. Corleone]

Yo cuando estuve el Miami igual, en el aeropuerto fui a la tienda de los Heats, y me molaron bastante algunas ediciones especiales. El problema es lo que tú dices, que verlas así mola mucho, pero si me las pongo yo, con mis pelánganos en los brazos y mi cuerpoescobro de cuarentón, pues voy a parecer una parodia de poligonero venido a menos.

En mi caso algo similar: yo estoy fino y mido 1,79, pero ver asomar mis bracillos peludos y blancos de codo para arriba en una camiseta de los Raptors es algo que impresiona hasta a las enfermeras de urgencias de las unidades de quemados. Por eso quería una de algodón de manca corta, de toda la puta vida, pero me volví del viaje sin comprar nada, ni una triste y clásica gorra de los Knicks. Por cierto, que cuando tenga tiempo tengo que dedicarme a un post largo sobre mi experiencia en el Madison.

[Chino Moreno]

Lo herpero hansioso.

[M. Corleone]

Lo herpero hansioso.

Ahí va la crónica del partido NBA que vi en el Madison Square Garden.

Por un lado, el partido fue un Knicks-Charlotte Hornets, que ya me habíais avisado que eran dos de los peores equipos de la NBA. Esto se confirmó, pero luego vamos a eso.

Lo primero, decir que el horario me gustó mucho, a las 19:30 un sábado, en el puto centro de Manhattan. La locura, ambientazo alrededor, etc. A mí me pareció demasiado agobiante, pero yo soy un agonías, quien tenga ganas de marcha lo gozará: luces, anuncios, vendedores piratas de entradas (falsificadas), vendedores de gorras y camisetas falsificadas chinas, etc.

Llegamos al estadio, y al principio te mosquea un poco, porque más que un estadio es un edificio más de Nueva York: no tiene forma de estadio. Yo estoy acostumbrado a Miribilla (bonito, pero con clara forma de estadio) y esto es un monstruo. Entramos, y controles de seguridad a cascoporro. Paso la mochila y una amable vigilante de seguridad me pregunta que qué cojones es eso que se ve en la pantalla, que parece una puta navaja de buenas dimensiones y a ver de qué cojones voy. Le digo en mi inglés macarrónico que no puede ser, que he dejado mi “swiss army knife” en casa y que “maybe it’s a side view of my cell pone”. Me mira con cara de “tú te crees que me chupo el dedo, puto habitante de país subdesarrollado” y rebusca en mi mochila, y saca el modelo más grande de Victorinox (https://www.victorinox.com/global/en/Pr ... /0.8361.63), y me dice claramente “¡¡TE HE PREGUNTADO Y ME HAS DICHO QUE NO!!”, como diciendo “lo que me decepciona no es que tengas una puta navaja, sino que me hayas mentido”. Mi hermana me mira con cara de “mira que eres desastre, te dije que la dejaras en casa” y yo respondo con morse de cejas algo así como “estaba convencido de que la había dejado, ya sé que es la segunda vez que te hago pasar por esto”. La segurata se lo piensa un poco, y finalmente me acompañan a un sitio donde puedo dejarla y me dan un recibo, para recogerla a la salida. Cuando vamos a entrar, otro segurata me dice en inglés “Nueva York es una ciudad segura, digan lo que digan, no hace falta traerse una navaja”. Yo la traigo para los bocadillos, joder.

Vamos entrando, y ves que no es un estadio al uso: es un puto centro comercial donde, además, hay una cancha de baloncesto en medio. Camino de nuestra entrada hay una tienda de los Knicks y del equipo de Fútbol americano de la ciudad (¿y de los Yankees?, no recuerdo bien) con mil millones de artículos. Luego, según vas subiendo pisos hasta tu asiento, ves que en cada piso no es que haya puestos de comida y bebida, sino que todo el anillo de cada piso está rodeado de ellos: todo es como un restaurante gigantesco. En todas partes se vende algo: nachos, perritos, hamburguesa y litros y litros de cerveza.

