Nicotin escribió:¡¡Va siendo hora de contraatacar y que España envíe a Los Metálicos!!
¿Es que nadie se acuerda ya de Los Metálicos?
¡Mandemos a Los Metálicos!
...o, en su defecto, a Pato de Goma.
A esos no los recuerdo. Pero paradigma del Jevi con mallas ceñidas y toro sobre el televisor, son Tigres. De toda la vida de Alá, vamos. Y me quoteo del hilo ochentero para mostraros el camino:
Tigres . - Listos para el asalto. [flash width=425 height=350 loop=false]http://www.youtube.com/v/s9El32TGYDI[/flash]
Que los encuentren, les quiten la secretaria de entre las piernas, les anulen las citas golfísticas de la semana y previa colocación de postizos de vello corporal en sus testas desnudas, los envíen al puto festival en representación de esta Ejpaña nuestra. Las mallas quíntuple XL, y aun así la carne buscará la expansión fuera del continente de lycra.
Jubilao, lento y despasito me escribió:Claro que si me hubieras atacado por un flanco para tener acceso, y posteriormente rodeado con tus brazos permitiéndome vivir en tu barriga, ya habría sido el acabose.
A Diego Manrique le oí decir en una entrevista que había conocido a un grupo español de heavy ochentero llamado: "Puta Bestia Infernal". No quiero ni imaginarme lo que debes sentir en las carnes al ver a un tipo embutido en unas mallas maciste agarrar un micro y decir: Somos Puta Bestia Infernal!
Diego Manrique se asustaría hasta de los Hombres G. Menudo capullo. Un día tengo que hacer un mega-post con historias truculentas de grupos españoles desconocidos (o conocidos, pero cuando aún no lo eran). Había cada uno suelto por ahí....
En cuanto a Los Metálicos, bueno, es difícil de explicar para que sea captado en toda su magnitud, y dudo mucho que en todo Google haya la más mínima referencia a ellos.
Resulta que en plena época tardía del sleaze de Los Angeles, cuando lo que triunfaban eran cosas estilo Poison (o mucho peores), algún manager espabilado o algún tonto del culo de una discográfica española tuvo una brillantísima idea.
El tipo en cuestión se dijo: "En los Estados Unidos lo que más vende son grupos de guaperas con el pelo crepado y teñido de rubio, que tocan un hard rock melódico, aguado y pastelón, y que cantan sobre chicas, alcohol y sábados por la noche. Si las niñatas americanas se corren con esas tonterías, lo mismo funcionará en España, porque las modas americanas siempre saltan a otros países y las niñatas son igual de mongólicas en todas partes".
Así que, no sé mediante qué proceso de casting (o más bien de reconversión de deshechos de grupos heavy de tercera división) se formaron Los Metálicos. Y ahora viene lo difícil: describir a Los Metálicos.
Su aspecto: Los Metálicos, para empezar, no se parecían demasiado a los L.A. Guns o los Hanoi Rocks que digamos. Su vestuario estaba a medio camino entre el glam angelino (pero con prendas de mercadillo español) y unos Radio Futura en su faceta más queer: peinados estrambóticos, mallas ajustadas plateadas sobre unas piernas que jamás hubiesen debido llevar mallas ajustadas, maquillaje de garrulos que se disfrazan de mujer en la verbena del pueblo, etc. En general, no importa qué aspecto tengan los miembros de un grupo, es decir: los Ramones no eran unos sex-symbols precisamente, pero eran los Ramones. El verdadero problema de Los Metálicos era que querían dárselas de sexys rockeros glammys de Los Ángeles (seguro que se relamían pensando en la cantidad de adolescentes virginales que se iban a cepillar), pero parecían salidos directamente de una obra.
No de una obra de teatro, sino de las de los ladrillos y cemento.
Primer resultado: cantidad de adolescentes virginales conquistadas = cero.
Luego estaba su música (o, para ser más exactos, su "canción", porque jamás tuve noticia de la existencia de otra). Querían sonar bubblegum, pero en realidad era como los Hombres G intentando sonar como Poison, algo verdaderamente indescriptible. El tema decía algo así como "esta noche todo mi dinero me lo gastaré en pasármelo bien", en plan demostremos lo fiesteros que somos pero manteniendo un aire de inocencia que no asuste a las madres. La canción era tan increíblemente vergonzante y subnormal, que hasta las abuelas se reían viéndoles.
Segundo resultado: cantidad de discos vendidos = cero.
Su momento estelar (o más bien la única prueba científica que hubo de su existencia) fue una aparición creo que en el "Un, dos tres", donde les presentaron casi como al grupo que iba a romper tendencias, the next big thing. Una única actuación bastó para que todo el mundo que lo vió (y no me refiero sólo a jovenzuelos rockeros como yo, sino incluso abuelas, niños, ¡todo el mundo!) se preguntase qué coño era aquello y se dijese que no era posible que fuesen en serio. (Sí, iban en serio).
Los heavies de ahora son chavales y chavalas normales, de buena familia, que simplemente se visten de heavy o de gótico, pero en aquella época, los heavies eran auténticos tarugos de barriada, y para colmo eran un público bastante susceptible, irascible y violento (lo digo porque habrá gente que crea que los "jevis" siempre fueron gente normalita como ahora... ¡¡ni de puta coña!!). Escuché comentarios realmente biliosos y amenazantes acerca de Los Metálicos (no es broma, basta recordar que más recientemente gente del sector heavy old school quiso linchar a Gigatron tras un concierto y estos se libraron de una paliza de milagro porque alguien les avisó). Los "jevis" que llegaron a verles se tomaron a Los Metálicos directamente como un insulto y una herejía contra El Metal. Dado el panorama, ni que decir tiene que no se llegó a ver a Los Metálicos como teloneros de ninguna banda del mundillo. No hubiesen sobrevivido.
Tras una única aparición televisiva que conmocionó -negativamente- al mundillo "jevi" (o a una parte de él, quienes llegaron a tener noticia de su existencia), pero que tuvo una repercusión absolutamente nula en cualquier otro ámbito social y cultural, Los Metálicos desaparecieron en la nada. Hoy es como si no hubiesen existido, como en una de esas películas de espías donde se borra todo rastro de un individuo.
Tercer resultado: veredicto de la comunidad heavy old school = condena a muerte.
Fue algo tan hilarante como patético. Un lamentable grupo de músicos revenidos procedentes de grupos que a duras penas habrían salido del garaje, se metieron en la aventura con la esperanza de ganar algunos durillos y repasarse algunos centenares de groupies y colegialas.
Pero no. Por algún incomprensible motivo, ninguna niñata colgó su póster en la pared, ningún promotor les ofreció ser cabezas de cartel de ningún festival, no se hicieron millonarios... y nadie, absolutamente nadie, que les hubiese visto llegó a sentir el más mínimo respeto por ellos.
Nunca fueron Poison. No salieron con Pamela Anderson. No cenaron con Mick Jagger.
Yo creo que va siendo hora de que Eurovisión les rehabilite. Si Heavy Pettin' lo intentaron, ¿por qué no Los Metálicos?
Dios, debe ser muy duro vivir la vida sabiendo que has sido uno de Los Metálicos. Si Milli Vanilli se suicidaron, no quiero ni pensar cómo habrán terminado estos.
The bigger the headache, the bigger the pill. Call me the big pill.