Por fin entramos y accedemos al sitio, como 35 minutos antes del comienzo del partido. No hay ni un alma, estamos prácticamente solos, y nos jamamos el bocata que habíamos llevado (no preparado adrede, sino que no nos lo comimos al medio día, y aprovechamos para que fuera la cena). Poco a poco va llegando gente. El videomarcador es gigante, y con una resolución impresionante. Nunca había visto algo así. Se ve casi mejor que la cancha, pese a que la entrada no está mal situada (sección 212, fila 3). Cuando compras las entradas puedes ver una imagen de cómo se ve el campo desde ese asiento, así que es lo que esperábamos, algo alejados, pero no mucho. En un lateral largo de la cancha, en el lado de los banquillos. Están los Knicks en la cancha entrenando, veo a Bobby Portis entrenando, tiene mucha presencia física, veo a Ntilikina, al que he conocido hace poco viendo vídeos, pero no conozco a nadie más. Les presentan de uno en uno, con el estado con las luces apagadas, y focos que van recorriendo el público, speaker, marcador, y hasta unos pequeños fuegos artificiales. Puro espectáculo. Luego entran los Hornets y veo al Hernangomez entrenando, y al resto de ellos (solo reconozco a Batum y su cara de yihadista guapo).

Para amenizar la espera, partido de baloncesto de unos niños muy pequeños (unos 9 años, calculo) con unos diminutos negros chupones que jamás pasan un balón (normal a esa edad) y tienen un dominio brutal para esa edad, entre los que destaca un niño blanco aún más pequeño que es un puto prodigio. 5 contra 5, el partido (muy cortito) acaba empate a 6. La gente aplaude, repetición de jugadas en el video marcador gigante, árbitros, la polla con cebolla. La experiencia de su vida para los niños, ante 15.000 personas (calculo) que rugen.

Luego, más tarde, himno americano con militares y banderas, público puesto en pie con la mano en el corazón y cantando por una chavala guapísima de putos 15 años que canta como los ángeles y te pone la carne de gallina y hace que te entren ganas de invadir países productores de petróleo subido en un Humvee.

Y empieza el partido. Cosas que me sorprendieron (no baloncestísticas):

-Música muy alta durante el ataque del equipo contrario, vale, lo entiendo, para joderles la concentración, pero también durante el ataque de los Knicks. ¿Cómo pueden jugar a baloncesto así? A veces te despistas y miras el partido por el videomarcador, en lugar de en directo.
-En todas y cada una de las pausas tienen un entretenimiento organizado: concursos en los que se interacciona con el móvil y el videomarcador, concursillos pseudoculturales, actuaciones de animadoras adultas macizas, animadoras y animadores (probablemente muy gays) jóvenes, animadoras niñas, otro partido de baloncesto (niños esta vez como de 11 años, algunos juegan increíblemente bien), un sorteo, lanzamiento de camisetas con bazookas y con unas máquinas lanzacamisetas similares a un pequeño tanque disparando artillería pesada (las camisetas llegan lejísimos). Cámara en un zeppelin a la que puedes saludar desde muy cerca, mientras cuentan los segundos que tardas en darte cuenta en que has salido a tamaño 20 metros en resolución HD. Todo con una coordinación, una seguridad, una organización impecable. Y con un juego de luces y un musicón y una vibración que te hace sentir como en un concierto de U2. ¿Cuánta gente hay trabajando para que todo salga como si fuera un desfile de fuerzas armadas norcoreanas? Todo esto es demasiado para mi delicado estado mental que pide calma, pero la gente LO GOZA.
-En uno de esos momentos aparece en el video marcador la “Celebrity cam” o algo así, que nos enseña que junto a la cancha, a puto pie de pista, están sentados el actor que hace de Hopper (el sheriff) en “Stranger Things” (ponen una escena de Stranger Things), el actor Billy Crudup (me paso medio partido intentando recordar su nombre) con la cara MUY estirada e inentando disimular que se está quedando calvo (a Billy no le dan nada de bola) y el actor hispano bajito y gordito que siempre hace de malo traficante, Luis Guzman (lo recuerdo con especial cariño de “Atrapado por su pasado”, Carlito’s Way, una de las últimas cosas decentes que hizo Al Pacino). Todos son tal y como te los imaginas. El público vitorea al que hace de Hopper, que se muestra avergonzado porque la escena que ponen en el marcador es aquella en que pone un disco para Eleven y se pone a bailar. Saco fotos con zoom con la cámara a Hopper, para que las vean mis hijos en casa cuando vuelva.
-Más movidas de divertimento que ahora mismo no recuerdo.
-La gente se levanta de su asiento 5 o 6 veces durante el partido (o más), y comen perritos, nachos, hamburguesas y, sobre todo, cerveza y más cerveza. Esto en España acabaría en graves altercados y gente moña perdida, pero aquí todo el mundo se comporta muy educadamente. Junto a nosotros tenemos a tres negrazos (enormes) uno de los cuales es el típico showman con gracia, hincha de los Nets (ahora en Brooklyn) con gorra y todo, que se descojona cada vez que los Knicks fallan (el partido, como comentaré luego, es muy malo) y hace comentarios muy muy graciosos (los pocos que no entiendo me los traduce mi hermana) y se ríe como si no hubiera un mañana. Un puto cómico que podría tener un especial en Netflix. Detrás de nosotros tenemos un hincha loco de los Knicks que grita “D-fense” a voz en cuello durante todo el partido, y explica a sus amigas que él es así, que vive los partidos con esa intensidad y que no pierde la voz durante el partido. Hace mil comentarios técnicos, con algunos estoy de acuerdo, otros son de pipero fan loco, y otros no los entiendo. El negrazo (se gira para atrás) y este señor gritón hablan con cordialidad y educación, a pesar de que el negrazo se descojona vivo cuando los Knicks tiran de 3 tropecientas veces y fallan todo. Se hacen bromas mutuas, y el espectáculo está casi más en esta pareja de tipos que en el partido. Hay que decir que el negro también se descojona de los Hornets, que en un momento dado, casi en el descanso, van 0 de 14 en triples, y un acierto de tiros de 2 de un 30%. Ni un conato de roce entre aficionados. En San Mamés a un graciosete como el big man este le habrían partido la cara, si llevara una camiseta del Madrid y se riera así constantemente del Athletic. Me encanta esa educación americana. Ese ambiente tan sano. Podrías llevar a un niño perfectamente al estadio.
-El videomarcador te ofrece todas las estadísticas individuales y globales al puto momento. Es enorme, así que hay espacio para dar el partido en directo, repeticiones de jugadas, qué jugadores están en cancha y cuantos puntos, rebotes, asistencias, faltas… llevan, y a la vez anunciar cosas y tal y cual.

Sobre el partido en sí: es un correcalles horrible, con jugadas que no llegan a los 10 segundos, con constantes tiros de 3 sin seleccionar y con un porcentaje de tiro de campo lamentable, sobre todo los dos primeros cuartos (los dos equipos con un porcentaje de tiro de campo de aproximadamente un 30%). A partir del tercer cuarto la cosa mejora un poco. En la cancha solo hay tres jugadores que parezcan buenos: por los Knicks están Portis (todo el equipo gira en torno a él) y otro cuyo nombre no recuerdo, pero que era joven y alto (no sé si Randle o cuál, podría mirar las estadísticas del partido pero me da pereza). Luego hay dos decentes: el joven Knox parece que podría llegar a ser bueno, pero tiene 20 aaños y está verde, y Ntilikina es un puto precipitado. En los Hornets el Hernangómez no juega ni un minuto (¿estaría tocado o es que no juega nunca?) y queda claro desde el principio que el bueno es Devonte’ Graham, a quien se le ven maneras de estrella. Por cómo se mueve, digo. Da sensación de talento inmenso. Ahora bien, en los dos primeros cuartos se tira hasta las zapatillas y no mete ni una. Mi hermana (muy fan del atletismo y la natación, capaz de tragarse los meetings de la Golden League sin levantarse a mear) hace mucho que no ve baloncesto (igual desde la época de Villacampa y los hermanos Jofresa…) y está flipada con lo que ha cambiado el juego, con tanto tiro de 3, las jugadas más cortas y ese correcalles, y lo de la “second ball” de 14 segundos tras tiro. A todo eso se suma que el partido es horrible. Le explico que sí que ha cambiado mucho el juego, pero que lo que vemos es ese estilo de juego JUGADO MAL, por jugadores mediocres. Da la sensación de que equipos de Euroliga buenos les darían muchos problemas a cualquiera de los dos equipos, por mucho músculo de meganegro que pongan sobre la cancha.

Luego la cosa va mejorando poco a poco y empiezan a enchufarlas, sobre todo los tiros exteriores de los dos equipos. La alta puntuación (van a pasar de cien puntos los dos equipos) es engañosa: no defienden una mierda y no seleccionan un puto tiro. Si hubiera candidatos al descenso, lo serían. Los Knicks han ido por delante todo el partido (con ventajas de 10 o 12 puntos) pero se van durmiendo, y llegan a falta de muy pocos segundos con 2 puntos de ventaja. Tiempo muerto que pide Charlotte. Creo que les quedaban 6 segundos. Era evidente que el bueno era Devonte Graham, que en esos momentos ya llevaba como 20 o 22 puntos, y había metido triples guapísimos, a pesar de estar defendido y desde posiciones lejanas. Le digo a mi hermana que la jugada va a ser “se la dan a Graham y se la juega de 3”. No hay que ser Pat Riley para saberlo. Es pequeño, ágil y es el bueno del equipo, y está on fire con los triples en el último cuarto. Los Knicks defienden de puta pena, y (según mi recuerdo) tras una mierdilla de bloqueo Graham recibe y la clava de 3, y quedan solo 2 segundos. Menudos inútiles los Knicks, todo el partido ganando y al final acaban perdiendo por un puto punto (solo quedaban 2 segundos ya, y ellos no tienen un tipo capaz de hacer lo que hace el Graham).

El público se decepciona, pero nadie (a pesar de las melopeas que llevan muchos, que han trasegado tres litros de cerveza) se mosquea, nadie insulta, nadie pita, nadie pide que echen al jugador.

A la salida, tardamos mil horas en salir, porque había mucha gente (más de lo que parece) y el estadio no es un modelo en cuanto a evacuación rápida, creo yo. Un buen incendio ahí…

Alcanzamos el sitio donde había dejado mi navaja, pido mi “Swiss army wooden knife” que recupero sin mayores problemas y al metro, rodeados de gente.

Una experiencia curiosa, que es cualquier cosa menos un partido de baloncesto. Tengo la sensación de haber ido a una mezcla de Circo del Sol, musical de Broadway, barracas de feria de pueblo, centro comercial y, por último, partido de baloncesto.

[Chino Moreno]

Mardita sea, para un día que escribís algo interesante, y tengo curro que hacer... me lo apunto para leerlo el finde.

[Criadillas]

Muy majo el relato, Corle.

Por curiosidad y si no es indiscreción: ¿recuerdas cuanto os costaron las entradas?

[M. Corleone]

Muy majo el relato, Corle.

Por curiosidad y si no es indiscreción: ¿recuerdas cuanto os costaron las entradas?

Vaya si lo recuerdo: 110 euros por persona (a través de ticketmaster, sacadas con tiempo). Había entradas entre los 400 euros y los 60 euros, creo recordar, en función del sitio en el campo. Desde donde yo estaba se veía bastante bien.

Fuera del campo te ofrecen entradas muy baratas (por 10 euros). Por pura curiosidad le dije a un vendedor que me dejara sacar una foto a una, y fui al de la taquilla, que me dijo que era una "falsificación muy buena", pero una falsificación al fin y al cabo, y que con esa entrada "no podría pasar".

[dunker]

Es caro de cojones para ver a esa banda jugar. Es que pagas el espectáculo alrededor, no el basket. Yo fui a Miribilla a ver un partido de playoff de cuartos de final de Euroliga, donde me salpicaba el sudor de Kirilenko y Teodosic, por 60 euros, creo recordar.

Por otra parte piensa que podría ser peor, que podrías haber comprado en mayo entradas para ver a los Warriors ahora en noviembre por 200 euros (o más) cada una, pensando en flipar con Curry, Klay y Durant y te habrías encontrado con esa recua que se bota el balón en el pie.

[M. Corleone]

Es caro de cojones para ver a esa banda jugar. Es que pagas el espectáculo alrededor, no el basket. Yo fui a Miribilla a ver un partido de playoff de cuartos de final de Euroliga, donde me salpicaba el sudor de Kirilenko y Teodosic, por 60 euros, creo recordar.

Por otra parte piensa que podría ser peor, que podrías haber comprado en mayo entradas para ver a los Warriors ahora en noviembre por 200 euros (o más) cada una, pensando en flipar con Curry, Klay y Durant y te habrías encontrado con esa recua que se bota el balón en el pie.

Hombre, para hacerlo habitualmente es un robo, pero para una vez en la vida no me dolió nada. Pero vamos, quitando el Devonte, que leo que es su primer año NBA, al resto como que se la sudaba todo. No veías concentración, ni pena por perder en el último segundo. Juego individualista pero sin super estrellas=MAL.

[Dolordebarriga]

Muchas gracias por este post, Corle, te lo has currado un montón y al leerlo casi daba la sensación de estar allí, todo muy vívido, muy sentido. No he entendido porque vas armado por NY con una navaja suiza pero tampoco era eso lo importante, cada loco con su tema. antes de irme quiero aprovechar también el post para agradecer a los ciudadanos vascos por el tiempo que le han concedido a uno de sus funcionarios para que me dé frensi. Un pueblo generoso y noble, el vasco.